La trama sigue el drama de una salchicha y sus amigos, otros productos de supermercado, cuando descubren que serán brutalmente asesinados al llegar a casa de sus compradores. Es entonces que necesitan encontrar una manera de regresar al supermercado y avisar a sus amigos de lo que realmente sucede con la comida. critica: Hasta hace relativamente poco, la animación era cosa de unos pocos. Un Disney por aquí, un Pixar por acá, un Dreamworks allí... todo el panorama estaba dominado por las buenas intenciones en el mejor de los casos, las blandurrias decepciones en el peor. La fiesta de las salchichas ¿Todo? ¡No! El talento para lo subversivo, un camino distinto para el género, estaba en manos de unos pocos elegidos como Ralph Bakshi, Bill Plympton... los únicos que con presupuestos mínimos y mala baba se atrevían a plantarle cara al gigante de lo políticamente correcto. Se escondían en las sombras, rara vez lograban tener estrenos comerciales, pero la prueba de su existencia era suficiente para los que seguíamos pensando que la animación no es solo cosa de críos, sino un nuevo continente que pedía a gritos ser explorado. Pasó el "boom" de las superproducciones animadas tridimensionales, pasó el establecimiento del Oscar a Mejor Película Animada, pasaron los notables esfuerzos de Pixar por salirse de la canasta de lo obvio y sobado... pero todavía quedaban pasos por dar. Tuvieron que ser Seth Rogen y compañía, los fumetas oficiales del barrio, los colegas que nadie admira, pero a los que todo el mundo financia películas porque seguramente caen demasiado bien como para decir no, los que entre nubes de maría y pipas de crack tuvieron la mejor idea de todas: ¿por qué no una película animada que sea la pesadilla de toda asociación de padres? ¿por qué a nadie se le ha ocurrido que la comida puede insultar, fiestear y follar? 'La Fiesta de las Salchichas' ya es gloriosa solo por cómo se ha vendido: a lo grande, sin ocultar que no es para todos los públicos, y obscenamente orgullosa de todas sus salvajadas. De hecho, es fácil imaginar las caras de malicia que habrán esbozado sus creadores ante la idea de padres inocentes alrededor del mundo, demasiado ocupados para echarle un vistazo a lo que ven sus hijos, cuándo tengan que explicar porque la salchicha Frank y el panecillo Brenda solo quieren "meterse la puntita". Tras el numerito musical típicamente Disney que abre la peli será demasiado tarde para darse cuenta de que la familia está viendo un festival de barbaridades, y parece que incluso ha sido pensado así como una manera de decir "borregos, aprended, esto no es lo de siempre". Solo haberse estrenado con cierta repercusión ya deja clara la valentía de unos responsables que han pensado antes en la libertad que en el dinero, pero es que el resto no se queda atrás: desmembramientos, obvias referencias sexuales, escatología, drogas y los peores (mejores) dobles sentidos llenan una alucinante hora y media en la que la sensibilidad del espectador es lo primero que se ha tirado al retrete. Y muchísimas gracias por hacerlo, habría que decirles a Rogen y compañía: cuándo voy al cine no quiero que me den mierda rancia espolvoreada con lo de siempre (como lleva haciendo gran parte de la animación reciente), sino cosas que me pillen con la guardia baja. En un mundo de lloricas, ofendidos y guardianes de la virtud da gusto encontrarse con algo así, tan sutil como una eyaculación en la cara de todos ellos, y que lejos de pedir disculpas nunca se transforma en todo aquello que está parodiando. Al contrario, detrás del incontrolable chorro de cerdadas, aún queda tiempo para una historia que tiene a una salchicha tratando de convencer a todo el supermercado de que los humanos somos monstruos insaciables incapaces de dejar de matarlos y comernos sus vísceras. Otra cosa que parecería una excusa para la juerga, pero que afortunadamente es la punta del iceberg de la crítica más ácida y negra que se guarda la película, a toda una sociedad ciega por sus creencias y propios intereses, que cuando le conviene pone la oreja, y cuando no deja de escuchar a charlatanes que dicen que los dioses les van a comer. Como toda buena sátira, esta fiesta de salchichas pone los comportamientos exagerados, y ya cada cuál elige ver si se parecen en algo a la realidad. Porque nos reímos de un pan de pita claramente árabe proclamar que le esperan 70 aceites de oliva vírgenes en el paraíso, pero la misma cosa a este lado de la pantalla nos provoca un respeto reverencial. Rogen y amigos están divirtiéndose demasiado para convertir esto en un comentario social, pero hasta la tontería más inmensa alcanza cumbres de absoluta genialidad cuando los "bagels" judíos y los panes de pita árabes conviven en un mismo pasillo al que todos llaman "la tierra prometida". Luego habrá algunos que digan que todo esto es "caca, culo, pedo, pis"; los mismos que no tienen problema en ver eso mismo en la última película de perritos animados, supongo. Ah, pero que en esa no se ofende a nadie, vale. Al final, lo más importante es el ruido del muro al desplomarse. Ese que solo dejaba autoridad a los de siempre para llenar cintas animadas con lo de siempre. Es el asalto definitivo de la incorrección política, de la fiesta y la rebeldía. Y suena a glorioso orgasmo de una salchicha penetrando un panecillo. La fiesta de las salchichas
Después de sobrevivir a un accidente automovilístico que le quitó la vida a su novio, una adolescente cree que él está intentando reconectarse con ella desde el más allá. critica: ¿Cómo describir un amor de verano que acaba en tragedia?, pues así arranca la película "Entre dos mundos", donde Tessa y Skylar sufren un accidente de coche, y la que sobrevive es ella, a partir de aquí empezaríamos a narrar la historia de amor de la joven pareja, como un idilio de amor de verano dónde mantener viva la llama de un bonito romance que terminó fatídicamente. La magia del amor hará que Tessa pueda contactar de alguna manera con el espíritu de Skylar Entre dos mundos . ¿A qué nos suena todo esto?, pues si, "Ghost" ha sido una gran referencia para inspirar esta película, incluso aparece un póster de la película en una secuencia. A parte de la conexión entre la protagonista y su difunto novio, tenemos también cierta conexión con una médium, ese guiño es una gran referencia a la interpretación de Whoopi Goldberg en la película de 1990. Salvando las distancias, solo sirve como inspiración, ya que la historia de amor entre los protagonistas es diferente e incluso única, solamente toma pinceladas para que nuestra memoria se ponga en marcha para recordarla. Su protagonista Joey King le ha puesto tanta pasión en el proyecto, que ha participado incluso en la producción de la misma, y cuando crees en algo pues debe salir bien, y es el resultado final de esta película. Es un acierto para la joven actriz, que ha hecho aguas últimamente en otros proyectos cinematográficos. Esta película además tiene planos y secuencias fabulosos, también una fantástica fotografía. Si eres un romántico/a te gustará esta película, porque te dejas llevar por la química de sus protagonistas, y aunque no sea una trama demasiado novedosa, al menos te provocará una sonrisa, que es de lo que se trata, de entretener y pasar un rato agradable. Entre dos mundos
Superproducción épica sobre la figura bíblica de Noé. En un mundo destruido por la perversión de los hombres, un humilde carpintero llamado Noé recibe una importante misión que será trascendental para la evolución y el desarrollo de la raza humana. Dios, cansado del corrupto y depravado comportamiento de los seres humanos a los que él mismo dio vida, advierte a Noé de un necesario e inminente diluvio universal que depure y libere a la tierra de la acción humana. Noé tendrá que construir un arca gigante para salvar a su familia, donde deberá reunir a una pareja de cada especie animal para preservar su conservación y crecimiento tras el apocalíptico diluvio que acabará con la humanidad y su fatídica conducta. El arca evitará que los seres que estén dentro mueran ahogados y los mantendrá con vida para una posterior reconstrucción del universo. critica: El cine de Darren Aronofsky nunca ha sido fácil. Ya desde su primera película, "Pi, fe en el caos" (1998) dejaba claro que no iba a tomar el camino sencillo, aunque esto no impidió que la dura "Requiem por un sueño" (2000) le pusiera en el mapa de forma global, un film sobre el abuso de las drogas que no dejaba indiferente ni se cortaba para mostrar las consecuencia de éstas en la vida de varios personajes. El salto sin red llegó con la (en mi cabeza) extraordinaria "La fuente de la vida" (2006), una de esas cintas que dividen opiniones de forma radical, y continuó su senda con dos trabajos aclamados por público y crítica, e incluso ganadores de premios, como son las notables "El luchador" (2008) y "Cisne negro" (2010). "Noé" ha tardado algo más de tiempo en llegar, estando de hecho en preparación desde después del lanzamiento de "Pi", siendo un proyecto que Aronofsky quiso sacar adelante numerosas veces, algo que consiguió -en parte- en forma de cómic y, ahora, como película. Un film que (de nuevo) vuelve a terrenos pantanosos, que no espera contentar a nadie y que se limita a ser su visión del relato bíblico. Ante todo, Darren es un autor, y lo es (casi) hasta las últimas consecuencias. Noé "Noé" no es sin embargo la película que alguien esperaría encontrar teniendo en cuenta exclusivamente su temática. Ni siquiera, partiendo de un realizador como Aronofsky. A medio camino entre el blockbuster épico, con batallas multitudinarias, violencia salvaje y criaturas de fantasía como gólems de piedra; y el cine de autor (con un retrato de personajes por encima de la media, aunque eso no signifique que sea tampoco muy complejo), es paradigmático que sea justamente esa mezcla, apenas funcional, la que haga que la película sea como poco interesante. Fallida en parte, pero también con instantes valiosos, momentos en los que se puede ver quién está detrás (ese tramo que aborda la psique humana, fruto de la obsesión, la fé ciega) de sus imágenes. No todo son efectos digitale de ILM; hay algo debajo. Le cuesta salir y lo hace a ritmo de Clint Mansell, que vuelve a aliarse con el realizador para componer una banda sonora bastante sólida en la que las imágenes se apoyan sin ningún tipo de reserva. Los temas que se abordan son los razonables partiendo del relato en que se basa, no hace falta describirlos. No obstante, en esa diferencia de estilos reside algo curioso: si la primera hora de la película (aproximadamente), en la que se concentra todo lo previo al gran diluvio, la segunda mitad es considerablemente intimista. Los personajes están presentados, así como los conflictos que existen entre ellos. Lamentablemente en algunos casos Darren -y su coguionista Ari Handel- pecan de ser demasiado esquemáticos, introduciendo elementos que rompen la lógica interna del propio film, como todo lo que ocurre con el hijo mediano de Noé (un poco a loa Anakin Skywalker). La representación de ciertos momentos también roza el absurdo(1), algo que detallaré en spoiler para no destrozar el visionado de la película a nadie que esté pendiente de verla, pero que tienen más que ver con la forma en que se filman que con el contenido de por sí. Crowe, Connelly y compañía no hacen un mal trabajo levantando a estos personajes, y decir lo contrario es negar la evidencia. Suya es la labor más complicada y es hacernos creer, al menos en parte, que lo que sucede en pantalla tiene algún tipo de validez. Lo consiguen cuando el guión se lo permite, pero también es cierto que ninguno de los personajes es tan sólido como otros que han construído con anterioridad estos mismos creadores. Así que al final, en Noé quedan buenas ideas mezcladas con otras que no lo son tanto, una película amorfa, casi fallida, pero que merece la pena ver porque en el fondo es el film 'cristiano' menos convencional desde "La última tentación de Cristo" (Martin Scorsese, 1988), sin ir demasiado lejos. Su mayor problema es que no es todo lo salvaje que podría, pero tampoco está domesticada en exceso. Se queda en tierra de nadie y su final, sea o no fiel a la historia bíblica, creo que podría ser bastante mejor(2). De nuevo, lo aclaro en spoiler. ¿Merece la pena "Noé"? Sí. Aún siendo la peor película de su director, hay arrojo y valentía en un film suicida que, camuflado como cine de autor, abraza directamente la épica del 'nuevo cine épico' que recuperó, en cierto modo, Peter Jackson con su "El señor de los anillos". Y tiene algunas partes magníficas (la historia de la Creación) que merecen verse en pantalla grande. Noé
Tras haber vivido un matrimonio arreglado, una mujer enigmática con un pasado doloroso se enfoca en su hogar mientras una plaga de crímenes sobrenaturales azota su aldea. critica: Me ha encantado la película, nos ha hecho pasar un buen rato al más puro estilo de cuento de misterio de cuando éramos niños. Un bosque misterioso con una leyenda sobre una "bruja" que mata a los hombres. Un palacio en medio de ese bosque donde se nos va contando la vida de una familia, y en particular de una de las mujeres, casada con el dueño del palacio cuando era niña en la más pura tradición hindú. Imágenes misteriosas, oníricas, decorados alucinantes. No veo dónde ven algunos por ahí un alegato "feminista"... ¡menuda chorrada! Es un precioso cuento de hadas y brujas que me hubiera encantado ver de pequeño (pero seguramente no apto para menores). No hay escenas gore, todo es exquisito; aunque un par de escenas son violentas porque deben serlo. Bulbbul
El origen de las carreras de dragones. , es un cortometraje que describe cómo se inventaron las carreras de dragones. Hipo y todos sus amigos de la academia del dragón discuten sobre quien lo inventó realmente. critica: Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Dragones Cómo entrenar a tu dragón: El origen de las carreras de dragones Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Dragones Cómo entrenar a tu dragón: El origen de las carreras de dragones
Un idioma milenario agoniza: sus dos últimos oradores, Evaristo e Isauro (años 70) tuvieron una pelea hace 50 años y no se han hablado desde entonces. Martin, un lingüista, emprenderá el desafío de reunir a los dos viejos amigos y convencerlos de que vuelvan a hablar para que pueda obtener un registro del idioma. Sin embargo, escondido en el pasado, en el centro de la jungla, yace un secreto escondido en el lenguaje que hace difícil creer que el corazón de Zikril latirá nuevamente. critica: En su tercera película de ficción, el director Ernesto Contreras cambia de paisaje, mudándose de la ciudad a la costa veracruzana de Los Tuxtlas, pero se mantiene narrando historias de personajes que deben sobreponerse a sus decisiones, en otra colaboración con su hermano y guionista Carlos Contreras. Sueño en otro idioma Martín (Fernando Álvarez Rebeil) es un joven lingüista que llega a la región de los Tuxtlas, en Veracruz, con la intención de documentar y guardar registro de una lengua a punto de morir, el zikril, la cual es hablada por solo dos personas, Isauro (José Manuel Poncelis) y Evaristo (Eligio Meléndez), quienes tienen mucho tiempo enemistado y sin dirigirse la palabra. Martín pretende unir a los dos hombres para grabar una conversación y para ello cuenta con la complicidad de Lluvia (Fátima Molina), la nieta de Evaristo, quien buscará persuadirlo para encontrar con Isauro, pero viejos rencores y secretos del pasado se interponen en su decisión. Tomando como pretexto el narrar el intento de un joven por evitar que una lengua indígena, el zikril (lengua ficcional creada para la película), muera en el desuso y el olvido, ‘Sueño en otro idioma’ es una película que aborda con solidez diferentes y variadas temáticas, donde el tema del lenguaje y el idioma cobran vital importancia. Pero lo que en realidad quiere narrar la película de Contreras es la historia de Isauro y Evaristo, una historia enclavada en el pasado, llena de secretos, rencores, pasiones, una mujer en el medio y el lenguaje como barrera y al mismo tiempo como puente, una relación rota a través de los años que podría, precisamente gracias a la lengua zikril, tener un reencuentro público, pero manteniendo el secreto guardado en las palabras que nadie más entenderá. La película transita por diversos estados donde el sonido y la atmósfera de la montaña, los bosques y las playas, bañados en una espesa neblina, enmarcan una historia contada con nobleza, emotiva y conmovedora, lejos de la solemnidad propia del cine mexicano. http://tantocine.com/sueno-en-otro-idioma-de-ernesto-contreras/ Sueño en otro idioma