Cuando cumple 18 años, Heather Mason decide buscar a su padre. Las pesadillas que la acechan la conducen a la ciudad de la niebla eterna, donde acabará descubriendo el misterio de Silent Hill. Secuela de la película Silent Hill, basada en una saga de videojuegos homónima. critica: Antes que nada, aclaro que soy un fan de la saga de videojuegos que da nombre a este esperpento, que, en mi opinión, y al menos en sus primeros episodios, trasciende su supuesto papel de entretenimiento mataneuronas y se eleva a la categoría de arte con mayúsculas. Silent Hill: Revelation En cambio, respecto a la película de Gans, que me parece interesante, no soy tan entusiasta. Lleno de altibajos, aquel Silent Hill combinaba una atmosfera impresionante y una cierta elegancia general muy de agradecer con momentos que daban auténtica vergüenza ajena. Mientras que la puesta en escena y todo el aspecto visual eran sobresalientes y muy fieles al universo original, el guion era una montaña rusa que pasaba de lo brillante en una escena a la gilipollez más infame en la siguiente. Una ezquizofrenia que se explicaba bastante bien al descubrir que los guionistas principales eran el propio Christophe Gans (presumible autor de las pifias, pues le vamos conociendo) y Roger Avary, nada más y nada menos que el tipo que escribió Pulp Fiction. Y llegamos a Silent Hill Revelation, una película que a día de hoy, y cuando ya ha salido el Bluray en USA, ni siquiera tiene fecha de estreno en España (¿Este mes? Ya veremos...). Y ni falta que hace, oiga… Porque es un truño de dimensiones épicas: la cura definitiva del insomnio… De hecho, y tras verla, me he visto obligado a subirle un punto a la de Gans, que en comparación con esto es Ciudadano Kane. Este pestiño no tiene ni una de las virtudes de aquella y colecciona todos sus defectos elevados al cubo: a tomar por el culo la atmosfera, la intriga, el desasosiego y el misterio; bienvenidas la vulgaridad, el ritmo acelerado, el infantilismo, los diálogos absurdos y el regusto adolescente. Por joder, jode hasta la música de Yamaoka, que convierte en un remix bakaladero. Sí lo que jodía (en parte) el trabajo de Gans eran ciertas flaquezas del guion y su interés en meter con calzador elementos del juego que no venían a cuento (como Piramid Head, por ejemplo) con el presumible fin de llenar los cines de niñatos, aquí todo se reduce a eso: basura puramente adolescente; situaciones absurdas e inconexas de relleno que tratan de epatar al personal base de gore de baratillo, diseños cutres, y sobredosis de los más vergonzosos y casposos efectos digitales vistos en décadas. En otras palabras, estamos ante la típica adaptación a lo Uwe Boll de un videojuego. El tal Bassett ya demuestra desde el prólogo ser una nulidad como director y desconocer los más elementales mecanismos del terror, pero, aun y todo, los primeros minutos parecen dar a entender que la película puede resultar moderadamente entretenida. Pero no, ni eso… Lo que no destroza su ritmo acelerado y su total falta de medios lo hace el patético guion. Y es que el tipo, incapaz de distinguir que era lo relevante y que accesorio en la historia que se adapta (correspondiente al Silent Hill 3) o que funciona y que no, se las arregla para destruir con sus infantilismo y estúpidez tanto la idea original del juego como la película de la que es secuela, cuyo buen final enmierda con sus idioteces pueriles (¿Qué coño es eso del espejo?). ¿Algo salvable? Sí. Únicamente, las dos escenas aisladas que comento en el spoiler. El resto, perfectamente prescindible e inevitablemente olvidable, va para el contenedor de materia orgánica. En definitiva, una pobrísima e infantiloide cinta de “terror” que no contentará a nadie. Ni al espectador medio, al que le resultará soporífera e incomprensible, ni al fan, al que se le hará insultante y dolorosamente torpe. Silent Hill: Revelation
Nunca seremos tan especiales como soñábamos cuando éramos pequeños. Este es el chasco que se llevan Warren y Spencer, dos jóvenes de clase media sumidos en el desencanto de la vida común y que se rebelarán contra el sistema planeando un robo... a una biblioteca de universidad. critica: Interesante película con algunos de los actores jóvenes de mayor proyección del Hollywood actual. Evan Peters como el chico rebelde y problemático; el talentoso irlandés Barry Keoghan como el chico con deficiencias emocionales; y Blake Jenner como el típico guaperas, componen esta particular pandilla de ladrones. American animals Esta es una película que, a pesar de su sencillo argumento (y predecible desenlace), consigue proyectar alta tensión durante gran parte del metraje: en efecto, los momentos previos al robo, el robo mismo y las secuencias posteriores poseen una carga dramática fabulosa. Estamos ante una historia sobre las consecuencias del "dinero fácil", la estupidez propia de la juventud y las malas decisiones. Hay que decir que el director Bart Layton, que ya nos había presentado el interesante documental El impostor (2012), incluye elementos de falso documental a la cinta, consiguiendo un mayor realismo, un mejor desarrollo de los personajes y una buena argumentación de la trama. En general, una buena película que le aporta cosas nuevas al desperdiciado género de robos y atracos. American animals
El conocido profesor Professor Jerzy Abramski es asesinado. De su investigación se encarga el inspector Wojciech Samborski y su ayudante, la oficial Marta Zadara. Ambos dan por sentado que tras el asesinato se esconde su amante. Sin embargo, su muerte cambia por completo el devenir de los acontecimientos. La fundación "Helpful Hand", fundada por el profesor Amramski, atrae la atención de la policía. La investigación les llevará a descubrir una trama de corrupción basada en el tráfico de órganos. Todo se complica aún más cuando ambos policías empiezan a mantener una relación sentimental entre ellos, lo que complica las pesquisas del caso. critica: Acostumbrado un servidor a las películas americanas de este género, uno, no sabe sacar provecho a esta Al servicio de la guerra. Una película totalmente desconocida, sin referencias, que a pesar de una correcta puesta en escena no termina de convencer. Desde un punto de vista particular es como si existiera el síndrome de la comparación, de forma que los responsables del film agarrándose a situaciones mil veces vistas en las películas policiacas, han optado por hacer una película de mucho realismo y con una seriedad aplastante, pero creo que sin alma; muy parca en diálogos ocurrentes. Recurre a una estructura argumental muy común: Empresa (en este caso utilizan el apelativo de "Fundación" para crear más confianza), ilegalidad oculta, mafioso en la sombra, sicarios, y pareja de policías en acción. Aquí un hombre y una mujer que, hay que decirlo, perfectos en sus papeles. Justo es decir que tiene de fondo un asunto muy polémico y actual, el uso del ADN (datos al fin y al cabo) para fines privados. Muestras recogidas que archivadas atentan contra la libertad individual y contra la protección de datos; serían muestras que en malas manos comprometerían a cualquier ciudadano de una forma definitiva. Los negacionistas se agarrarían a este tipo de actuaciones mafiosas para desmarcarse contra todo aquello que fuera de interés social. La acción no ofrece apartados novedosos, ni un gramo de humor, no hay contacto vecinal. Los personajes no tienen particularidades, no puedes simpatizar con ninguno. Las implicaciones con las altas esferas ofrecen como mucho, un detalle, el de las zapatillas de la ministra; y lo mejor (y aplicable en resumen a la película) es lo que dice la agente Marta en un momento de apuro: Me falta cariño.
Bajo los kilómetros y kilómetros de tortuosas catacumbas que hay bajo las calles de París, un grupo de exploradores se aventura entre los cientos de miles de huesos sin catalogar que ocupan el laberinto y acaban descubriendo cuál era la verdadera función de esta ciudad de los muertos. El recorrido se convierte en un viaje al corazón del terror. AS ABOVE, SO BELOW llega a lo más profundo de la mente humana, sacando a la luz los demonios que regresan para perseguirnos. (FILMAFFINITY) critica: Engañoso el título español de este film que induce a pensar que estamos ante un film religioso cristiano y nada más lejos de la realidad. Nos encontramos ante un (pseudo)foundfootage con mucho truco en sus cámaras para conseguir una fotografía más trabajada que la que suelen ofrecer estos "materiales encontrados"; quizás el talón de aquiles de este tipo de películas. Pues aquí lo resuelven repartiendo cámaras entre todos los participantes de la expedición con lo que la variedad de encuadres es mucho más variada. As above so below(paso del título en español) nos pone en la piel de la que suponemos es una arqueóloga(no queda muy claro si lo es) obsesionada con el trabajo que consumió la vida y cordura de su padre; nada más y nada menos que encontrar la... Así en la Tierra como en el Infierno ¡¡¡PIEDRA FILOSOFAL!!! No la de Harry Potter, la que buscaban los antiguos alquimistas y que se suponía podía convertir el plomo en oro y daba la vida eterna a su poseedor. Sus pesquisas la acaban llevando hasta las catacumbas subterráneas de París y con la ayuda de un antiguo "amigo" y un grupo de expertos en esas catacumbas acabarán encontrando algo más que los seis millones de esqueletos que la habitan... Con unas actuaciones más que decentes; quizás la protagonista sobreactúe un poco; una fotografía no tan aburrida como las que no suelen ofrecer estos films por lo comentado anteriormente y un guion que ofrece más de lo esperado nos encontramos ante un más que interesante film que no debe perderse cualquier aficionado al género. Una pena que algunas situaciones se resuelvan de forma precipitada y que presente algunos fallos de guion ( spoiler). Lo dicho, más que recomendable para los amantes del género. Así en la Tierra como en el Infierno
Una joven regresa a su pequeña ciudad natal con la intención de matar a su padre abusivo, pero descubre que alguien lo asesinó el día anterior. Mientras busca respuestas, descubre un legado familiar más peligroso de lo que había imaginado. critica: Thriller de clase B, con un pequeño guión y actuaciones correctas donde una joven llega a un desolado pueblo para matar a su padre por cuestiones del pasado, pero las cosas no saldrán como lo planeado y deberá emprender una carrera para sobrevivir. Con todos personajes marginales, perdedores, de pocas palabras, abatidos, a tono con el pueblo, esta historia refleja la desolación generalizada. Sobre el final el guión da una pequeña vuelta de tuerca pero no alcanza para salir de la medianía. Bella Thorne actúa bien y Mickey Rourke, desfigurado, no le queda otra que hacer de uno de los malos, a tono con su rostro. En síntesis sin ser gran cosa, puede verse sin problemas. Niña
Galicia, norte de España, 2 de enero de 1921. El barco de vapor Santa Isabel, que navega hacia Argentina con más de doscientos emigrantes a bordo, se hunde frente a la costa de la isla de Sálvora. Tres mujeres isleñas, María, Josefa y Cipriana, que valientemente se han hecho a la mar en una frágil chalupa para salvar a los náufragos, son tratadas como heroínas por las cínicas autoridades; pero León, un inquisitivo y tenaz periodista argentino, empieza a hacer preguntas incómodas. critica Dos de Enero de 1921, de madrugada y con la visibilidad reducida por la densa niebla, el vapor Santa Isabel se fue a pique en plena ría de Arousa dejando 213 cadáveres. Sobre esta catástrofe perdida en los libros de historia, Paula Cons debuta en la ficción con una propuesta valiente, no exenta de riesgos. Sale airosa del envite moldeando un trhiller correcto, aunque los mimbres de partida apuntaban a un cesto de mayor empaque. La isla de las mentiras Pone el foco en tres isleñas (Nerea Barros, Victoria Tejero y Ana Oca) que se lanzaron al mar para rescatar a decenas de náufragos de una muerte segura. Un periodista argentino (Darío Grandinetti) va a cubrir un suceso en el que atisba algo más que un mero accidente. Intuye una historia de enjundia alrededor de unos lugareños parcos en palabras, de comportamientos contradictorios. Las actrices protagonistas ejecutan un trabajo loable. Sus rostros reflejan las cicatrices inherentes a una vida ruda, durísima, con el aislamiento, el analfabetismo y el caciquismo martilleando a la población al compás de una meteorología caprichosa e inclemente. ‘La isla de las mentiras’ convierte el islote de Salvora en un peñasco hostil, dónde se respira la ranciedad. Las escenas del rescate me parecen rodadas con excesiva pulcritud. Me dejan frío, tiritando como esas pobres gentes vencidas por la intemperie. Era el momento de la contundencia fílmica, del puñetazo en la mesa para ensalzar la gesta de esas heroínas maltratadas por la superchería, el prejuicio, quién sabe si también por la envidia (dichoso deporte nacional). El personaje encarnado por Darío Grandinetti en un momento del metraje dice: ”sólo ustedes saben lo que ocurrió aquella noche. Está claro que yo fracasé en descubrirlo”. Su paso por la cinta me deja idéntico regusto. Le veo a medio gas, sin desplegar todo su potencial y carisma, que es mucho. Pons urde una intriga que se mezcla muy bien en el entorno, con panorámicas marítimas de intimidatoria belleza, aunque llegado el clímax, falta la guinda coronando el pastel. Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para https://rockandfilms.es La isla de las mentiras