Eva (Karen Gillan) era lo más importante en la turbulenta vida de su madre, Scarlet (Lena Headey). Pero sus enemigos obligaron a Scarlet a huir abandonándolo todo, incluida a su hija. Años más tarde, Eva se convierte en una asesina a sangre fría siguiendo los pasos de su madre. Después de perder el control en una misión, poniendo a una inocente niña de 8 años en peligro, Eva no tiene más remedio que enfrentarse sin escrúpulos a sus antiguos compinches. Y Scarlet y su banda no tienen más remedio que volver para intentar ayudarla. critica: Una cinta con un cierto estilo de cómic bizarro en la que la trama gira en torno a sicarios y organizaciones secretas, con secuencias bastante exageradas y una amalgama de varias influencias del cine de acción. Gunpowder Milkshake (Cóctel explosivo) Cada una de las partes que usa funcionaba bastante bien en la obra de la que procede, sin embargo, aquí el conjunto no termina de hacerlo. Lo que más la debilita es un guion inconsistente e inverosímil que no consigue dar con la tecla apropiada. A nivel de estilo visual, si no se está sobrecargado con el neón y las influencias de finales de los 80s y principios de los 90s, puede resultar atractiva, y en general lo más destacable son algunos de sus fragmentos estéticos y en las coreografías de acción, para el lucimiento de una Karen Gillan que encaja muy bien en un papel así y que ojalá hubiera contado con mejor material. Gunpowder Milkshake (Cóctel explosivo)
Stephanie Patrick ha perdido a toda su familia en un accidente de avión. Muy afectada por los sucesos comienza a investigar el siniestro y descubre que no fue algo accidental. Para llegar al fondo del asunto, Stephanie decide adoptar la identidad de un asesino y así encontrar a los causantes de su desgracia. critica: Seguramente la Paramount en 2017, al adquirir los derechos de la exitosa novela de Mark Burnell, haya pensado que tenía una poderosa gema entre manos con un potencial extraordinario. Si a eso sumamos a la directora de The Handmaid's Tale (Reed Morano), a los productores de la saga de 007 y a un grupo de actores reconocidos, el éxito sería cuestión de sentarse a esperar. Sin embargo, ya en el comienzo del rodaje la cosa empezó a tener feo olor. Blake Lively se lesionó en una escena con Jude Law, la filmación se atrasó, los tiempos apremiaron y lo que parecía ser un potencial blockbuster de éxito, desembocó en una fallida película con tintes de fracaso. Podríamos sentarnos a señalar durante un largo rato los defectos de "El ritmo de la venganza". Que si a Blake Lively le viene grande el papel de 'Nikita' posmoderna, que si Jude Law parece interpretar su rol en modo avión o que si la directora no era la indicada para este tipo de historias. Errores importantes, tal vez, si no fuera porque el verdadero fallo de la película de Reed Morano está en su guión. El guión de "El ritmo de la venganza" es prácticamente una sucesión de fallo tras fallo, desde que arranca la película hasta que finaliza. Stephanie Patrick pierde a su familia en un atentado aéreo, pero nunca se establece una conexión lo suficientemente emotiva para dinamizar una venganza a sangre fría como la que prosigue. De repente, la protagonista se hunde en las drogas y en la prostitución, pero no sabemos cómo ni cuando, ni tampoco exactamente por qué. Agujeros argumentales que intentan taparse con una trama de espionaje y terrorismo que al involucrar a la CIA y al MI6 solo termina volviéndose más enrarecida si cabe. Tan solo la música producida por Hans Zimmer y una buena de escena de acción rodada en Almería (España) se marcan como los únicos aspectos positivos de una cinta que pudo ser mucho más de lo que finalmente fue. Seguinos en Instagram > @4criticos El ritmo de la venganza
Foshan, años treinta. Ip Man, respetado maestro de Wing Chun, combina el estudio de las artes marciales con los combates ocasionales a los que se ve forzado por parte de sus admiradores. Son tiempos de prosperidad a los que la guerra con Japón amenaza con poner fin. Con la ocupación estallará la tragedia e Ip Man se verá obligado a defender el honor de su pueblo. Ip Man (o también conocido como Yip Man), fue maestro y mentor de Bruce Lee. critica: Si cualquiera de ustedes va a ver una película de Americanos VS Rusos ¿qué pasa? Que adivino que perderán los Rusos porque seguramente el protagonista es Alec Baldwin o el presidente de los EEUU en persona y la película la ha hecho un habitante Hollywoodiense. Ip Man Con esto quiero decir que, a no ser que estemos delante de algo como Cartas desde Iwo Jima/Banderas de nuestros padres, si una película es relativamente fiel a la historia y explica solamente una versión de la misma (en este caso que nos ocupa, la versión China) es normal que los Chinos sean los buenos y, por ejemplo, los Japoneses malos. En definitiva queridos "filmaffinitinianos"...la historia que hay en esta película es autobiográfica y se ajusta bastante bien a lo que dicen que pasó. Y por cierto...a todos los que les gusten las artes marciales: "Esta es una película sobre IP MAN como dice el título y NO sobre Bruce Lee". Ip Man Con una puesta en escena increíble y una reproducción del Wing Chun sobresaliente para ser cine, es una película especial para los verdaderos (y subrayo verdaderos) amantes de las artes marciales. Los que quieran ver la vida de Bruce Lee que vean "Dragón" aunque ya les digo que esta película sí que dista bastante de parecerse a la realidad. La humildad del maestro Ip, la lejanía del contexto histórico, junto con nuestro cerebro "Americanizado" ha llevado a pensar a la gente que Ip Man es famoso gracias a Bruce Lee y la realidad señores es que es lo contrario. Ip Man creó una red de discípulos tan enorme que de ahí le viene la fama. Es una fama pura ya que la gente entendida lo conoce por quien es: Un gran maestro de Kung Fu y no como le pasa a mucha gente con Bruce, que lo conoce por haberlo visto en las películas pegándole una paliza a Chuck Norris. Bruce Lee fue uno de los grandes artistas marciales de todos los tiempos, visionario y hombre en mi opinión muy inteligente que se convirtió en mito...pero por favor...cada uno en su sitio. Ip Man En conclusión: Esta película es, para un seguidor del Wing Chun, un placer para la vista. Donnie Yen clava al Dai Si-fu Ip Man y lo hace estupendamente genial en las coreografías y no defraudará a ningún practicante de cualquier otra disciplina de artes marciales. Los decorados están logradísimos y entretiene hasta el final que en definitiva es para lo que sirve una película. Ip Man
Un grupo de simios con grandes cualidades para la supervivencia toma las calles, liderado por César, un simio dotado de una inteligencia y unos instintos superiores para cualquier primate. Ante la necesidad de libertad, esta raza animal decide no doblegarse ante los humanos. Tendrá que luchar contra un grupo de humanos que han sobrevivido a una fuerte epidemia, desatada en la década anterior. Ambas partes han establecido una tregua, pero se verá interrumpida. critica: ¿Recordáis el anuncio del mono y la ballesta? Pues algo así viene a ser "El amanecer del Planeta de los Simios", cambiándole el arma por una ametralladora. Un peligro a punto de desbordarse. Los fans dirán que 'es una secuela muy mona' y los detractores que 'aunque la mona se vista de seda..."; yo me quedo en un término medio, porque la secuela que ha dirigido Matt Reeves no es una mala película, lejos está de serlo, pero tiene algunas ideas que lastran lo que se anticipaba como el blockbuster más brillante del verano. Rebajad las expectativas generadas por su notable recepción al otro lado del charco porque aquí hay mucho más de todo pero, en lo importante, faltan cosas. Esto es, un desarrollo de personajes en condiciones e ideas más allá de las que garantiza el equipo técnico de Weta Digital. La película a ese respecto es una maravilla, cómo no: técnicamente los simios son extraordinarios, se mueven como si realmente estuvieran ahí, es un film avanzadísimo y la recreación de César, Koda y el resto de los que tienen un poco más de peso no roza, sino que va directamente a la excelencia. El problema es otro, viene de abajo, del esqueleto. Es el guión. El amanecer del planeta de los simios Sin entrar en muchos spoilers, porque soy el primero al que no le gusta que le destripen las cosas, diré que algunas de las cosas que dan arranque a los conflictos son puras tonterías. Sí, en el mundo en que vivimos, a veces lo que desencadena las cosas más terribles viene a ser esto mismo; pero algunos personajes son sencillamente delirantes. Tal es el caso del interpretado por Gary Oldman, que parece sacado de algún guión de la (horrible) serie Falling Skies. El protagonista tampoco se salva del todo pero lo que le han hecho a César es para llorar, en comparación con lo que fue en "El origen del Planeta de los Simios". Serkis lo interpreta con solidez, como siempre, pero fuerza demasiado su lado humano para guiar la atención del espectador. Contra todo pronóstico el que se erige como la verdadera sorpresa es Koba, el simio interpretado por Toby Kebbell, que no sólo es lo mejor de la película (indudablemente) sino que además es el personaje mejor construido a todos los niveles: sin trampa ni cartón, actuando como debe hacerlo. No se salva de la imagen 'cool' para que la gente aplauda, eso sí, usando dos ametralladoras a la vez mientras atraviesa un fuego. "Cool apes don't look at explosions", o algo así. El guión fuerza las cosas para buscar la emoción primaria (los momentos con aparatos electrónicos que sustituyen a los flashbacks, César y su familia) y realmente sólo se alza cuando se olvida de que quiere ser La Película Definitiva (consiguiendo el efecto contrario) y pasa a la acción. Matt Reeves y su director de fotografía, Michael Seresin, consiguen capturar algunas imágenes perdurables, de gran fuerza expresiva, e incluso alguna vez simbólica. Reeves es de la factoría Abrams así que esta lección la tiene bien aprendida (la que sigue siendo su mejor película, "Cloverfield", da buena fe de ello), y además se apoya en la partitura de Michael Giacchino para alzar aún más sus objetivos. Como juguete tecnológico es una obra extraordinaria, pero falla en lo que más potencia, el corazón. No obstante es una película digna de verse, inferior a "El origen del Planeta de los Simios" pero mucho más 'amplia' a todos los niveles, pese a que sacrifique cosas para lograr ese estatus. Os la recomiendo, en resumen, pero sería mentiros decir que me ha dado todo aquello que me esperaba. Al menos incluye un homenaje a "El Rey León", eso es cierto. El amanecer del planeta de los simios
Cuando su coche se avería, un tranquilo solitario acepta limpiar un centro de diversión familiar abandonado a cambio de reparaciones. Pronto se encuentra librando una guerra contra las mascotas animatrónicas poseídas mientras está atrapado dentro de Willy's Wonderland. critica: ¡Peliculón! Si vienes a ver a Nicolas Cage de Mandy, Color out of space,el portal del más allà etc. estàs de enhorabuena. Musicón, un tipo duro y silencioso brutal, escenas geniales de acción chorra, animatronicos, una historia breve entendida y rocambolesca... vamos un festival (sin ironía) para los que sabemos que estamos viendo. Willy's Wonderland Como siempre cuando ves a Cage contra animatronicos no la puedes comparar con Joker o la lista de Schindler. Estoy harto de los que ven el vaso siempre medio vacío y no aprecian ( ni saben) que están viendo. RECOMENDADA para todos aquellos que nos gusta el cine gamberro, chorra, de planos divertidos y Cage desatado. Si tus gustos se limitan a tops por nota, gafas de pasta y analizar cada linea de texto como si fuera la biblia no la veas, porque le cascarás un 1 y esta. en su género, no lo merece ni de lejos. Como siempre breve ( porqué al menos yo miro rápidamente la critica para ir al lio). ¡A disftutar! Willy's Wonderland
La película se centra en formas superiores de vida que nos vigilan desde otros mundos. Júpiter Jones, una inmigrante rusa que se dedica a fregar retretes para ganarse la vida, posee la misma composición genética que la Reina del Universo, por lo que será considerada como una amenaza para estos seres inmortales, que enviarán a un cazador exmilitar, Caine, para dar con ella. critica: Corría el año 1999 y dos hermanos chicaguenses muy fans de la obra maestra de Masamune Shirow habían conseguido firmar un contrato con la Warner para rodar una película de bajo presupuesto sobre robots, artes marciales y realidades virtuales. Los hermanos, conscientes de que con el presupuesto de la película no podían ni empezar, decidieron sacarse la polla e invertir todo el dinero del que disponían en rodar la mítica escena en que Trinity escapa de unos desconocidos. Los productores quedaron fascinados con el breve pero intenso producto de esta demostración de ingenio y valentía, y automáticamente les extendieron un cheque en blanco a los Wachowski para rodar "The Matrix". El destino de Júpiter ¿Y por qué me he extendido tanto en este prólogo? Pues porque lo encuentro muy curioso, sí, muy curioso e irónico. Es irónico que los Wachowski tuviesen que luchar por darle la forma ideal a ese guión tan grande titulado "The Matrix" y ahora hayan podido rodar un truño de proporciones mitológicas con la misma productora que se mostró reacia a confiar excesivamente en su exitoso proyecto (es asombrosa también la ineptitud de gente que debe manejar tanta pasta) con el simple chasquido de sus dedos. La trayectoria de los Wachowski parece una maqueta del funcionamiento de Hollywood: mientras autores noveles con propuestas interesantes deben sudar sangre para hacer realidad sus sueños e inquietudes, los directores consagrados pueden realizar cualquier mediocridad que su obsoleto cerebro (o su voraz y sediento bolsillo) haya ideado. Y a su vez esta película es el reflejo de los productos que nos ofrece (en su mayoría) la actual industria cinematográfica estadounidense: tíos esculpidos a base de mancuerna y esteroides cuyos rostros recuerdan a los de las estatuas de los artistas renacentistas y clásicos (no por el parecido físico, sino por el material del que están hechos), y que tienen alergia a las camisas; tramas con tantos clichés y tantos tópicos que podría haberlas escrito tu cuñao después de venir del campo o de la obra; villanos que parecen salidos de un cómic pulp de la primera mitad del siglo pasado, con un gusano parasitándoles los sesos e impidiéndoles soltar otras palabras que no sean "LOS QUIERO MUERTOS" o "ESTA ES LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD QUE TIENES PARA FALLARME" y demás sucedáneos; y no nos olvidemos de esos finales, ¡oh, dios, esos finales!, ¿es tan difícil hacer que el espectador se sorprenda, que no sepa qué va a pasar dentro de cinco minutos y se limite a contemplar impasible la caótica orgía de efectos especiales y una historia que ya sabe de antemano? En definitiva, una película mala, pero no mala a secas, sino mala con avaricia. Un cóctel de todos los bodrios dirigidos a quinceañeras con el sistema endocrino a reventar por el torrente de hormonas en ebullición. En "El destino de Júpiter" he visto a Bella y a Edward y a sus amigos caninos, he visto a la tipa de "Cazadores de sombras" y a su pandilla de ángeles y demonios, he visto a "Los juegos del hambre" y a toda su parafernalia ridícula y estrambótica, he visto a Michael Bay abanicándose con fajos de billetes de 1000 dólares y a sus juguetes de acero transformistas, y he visto a George Lucas y a Steven Spielberg advirtiendo que la industria del cine está a punto de implosionar mientras no solo no hacen nada para intentar frenar la auodestrucción del séptimo arte, sino que prefieren acelerar el proceso y sacar la mayor tajada posible antes de la hecatombe. El destino de Júpiter