Ricki es una guitarrista que lo abandonó todo para alcanzar su sueño de convertirse en una estrella de rock. Su ex marido Pete le pide que viaje hasta Chicago para visitar a Julie, la hija de ambos, pues se está divorciando y necesita apoyo. critica: Ricki es un papel perfecto para demostrar que una actriz de cierta edad es merecedora de buenos personajes. Es cierto que no es una señora cualquiera, es Meryl Streep, pero sigue siendo una señora de 66 años. Si, esos son los años que tiene, y por más que pese a Hollywood, las mujeres de esa edad y de mucha menos, siguen siendo buenas actrices y siguen mereciendo papeles relevantes más allá de hacer de abuela. Y por si fuera poco ella ni se ha llenado la cara de botox, ni piensa hacerlo. Por suerte hay cineastas dispuestos a pasar por encima de esa misoginia obsoleta y absurda, y crear buenos personajes para mujeres mayores. Y este es el caso de Ricki. Ricki Ricki es una rockera, divorciada y con tres hijos a los que apenas ha visto desde su niñez, ya que se fue a Los Ángeles para cumplir su sueño de ser cantante. No ha alcanzado la fama, pero toca siempre con su banda The Flash en el mismo local y trabaja como cajera para sacarse un dinerillo extra. Cuando recibe una llamada de su exmarido y le cuenta que su hija ha sido abandonada por su marido y que tiene que ir a casa a ayudarle, ella va, aunque de mala gana. Sin embargo, esta visita desequilibra su mundo, ajeno a la maternidad, y le hace desear ciertas cosas que ya creía superadas. Aunque algo desigual, la película no es ni mucho menos una "desvergüenza", como he leído por ahí. Al contrario, me parece que hace una interesante reflexión sobre la maternidad y el remordimiento por haber dado prioridad a su carrera artística. No es casual que el guión lo haya escrito una mujer, Diablo Cody, guionista de "Juno". Aunque debo decir que tengo cierta sensación de haberme perdido algo en el doblaje, y no solo porque le han cambiado la voz a Meryl. Por otra parte, Kevin Kline está creíble en su papel, aunque Mamie Gummer, la hija de Meryl tanto en la realidad como en la pantalla, está francamente muy bien. Desde luego ninguno de ellos está a la altura de ELLA. Sí, con mayúsculas, porque esta mujer puede hacer lo que quiera que lo va a bordar. Como dice Cameron en Modern Family: Meryl Streep podría hacer de Batman y ser la elección adecuada. Esos números musicales que se marca no tienen desperdicio. Podría grabar un disco o dos, y hacer una gira si quisiera. Yo desde luego pagaría por verlo. Ricki
Un viajero espacial muy listillo llamado Paul (SETH ROGEN, The Green Hornet, Lío embarazoso) lleva sesenta años encerrado en una base militar ultrasecreta, aconsejando a los líderes mundiales acerca de otros alienígenas. Cuando empieza a darse cuenta de que ya no es tan útil y de que la mesa de disección se acerca peligrosamente, Paul decide escapar en la primera autocaravana que se detiene cerca de la base militar en el Área 51. Por suerte para él, en dicha autocaravana van dos terrícolas perfectamente dispuestos a rescatar y albergar a un alienígena con problemas. critica: No hay nada mejor para retomar esto del cine, del cual andaba yo un tanto aburrido (El Nicolás Cage no estrena, y eso me mata moralmente), con una peli de esas intrascendentes hasta decir basta. Paul El tema va de una pareja de frikis ingleses que han decidido darse una vuelta por Estados Unidos en plan turismo extraterrestre: Una convención de comic, una visita a los alrededores del área 41 y paletadas similares, que como bien sabéis están muy arraigadas en el reino yanky. El caso es que durante una de estas excursiones, y después de un accidente, socorren a un doble de ET pero en plan macarra y fumeta (además de ser más enano y carecer de ese cuello que hacia a ET mucho más esbelto), después de que este sufra un accidente de automóvil. El engendro en cuestión fuma porros como un carretero, suelta tacos a doquier, es un bailongo y un cachondo mental de cuidado, y de esta manera se gana el cariño de los frikis en un pispás. Estos le tienen que ayudar a llegar al punto de encuentro de su nave, ya que es perseguido por un infatigable agente de inteligencia, y luego más tarde por dos policías, que son unos gilipollas integrales, tanto en la realidad como en la ficción. A todos estos personajes se junta una especie de testigo de Jehová que el conocer a Paul hace que cambie su vida, aunque solo lo demuestra durante la peli diciendo subnormalidades referentes al pito, las tetas, el culo y alguna bobada más, con lo que supongo se reirán chavales de 7 años para abajo, pues gracia, lo que se dice gracia, tiene poca. Y ya está hecho el guión ¿Os imagináis que pasa? ¿Cuál será la siguiente escena?...¿Si? ¡Pues habéis acertado! La verdad es que dentro de la tontuna general me he reído, tiene alguna escena auténticamente descacharrante, de ahí mi cinco, que pudiera igual ser un seis o un cuatro, se puede ver, y se agradece, de vez en cuando, pelis de estas para echar el rato y soltar alguna carcajada. No se pierde nada por verla, pero no esperéis gran cosa. Paul
Una carta de amor al mundo del periodismo, ambientada en el contexto de la redacción de un periódico americano en el París del siglo XX, con tres historias interconectadas entre sí. critica: Sabiendo ya de sobra el poderío técnico, visual y artístico que tienen todos los trabajos de Wes Anderson, he encontrado esta película tremendamente aburrida. La crónica francesa A los 15 minutos me encontraba totalmente sobrepasada por la cantidad de información que me ofrecía la película y abrumada por los estímulos visuales y sonoros. El ritmo de las historias te exhausta y no te permite, al menos en mi caso, disfrutar de la película. Más estilo que sustancia, más estrellas que personajes, más homenaje que sentimientos. La crónica francesa
Después de que le llueven críticas por fallar en el pronóstico de una tormenta, un meteorólogo se refugia en la casa de su hija e inicia un viaje de autodescubrimiento. critica: Suelo ver poco cine argento. Luego de mucho tiempo, caí de improviso en Granizo y recordé porque no suelo ver cine argento. Pese a los vicios enquistados de nuestra industria, pude percibir en esta peli ciertas características que la salvan del cine promedio al que nos acostumbran. Vamos a ello. Granizo No es que el formato costumbrista esté necesariamente mal por estos "lares". El problema es el tratamiento crónico que le dan. ¿Para que ponerse en modo auto impostado a la hora de largar diálogos de rutina social? ¿Porqué hacer ver a cada momento de estos pasajes que se está recitando un guión? ¿Hace falta actuar de manera absurda y exagerada, para que todo suene tan ranciamente artificioso? Preguntas que no obtendrán respuesta, diría Teloresumo. Esto hubiera sido un Titanic si no hubiese estado sostenido por una historia que de costumbrista no tiene nada. Es completamente inusual y te lleva a pensar cuanto podría haber escalado si nuestra industria no fuera un nido de "caranchos". Un meteorólogo más famoso que Gardel, algo de cine catástrofe, un drama paterno/filial en el medio de gusto resultón...un microuniverso que reubica al espectador. Todo parece familiar dentro de un contexto que no lo es. La premisa de base impide el drama puro porque se hubiera roto el principio de credibilidad. Sin embargo la peli lo intenta una vez que se desata el conflicto: Granizo es una dramedia que coquetea con ciertos tintes trágicos sin pasarse de la raya. Pero he aquí el problema: funciona mejor cuando vira al drama y se vuelve chabacana y cutre cuando navega en la comedia. Solo algunos pasajes pueden ser risibles. Dentro del drama, no apuesta y queda en medio de un aire pesado-light que queda patentado en la escena de desahogo entre el prota y su hija: aquí Francella actúa acomodado, entre lo sensiblero y el sentido común, dejando pasar un punto de inflexión importante donde la peli podía haber pegado un cachetazo dramático y dejar huella, pero no. La introducción, nudo y desenlace de la historia dejan ver un guión interesante, cuyo tratamiento es deliberadamente tibio. A medias aguas. Me deja el sabor de una entrega simpática que se autolimita. No me resulta tanto un fiasco de fábrica, sino más bien una decepción, porque habia material y no fue debidamente aprovechado. Granizo
Un padre adicto al trabajo intenta visitar a su hija durante una escala en Los Ángeles, sólo para descubrir que ella ha desaparecido, se ve obligado a formar equipo con su torpe ex novio para encontrarla en el transcurso de una noche transformadora. critica: El microcosmos que se forma alrededor de una pareja sentimental suele ser bastante curioso: no faltan el suegro escéptico, el yerno o la nuera presos de expectativas, y los amigos circunstanciales del novio o novia. En el mejor de los casos, una familia forzada que acaba ganando confianza con el tiempo, y en el peor, una serie de individuos que acaban olvidados tras una dura ruptura. Una noche con mi exsuegro 'All Nighter' se mete de lleno en ese universo de afectos convenidos, y lo mezcla con algo tan superficial como la típica historia de improvisados compañeros de juerga toda la noche: dos conceptos tan contrarios que encuentran humor a fuerza de relacionarse. Martin, un tirado de la vida, recibe la visita del Sr. Gallo, padre de su ex-novia Ginnie, contándole que no consigue localizarla, y que la última pista que tiene para localizarla es la bochornosa cena en la que ambos se presentaron seis meses atrás. Entonces empieza un desconcertado viaje por Los Ángeles, tratando de reconstruir esos últimos meses en los que ambos hombres no supieron nada de la mujer que sigue siendo tan importante para ellos. Suceden las típicas situaciones de estas historias, y realmente nadie puede culpar a su director de que le haya parecido gracioso embutir el serio porte de J.K. Simmons en una camisetita rosa, mientras empuña una pistola consolador (tal cual). De hecho, si todo no naufraga en estos primeros tímidos compases, es culpa de semejante actorazo acompañado de un notable Emile Hirsch, que elevan un viaje de fumaos cualquiera a una interesante e irónica relación forzada por la necesidad, a través de un inmejorable músculo cómico. Pero eso es porque lo más interesante viene después: a su manera, tras una tarde entera persiguiendo pistas falsas, ambos hombres encuentran la manera de abrirse, y admitir que han fallado a una persona para la que nunca estuvieron realmente allí. Martin ya no es tanto un tirao como un joven con ciertas ambiciones al que la vida le ha dado calabazas, y el Sr. Gallo deja de ser un estricto empresario para ser un padre falible y comprensivo. La terapia nocturna de copas y locales ayuda, y rondando la madrugada no parecen tanto dos extraños presos de una extinta relación sentimental como dos tipos que lo hicieron lo mejor que pudieron. A veces pasa dentro de ese microcosmos del que hablaba: te obsesionas tanto pensando en los otros como extraterrestres alrededor de tu novio o novia, que olvidas que son tan humanos como tú. Valga esta divertida historia, con J.K. Simmons y Emile Hirsch como guías de excepción, para recordarlo. Una noche con mi exsuegro
Mientras canta en una boda que implosiona, un músico nómada se enamora de la novia, que tiene problemas con su familia. Ahora, él debe salvarle la vida.... La canción del corazón Critica: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... La canción del corazón