Sarah es una estudiante adolescente que toca fondo anímicamente tras huir de casa. Una vez sola, no tiene a nadie que le ayude a superar sus recurrentes pesadillas. Su única oportunidad de sobrevivir pasa por participar en un estudio universitario en la que entabla amistad con el científico supervisor, llamado Jeremy. Sin embargo, hay algo extraño en el procedimiento al que se somete, y con el paso de los días las pesadillas de Sarah empiezan a empeorar. critica: Come True es un caótica, hipnótica y extraña, como pueden ser los sueños. Come True (Se hacen realidad) Tercera película del director canadiense Anthony Scott Burns, donde él mismo es responsable del guión, la fotografía y la música. Estamos pues ante una propuesta muy personal, apadrinada por el productor Vincenzo Natali.(Cube (1997)). El film parte de una premisa ya vista: adolescente con problemas para conciliar el sueño y aporta una nueva mirada al incorporar un dispositivo capaz de mostrar lo que ve una persona que está soñando. Todos estos elementos hacen del film a priori una propuesta tremendamente interesante con muchas posibilidades. Lamentablemente estamos ante una propuesta irregular desde el punto vista dramático. Con exceso de metraje para lo que finalmente nos cuenta, su mejor baza es la utilización inteligente de imágenes con textura retro, algo que recuerda al cine de Cronenberg. El tono onírico y triste potenciado por las ochenteras músicas de Electric Youth la emparenta con films como It Follows (2014) o Nightmare on Elm Street (1984) y es lo mejor del film. El desarrollo dramático se va desinflando y la trama avanza caóticamente hasta llegar a un desenlace más que discutible. En cualquier caso, si obviamos algún momento videoclipero totalmente sobrante, no deja de ser un film estéticamente sugerente con momentos hermosos que justifican, en parte, su visionado. Come True (Se hacen realidad)
Alpha es una aventura épica ambientada en la última Edad de Hielo. Europa, 20.000 años atrás. En mitad de su primera cacería con el grupo de élite de su tribu, un joven es herido y dado por muerto. Al despertar se encontrará débil y solo, y deberá aprender a sobrevivir y abrirse camino ante la dura y cruel naturaleza. Acompañado a regañadientes de un lobo abandonado por su manada, los dos aprenderán a confiar el uno en el otro, convertirse en aliados y superar los innumerables peligros para, contra toda posibilidad, encontrar el camino a casa antes de que llegue el letal invierno. critica: Alpha es la primera película que Albert Hughes hace sin su hermano Allen. El dúo ha dirigido anteriormente Menace II Society, Desde el Infierno y El libro de Eli. Un rodaje en Alberta (Canadá) y un presupuesto de más de 50 millones de dólares para contarnos una historia de la era paleolítica en la que aparece el primer vinculo de amistad entre un lobo y un ser humano, se ha rodado en un idioma extranjero desconocido, con subtítulos en inglés. Aquí creo que se doblara al castellano. Alpha Kodi Smith-McPhee interpreta a Keda que junto al lobo son dos individuos separados de sus familias, solos, heridos, que juntos tendrán que ayudarse mutuamente para cazar y poder comer, defenderse de los depredadores , soportar el crudo invierno que se avecina y poder llegar al poblado para reencontrarse con sus padres que lo han dado por muerto. El film lleva la línea de las películas de aventuras que realizaba Disney en los años 80 con bastante violencia, pero no explicita, por lo que apenas se ve sangre. La recreación de ciertos animales por ordenador así como algunos paisajes está conseguido correctamente pero tampoco deslumbran los efectos especiales. La música es muy buena de Michael Stearns un compositor que ha trabajado mucho en documentales sobre la tierra como Samsara, Chronos o Baraka. No hay mucho diálogo, aunque la narrativa funciona perfectamente, tiene momentos visuales impresionantes y una buena carga de aventura sin momentos edulcorados. Será un buen disfrute para todos los públicos y un buen entretenimiento familiar de fin de verano. Destino Arrakis.com Alpha
Una pareja lucha por sacar adelante su relación cuando un virus que hace perder la memoria amenaza con borrar la historia de su amor. critica: "Little Fish" trata sobre una pareja que está intentando mantener su relación a flote en una pandemia en la que un virus hace que las personas pierdan sus recuerdos poco a poco. Pequeño pez Estamos ante un film independiente americano que mezcla ciencia ficción y romance para contar una historia creativa y original, al mismo tiempo que dolorosa y real. Este tipo de películas sobre pandemias, o enfermedades que tienen contagios masivos podrían haber sido catalogadas hace unos años de distopías o futuros lejanos. Pero a día de hoy, por desgracia asumimos como posibles porque estamos dentro de una de ellas, no película -que ojalá- sino pandemia. Desde que empiezas a ver la película, sabes que va a ser angustiosa, e incómoda. Pero la incomodidad no se produce por la situación de la sociedad en conjunto debido a lo que está sucediendo, sino por lo que ocurre en cada hogar de forma individual a todos aquellos que empiezan a padecer la enfermedad y como esto afecta en sus vidas personales y en sus relaciones. Algo así como una degeneración del ser, un retroceso intelectual y cognitivo que nos aleja un poco de lo que a un humano se refiere, y que hace que nos sintamos débiles e indefensos. Nosotros seguimos la pista de Emma y Jude, y de como esta intenta hacer todo lo posible para que su marido, consiga mantener la memoria y que no se olvide de ella, como ha estado ocurriendo con todos aquellos a los que el virus ha afectado anteriormente. El valor fundamental que tiene la película es el tipo de perdida que refleja. que pese a que en la película esté asociado al virus, en la vida real está asociado a otros parámetros. Me recuerda un poco a lo que nos está ocurriendo actualmente a nivel social. Debido a la monotonía de nuestros días, a los pocos planes que se pueden hacer, al tiempo que llevamos todos sin ver a nuestros amigos y a todo lo que conlleva el bucle temporal macabro que estamos experimentando. Sufrimos cierta pérdida dentro de nosotros. Ya no retroalimentamos el presente con vivencias e historias que nos mantengan ocupados. Ahora solo nos refugiamos en casa y esperamos a que pase algo. Nos aferramos a un recuerdo que cada vez está más borroso de tanto recordarlo y, el hecho de no estar dentro de la normalidad a la que solíamos someternos, hace que sea imposible volver a construir ciertos recuerdos de una manera sólida. Porque.. ya lo dice Emma en la película: - ¿Cómo vamos a construir un futuro... si no somos capaces de reconstruir el pasado?. Como he dicho anteriormente, en la película ese sentimiento de pérdida está asociado al virus o a la pandemia, pero en la realidad, esa ausencia que se ve reflejada, puede aparecer en la monotonía, en el aburrimiento, en la falta de chispa o también en el paso del tiempo, y como eso hace mella en nuestros cerebros. Un ejemplo de ello es echar la vista atrás e intentar recordar a nuestros abuelos fallecidos. La imagen que tenemos en nuestras mentes actualmente es muy diferente a la que teníamos de ellos el día que murieron, ahora más borrosa, difuminada e incompleta que por entonces. En cuanto a los actores protagonistas, Olivia Cooke ( "Me and Earl and the Dying Girl" 2015) y Jack O'Connell ( "Unbroken", 2014) ("Skins", 2007), hacen una interpretación muy buena y acorde con la historia, convirtiéndose en uno de los motivos por los que esta película merece la pena. A pesar de ser una cinta dolorosa, verosímil e incómoda en ciertas ocasiones, ha sido muy agradable haberla encontrado debido a su originalidad, a su rápido visionado y a la atmósfera tan creíble que los protagonistas crean en torno a ellos. Me recuerda un poco a la islandesa "Bokeh" (2017), con trazas de "Eterna Sunshine of Spotless Mind" (2004). Es importante que no la juzguen por tratarse de un romance, la importancia de esta no es la historia de amor sino como los protagonistas hacen frente a una realidad compleja que a todos nos va a afectar tarde o temprano. Pequeño pez
Un grupo de jóvenes de un correccional son enviados a un hotel para trabajar en su restauración durante el fin de semana. Lo que no sospechan es que allí vive un asesino en serie que hará de su estancia un infierno. critica: A nuestra querida Black Mamba en “Kill Bill” le cuesta sangre, sudor, lágrimas y las palizas de un viejo misógino oriental aprender ese loable arte de sacar los ojos. Muy útil para llorones habituales, fusiladores cegados por el odio y el deseo, venganzas imposibles y recomendadísimo para acabar con el calvario de numerosos espectadores que padecemos la visión de bodrios y películas lamentablemente mediocres. Los ojos del mal Alguno puede gritar a los cuatro vientos que la cinta de Gregory Dark, director de cine porno y clips musicales de artistas como Britney Spears o Xzibit, es una de las propuestas salvables dentro de las ‘slasher movies’ actuales. Otros darán la razón a la prensa americana que descuartizó sin compasión la película pese a cumplir con sus objetivos en el box office estadounidense. Los ojos del mal Aunque los problemas de “See No Evil” (la traducción en España posiblemente sea “No me cortes el cuello, que no te veo”) son los mismos que las ultimas atrocidades del cine de terror americano: una presentación de personajes lamentable, un montaje bochornoso aderezado con esos zooms in/out tan groseros más propicios para el cine X, la repetición de clichés horrendos habituales y un argumento chapucero más adecuado para una comedia de adolescentes – un cruce torpe de “Hotel Glam”, con camorristas del tres al cuarto, “Hostel” y “Saw”. Los ojos del mal Ante semejante infamia y cúmulo de disparates por habitación de hotel uno no sabe si unirse a sus inefables inquilinos a jugar al escondite inglés con el asesino, emular a Linda Lovelace tragándose el último modelo de móvil para que el politono haga más llevadera la indigestión o recluirse, como ese gigantón beato y pajero, para evitar el contacto de la luz solar o presenciar películas tan patéticas y ramplonas como “See No Evil”. Los ojos del mal
Precuela de "El exorcista" (The Exorcist, 1973), de William Friedkin, que relata el primer encuentro del padre Lankester Marin (Stellan Skarsard) con el diablo, en África, durante la Segunda Guerra Mundial. critica: Curiosa historia la de El exorcista: El comienzo. Schrader la rodó enterita y su montaje disgustó tanto a los productores que ofrecieron a Renny Harlin volver a hacerla desde el principio. Harlin aprovecha alguna de las escenas de Schrader para hacer, según mi punto de vista, una película mucho mejor que La versión prohibida (la de Schrader, que por desgracia no hace honor a su nombre). El exorcista: El comienzo De Renny Harlin había visto poco. La jungla 2 y Pesadilla en Elm Street 4. Los dos trabajos del finlandés me habían disgustado bastante, la verdad. El guion de Alexi Hawley está construido para ser fiel a la película de 1973 y darle un orígen digno. Sin alardes ni yéndose por las ramas, lo consigue (relativamente). Harlin utiliza trucos de mercadillo para asustar y convierte la película en un clon de cualquier producción de terror actual, en la que manda la poca luz y los sustos son previsibles, pero así y todo consigue ser la única que consigue, a menor escala, sobresaltar del mismo modo que la primera. Harlin tira de gore y de cambios de plano simples para asustar al espectador, que es de lo que se trata, pues quien piense que puede hacerse una secuela digna de un clásico atemporal como es El exorcista está muy, muy equivocado (yo lo estuve). Lo peor de la película son, sin duda, los efectos digitales. Lo de las hienas, en pleno siglo XXI, es inaceptable. Sin embargo, los efectos que se utilizan en el desenlace son bastante sorprendentes, visto lo visto. Stellan Skarsgard es un crack. El actor sueco se las apaña para brillar con cualquier papel, ya sea protagonista, secundario o se limite a aparecer dos minuts. En El comienzo imprime un carácter al 'Padre Marin' que se acerca al de Max Von Sydow y eso son palabras mayores. LIzabella Scorupco sorprende y mucho. La actriz, cantante y modelo polaca está a un nivel sensacional, como si se hubiese dedicado toda la vida a actuar. Yo, que no tenía ni puta idea de quién era, quedé fascinado... por varios motivos. Pasable, aunque poco más, el trabajo de James D'Arcy, muy limitado por un personaje que tiene poco que ofrecer, así como por su escasa capacidad para transmitir lo que sea. Resumiendo, que es gerundio: vilipendiada por la crítica y por el público, tras El comienzo y su monumental fracaso llegó La versión prohibida (que más bien debería llamarse La versión que no quisieron los productores y que tuvieron que aceptar por cojones, aunque el título es algo largo). A mi entender, esto no debió suceder, pues la obra de Renny Harlin es inmensamente mejor que la de Paul Schrader. Por mucho que Schrader sea un guionista soberbio (Taxi Driver, La última tentación de Cristo...) eso no te convierte en un buen director. Ni en director, qué coño. El exorcista: El comienzo
Chuck Noland, un ejecutivo de la empresa multinacional de mensajería FedEx, se ve apartado de su cómoda vida y de su prometida a causa de un accidente de avión por el que queda aislado de la civilización en una remota isla tropical. Único superviviente y solo en la isla, tras cuatro años de subsistencia Chuck aprende todas las técnicas de supervivencia mientras sufre la tortura de la soledad. La solución: arriesgar la vida adentrándose mar adentro. critica: Me gusta el cine, adoro el cine tanto en la gran pantalla como en el sofá de mi casa. Náufrago Pero especialmente me gusta el "protocolo" que conlleva el acudir a una sala. El paseito hasta llegar al cine, comprar las entradas, tomarte un refresco hasta que comience la peli en el bar de al lado, la sala, su olor, luces apagadas, en anuncio de Movierecord y... la magia. Náufrago Me quejo de la mala educación de la gente - cada vez más frecuente- que habla y comenta la película con su acompañante y soy de las que llama la atención, por muy mala que sea la película no soporto los cuchicheos. Náufrago En ésta película el ambiente de la sala cortaba la respiración, y era eso sólamente lo que se oía: la respiración de la gente. Náufrago La sala a oscuras estaba invadida por un silencio sepulcral de los que cortan el aliento. No podíamos despegar los ojos de Tom Hanks, en un isla, tratando de sobrevivir. Incluso en esos momentos en los que la única banda sonora era el sonido del mar, como dice gelen, la gente callaba mirando atónita al espectáculo que se proyectaba. Náufrago Un Tom Hanks generoso y perfecto nos ha regalado una de las mejores interpretaciones de la historia del cine, y sobre todo una de las más valientes, porque igual que es más fácil hacer llorar que reir, también lo es basar una película en una única persona, sin nadie más que le apoye (perdona, Wilson, me refiero a personas). Náufrago Fuera de cambios de imagen del actor, fuera de la grandiosidad de las escenas, fuera de cualquier artificio, agradecemos a Zemeckis el regalo de una verdadera interpretación, de esas que se agradecen y se mantienen en el corazón para siempre. Náufrago