La película sigue a un misterioso joven, británico y musulmán (Dev Patel), en su viaje a través de la India y Pakistán....El invitado a la boda CriticA: entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.....El invitado a la boda
Un traficante de marihuana se crea una familia ficticia con una stripper y dos jóvenes como parte de su plan para pasar un gran cargamento de Estados Unidos a México. crfitica: No soy un gran seguidor de comedias, porque soy bastante exigente y no todo me hace reír o tan siquiera una pizca de gracia. Los Miller lo han logrado y a lo grande. Me ha dejado anonadado la baja nota que tiene aquí. Somos los Miller Hablamos de una de las sorpresas veraniegas, ha acabado recaudando más de 145 millones de dólares solo en Estados Unidos y más de 250 millones de dólares si se suma la taquilla internacional, un exitazo fantástico para una película con un presupuesto que no alcanzó los 40 millones, ahí es nada. En mi opinión lo que realmente le falta a la mayoría de las comedias es un argumento o trama interesantes, y se dedican a abusar de los gags o de efectos especiales. En cambio se nota bastante cuando nos cuentan una buena historia, con un reparto de actores con un don innato para sacarte una sonrisa y a esto le añades un toque sentimental. La ecuación perfecta. Básicamente la historia cuenta la aventura que tienen que vivir cuatro personas diferentes, que no son familia entre si, pero que deben hacerse pasar por una agradable y ejemplar familia para no levantar sospechas en la aduana y poder pasar un buen alijo de marihuana. El problema es que el tiempo apremia y no le quedará más remedio que formar dicho equipo con una striper, una fugada de casa y un vecino memo. Todo esto dará pie a mil y una aventuras, a cual más gamberra y disparatada, con un alto ritmo y un no parar ni para beber agua. La película funciona a las mil maravillas por el reparto tan profesional, ya que los actores no ponen problemas para machacar su imagen y hacer las salvajadas que uno espera en una película gamberra. Me ha encantado la ironía y los chistes de Jason Sudeikis, el estriptis sexi y cómico de Jennifer Aniston, la picadura más dolorosa, gráfica y simpática de la historia del cine. Solo añado un pero, el corto papel del gran cómico Ed Helms (Resacón en Las Vegas). Somos los Miller
Baby, un joven y talentoso conductor especializado en fugas, depende del ritmo de su banda sonora personal para ser el mejor en lo suyo. Cuando conoce a la chica de sus sueños, Baby ve una oportunidad de abandonar su vida criminal y realizar una huida limpia. Pero después de haber sido forzado a trabajar para un jefe del crimen, deberá dar la cara cuando un malogrado golpe amenaza su vida, su amor y su libertad. critica: Ladrones de bancos; tiros; persecuciones a todo gas; clásicos del rock, del funky o del pop... Y sí, un reparto en estado de gracia. Eso es Babby Driver, el regreso a la dirección de Edgar Wright, quien nos tenía muy abandonados desde su última película en 2013 (Bienvenidos al fin del mundo). Por cierto, para los olvidadizos, el mismo responsable de Zombies Party. Baby Driver Así pues, con este calor asfixiante y en pleno verano, qué más se le puede pedir a una película que entretiene y te hace olvidar el infernal fuego que te atrapa entre el cielo plomizo y el agrietado asfalto. Pues nada más que lo que 'Baby Driver' ofrece: dos horas de puro espectáculo cinematográfico. Edgar Wright escribe y dirige, con su sello propio, una película que refresca al género de ladrones de bancos, policíaco y de acción de la última década. Tiene hermanos mayores como 'Ronin', 'The Town' o 'The Italian Job' -y menos pretensiones que 'Drive', por suerte para nosotros-. Pero 'Baby Driver', desde su nacimiento -con una huida antológica y un plano secuencia posterior más bárbaro si cabe, mediante- crece por sí sola y se erige como un tótem del género. El guión, repleto de diálogos sólidos y escenas vertiginosas, desborda dinamismo hasta completar dos horas de metraje sin perder frescura. Mezcla acción, comedia negra e, incluso, ciertas gotas de drama, en un abrir y cerrar de ojos. Casi sin enterarte, como Baby al volante, te mueve de un lado a otro de la pantalla. Y utiliza algo tan trillado como la nostalgia por los clásicos del rock, del funky o del pop, de una forma muy sutil y a la vez tan evidente como un golpe en la cara, para agrandar más su estela de entretenimiento y espectáculo. Dos cometidos que cumple y para los que está hecha. Y ello porque esa banda sonora, que llena cada fotograma y se funde con las balas de los tiroteos o las ruedas quemadas en el asfalto, es gloria para los oídos. El oído y la vista convergen en uno solo gracias al pulso de Wright -la música es vital en su filmografía-, que sabe llevar en todo momento y por buen camino el ritmo de la película. Por ello 'Baby Driver' tiene la vitola suficiente para perdurar en el tiempo. Al menos entre aquellos a los que nos gustan este tipo de películas que te hacen olvidarte, por un momento, del día rutinario. De esas joyas que llegan sin hacer ruido, pero rompen por completo los esquemas. Cine al servicio de la diversión. ¿Qué tiene fallos? Claro, como todo en esta vida. Pero son tan pequeños al lado de sus aciertos que no necesitan siquiera ser mencionados. Así que una recomendación, abrochaos los cinturones y a rodar por la carretera del espectáculo visual y auditivo que nos brindan Wright y los suyos. Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/ Y en Facebook: https://www.facebook.com/argodersecine Baby Driver
"En la mira" es una película de suspenso, que se desarrolla en un Buenos Aires lúgubre. critica: Nicolas Francella, con un aceptable protagónico, es quien carga en sus espaldas con la mayoría de los planos de "En la Mira", un thriller de unos aproximados 85 minutos, que pese a los cuestionamientos iniciales que uno pudiera hacerle (especialmente, la similitud de la idea con "Enlace Mortal", aquel film de Joel Schumacher), funciona. En la mira No es una película que presente cuestiones argumentales o narrativas demasiado innovadoras, pero mantiene la tensión durante todo el metraje y eso es algo a valorar. Muy probablemente, esto se haya logrado debido a la breve cantidad de minutos que dura la película, no llegando a la hora y media de duración. Algunas cuestiones exacerbadas y demodé para la época actual quizás llamen la atención. A citar: El personaje de Emilia Attias (femme fatale por excelencia) y las escenas en donde interviene, por ejemplo, cuando se recrean los encuentros entre ella y el protagonista, son ejemplo de esto. Algunos adjetivos que se aplican por parte del supuesto tirador (Gabriel Goity) para con ella, en pleno 2022 y cambio de paradigma cultural, suenan atrasados. Por otro lado, es una actriz que da para mas desde lo actoral. También suenan un poco exageradas las internas entre empleados del call center y el supervisor de área, que queda muy ridiculizado, y esto que en la vida real, muy difícilmente pase. Pese a estas objeciones, es un producto que no innova, pero bien hecho y que termina resultando efectivo como producto "pochoclero". En la mira
Se centra en la vida de Molly Bloom, una esquiadora de talla mundial que llegó a ser millonaria antes de los 21 años. Tras perderse los Juegos Olímpicos, Molly se trasladó a vivir a Los Ángeles, donde incluso trabajó de camarera. Gracias a su inteligencia y sus dotes empresariales, la joven acabó ganando millones de dólares en el mundo del póker antes de que el FBI la investigara. critica: Ambiciones, adicciones, olor a ron y frambuesa, una rama. Molly's game Tras poco más de tres años de publicarse el libro autobiográfico de Molly Bloom, la reina del póquer, podemos ver su adaptación al cine. ‘Molly’s Game’ recuerda inevitablemente a ‘El lobo de Wall Street’, pero al no ser tan excesiva gustará a más tipos de público. Tenemos a un personaje fuerte que nos enseña con el cinismo procedente los tejemanejes de uno de los sectores más podridos de la sociedad. Y se agradece que lo haga con este humor y a un ritmo tan endiablado, ya que pararse a pensar mucho en ello resultaría estremecedor. El guion es inteligente, las actuaciones de premio, la dirección dinámica... Como punto no del todo positivo, me queda la sensación de estar dando demasiadas vueltas en el mismo sitio y pasar de puntillas por los temas que dejarían peor a la protagonista. Y una advertencia: id al cine bien despiertos, ya que entre la voz en off y los diálogos acelerados apenas hay momentos en los que pasan más de cinco segundos sin que alguien diga nada. La frase: «Es increíble lo rápido que se avanza cuando no se cobra por horas», dice un psiquiatra. El personaje: el único irlandés (Chris O’Doud) que juega a póquer con los rusos. La escena para el recuerdo: la partida en la que un error te invierte la racha. www.cinequanon.cat Molly's game
La vida de Katja se derrumba cuando su marido y su hijo mueren en un atentado. La policía detiene enseguida a unos sospechosos -dos jóvenes relacionados con el movimiento neonazi-y Katja se ve inmersa en un complicado proceso judicial. Danilo, abogado y mejor amigo de su marido, lleva el caso y hará todo lo posible para darle el apoyo necesario a Katja, quien cegada por el dolor, solo tiene un objetivo: por encima de todo, quiere que se haga justicia. critica: Ya lo dejó escrito la psicóloga clínica norteamericana de origen eslovaco Edith Eger (nacida en 1927 y superviviente de Auschwitz y del infausto ¿Doctor? Mengele) en su libro de memorias: “En el mejor de los casos, la venganza es inútil. No puede alterar lo que nos hicieron, no puede borrar los males que hemos sufrido, no puede resucitar a los muertos. En el peor de los casos, la venganza perpetúa el ciclo del odio… La venganza no te hace libre". Recordé estas lúcidas palabras durante la proyección de esta cinta europea dirigida por un alemán de origen turco, Fatih Akin, que se adentra en los infames vericuetos del fanatismo racista que golpea desde hace siglos – o, incluso, milenios – la historia de la humanidad. Y para ello se centra en los pormenores de un atentado neonazi en la ciudad de Hamburgo que mata a un padre turco y su hijo mestizo y destroza la vida de la viuda alemana que no sabe ni puede cerrar el duelo de una pérdida inesperada y atroz. En la sombra Construida en tres partes diferenciadas (el atentado, el juicio y la venganza), resulta al tiempo tan interesante e intensa como inquietante e incómoda. Se deben señalar tanto sus virtudes innegables como revelar la manipulación ideológica a la que se ve sometida, al querer su director y coguionista convertirla en un irritante relato de tesis, erigiéndola en un manido panfleto de sus opiniones de denuncia en vez de dejar a los espectadores la libertad de sacar sus propias conclusiones. Entre lo más positivo se encuentra el tono desgarrador y desolado de todo el metraje, así como la poderosa y turbadora interpretación de una devastada Diane Kruger, que conmueve con su entregada caracterización de víctima colateral del odio homicida de una pandilla de tercos asesinos que pretenden limpiar de nauseabunda escoria intrusa la inmaculada faz aria de la ultrajada tierra germana. Entre sus deméritos habría que mencionar que todo el desenlace se reduzca a transitar y aplaudir, aunque con su innegable y para nada eludida complejidad moral, un trillado acto de venganza – quien a hierro mata, a hierro muere – que parece más propia de una adocenada producción americana que no fruto de una sosegada reflexión intelectual. Si nos contentamos con repetir, ad nauseam, el bucle fatal del ajuste de cuentas, acabaríamos todos ajusticiados y muertos, porque no hay agravio, real, fingido o ficticio, que no abogue o justifique (y perdone) el exterminio del otro, del diferente, del extraño, sea cual sea la motivación o su causa. Pese a los reparos éticos que tengo ante el discurso vindicativo de su autor, no cabe duda que estamos ante una obra enjundiosa, perturbadora y escalofriante que merece ser vista.En la sombra