Una joven pareja viaja al Europa del Este para realizar una cirugía plástica. La mujer desea una reducción de pecho, mientras que su madre, que acompaña a ambos jóvenes, anhela un estiramiento facial. En un momento del viaje, mientras el novio está dando un paseo por una zona abandonada del hospital, descubre accidentalmente a una mujer atada y amordazada a una mesa de operaciones, ella es el resultado de un tratamiento experimental de rejuvenecimiento. Él la libera, pero no se da cuenta de que acaba de causar el brote de un virus que transformará a los médicos, pacientes y su suegra en zombis sedientos de sangre. critica: Una clínica de cirugía plástica, zombis y una suegra. Si lees la sinopsis y luego la ves, es muy posible que te guste y te haga pasar un rato divertido y entretenido, es así de sencillo. Un tipo bastante patoso y con mala suerte en todo (genial una escena en la que fabrica una bomba casera) va con su novia para una reducción de pecho, y además, con su suegra para una operación más en su historial. La clínica no parece muy normal, sumando un celador algo proclive a medicamentos y estupefacientes varios, y no hay que decir mucho más. Bien ejecutada, buenas escenas dentro del género, buen ritmo, bastante divertida en ocasiones, pero sin abusar, no es de las que encadenan una escena de gracietas con otra, y con un final sorprendente, que parece en principio la escenita habitual pero al menos a mi me dejó... bueno, hay que verla. Yummy Lo dicho, si la sinopsis hace que te pique la curiosidad, y eres habitual dentro del género, esta es la buena entre las que has visto en unos meses. Wolf. Yummy
Marla Grayson (Rosamund Pike) no tiene escrúpulos a la hora de beneficiarse de los demás. Después de haberse aprovechado de docenas de jubilados como tutora legal, ella y su compañera Fran (Eiza González) ven a Jennifer Peterson (Dianne Wiest) como la nueva víctima: una gallina de los huevos de oro a la que pueden desplumar fácilmente. Pero mientras intentan llevar a cabo su plan, Marla y Fran descubren que la señora Peterson no es lo que creían, y que sus actos han entorpecido la labor de un importante criminal (Peter Dinklage). critica: Todo comienza con una voz en off en la que la protagonista nos confiesa su visión de la vida, que en este mundo hay dos tipos de personas (la gente que aprovecha y de los que se aprovechan) y que ella se decidió a ser parte del segundo lote, estrujando a ancianos sin familia a través de su trabajo como tutora legal. I Care a Lot Y sí, el pensamiento y accionar de Marla Grayson (Rosamund Pike) hace que odies profundamente a esta persona falsa, manipuladora y sin escrúpulos. Y a medida que avanza la historia te ubica casi sin remordimientos del lado de su oponente (Peter Dinklage, garantía infalible de gran actuación), a pesar que este es un desalmado ex-integrante de la Mafia Rusa. Y querés que el petiso le haga lo peor, tal vez como una especie de paliativo estúpido e inocente ante la idea de que algo así debe suceder habitualmente en la realidad, hablo del aprovechamiento de los bienes de ancianos desvalidos por parte de esta lacra que utiliza las leyes para su beneficio. La película transcurre bien y mantiene la tensión sin fisuras hasta que, mediando la misma, parece como si el director se hubiera ido de canuto de vacaciones y para no perder su salario dejara a cargo de la filmación a un subalterno inexperto, transformando la parte final en una secuela de mucho menor calidad. Y dónde no había fisuras en el guión hay huecos en los que no existe enduído que los tape, dónde había inteligencia hay incoherencia, dónde había intriga hay estupor. Mi calificación es el promedio entre ambas fracciones. Una lástima tanto neón desperdiciado en un desarrollo con tan pocas luces. (6) I Care a Lot
Cuando unos invasores alienígenas capturan a los superhéroes de la Tierra, sus hijos tienen que aprender a trabajar en equipo parea rescatarlos... y salvar el planeta. critica: Como ya he indicado en varias ocasiones, el incombustible Robert Rodriguez es capaz de lo mejor, como la sensacional Abierto hasta el amanecer (aunque parte del mérito es de su amigo Tarantino) o la reivindicable The Faculty (de la que la película que nos ocupa coge algunos elementos), y de lo peor, como su insufrible saga de Spy Kids. Y es que, desde que fue padre, decidió que quería contentar también a sus hijos, una decisión muy loable, aunque los resultados fuesen poco menos que ridículos, en una cruzada que no ha hecho más que manchar su variopinta filmografía. Superniños Sin que nadie se lo pidiese, el director ha decidido traernos una especie de spin-off o continuación de Las aventuras de Sharkboy y Lavagirl (que admito que no he visto… ni pienso hacerlo), en exclusiva para Netflix (con un gusto por los productos de baja calidad que da que pensar…) y rodeándose de un gran elenco de populares actores, no vaya a ser que nadie quiera ver su nueva bobada. Porque eso es exactamente lo que es Superniños/We Can Be Heroes, un atentado al buen gusto que no merece llevar en su título original la letra de la mítica canción (Heroes, para los despistados) y que supone una de las mayores pérdidas de tiempo de este terrible año 2020. Y eso, amigos míos, es decir mucho. Jamás entenderé la necesidad de Rodriguez de encargarse de la dirección, el guion, la fotografía, la banda sonora, los efectos especiales y todo lo que se le ponga por delante, cuando ha dejado bien claro que es incapaz de desenvolverse con buen hacer en todos esos apartados, ofreciendo, en no pocas ocasiones, trabajos mediocres. Su última película no es una excepción, con unos efectos visuales que son impropios hasta de la década de los 80, feos y chirriantes a más no poder, notándose que el estudio detrás de esta tontería no ha sido demasiado generoso con el presupuesto. Repito, ¿quién ha pedido esto? Tampoco ayuda el libreto, demasiado estúpido hasta para los niños a los que se supone que va dirigida, con unos giros de guion supuestamente sorprendentes pero que se ven venir de lejos o un final que es la guinda del pastel (de lo idiota que es), y con unos personajes que no conocen lo que es el carisma, ni se espera que lo aprendan. Obviamente, la película está dirigida a los más pequeños de la casa (los adultos la van a sufrir, ya que parece escrita por unos alumnos de preescolar…), pero dudo que ni éstos la disfruten, en un cóctel sin sustancia y con poco que ofrecer. Sí, hay un gag inspirado (el momento “Carros de fuego“), pero nada más, en una hora y media que te hace plantearte el sentido de la vida. Aviso a los fans de Sharkboy y Lavagirl: su presencia es testimonial, rozando el cameo, al igual que sucede con los populares intérpretes, secundarios de lujo que apenas aparecen cinco minutos, y que han sido aprovechados de forma sucia en el material promocional, con el único objetivo de intentar enganchar espectadores que de otra forma no se hubiesen acercado a esto ni a punta de pistola. Porque sí, sin la presencia de Pedro Pascal, dudo que me hubiese acercado a esto, y total, para que aparezca dos minutos… Y es que da mucha pena ver a actores de la talla de Christian Slater, Boyd Holbrook (protagonista de Narcos junto a Pascal) o el actor de moda, Pedro Pascal (protagonista de The Mandalorian y villano en Wonder Woman 1984), pasearse por esta memez, aunque sea en pocos minutos, con el único objetivo de llamar la atención de los incautos espectadores, como ha sido mi caso. Una estafa, se mire por dónde se mire. Los niños tampoco están demasiado inspirados (salvo alguna excepción), y menos la protagonista, poco creíble y sobreactuando a cada momento. Lo de Priyanka Chopra ya ni lo menciono… En conclusión, estamos ante un subproducto bobalicón, al que no se le hubiese hecho el mismo caso sin ese director, estrenándose en otra plataforma menos conocida y con otros actores menos conocidos, siendo un despropósito que cuesta digerir, en lo que es una de las mayores tonterías de los últimos años, y creo que me quedo corto. El Cats del cine infantil. Mira que ya tenía confeccionado mi top de lo peor del año 2020, pero Superniños se cuela sin esfuerzo alguno. Otro bodrio para un año lamentable. Gracias, Robert Rodriguez… Más críticas: ocioworld.net Superniños
Principios del siglo XVIII. Inglaterra está en guerra con los franceses. Una reina debilitada, Anne (Olivia Colman), ocupa el trono y su amiga Lady Sarah (Rachel Weisz) gobierna el país en su ausencia, debido a su estado de salud y a su carácter inestable. Cuando una nueva sirvienta aparece, Abigail (Emma Stone), su encanto seduce a Sarah. Sarah ayuda a Abigail y ésta ve una oportunidad para regresar a sus raíces aristocráticas. Como la política ocupa gran parte del tiempo de Sarah, Abigail empieza a acompañar con más frecuencia a la Reina. Desarrollarán una amistad que Abigail aprovechará para saciar sus ambiciones. critica: Al mismo tiempo, una farsa histórica delirante y un drama de época fidedigno. Yorgos Lanthimos balancea su más reciente película entre esas relaciones aparentemente opuestas con el equilibrismo del que sólo es capaz un gran director, relaciones que durante dos horas nos van a mantener siempre con una mueca en la cara y sacar muchas carcajadas. Sus personajes son líderes y son más bien niños con rabieta. Su puesta en escena es suntuosa, preciosista, y Lanthimos la sacude con su cámara siempre en un ángulo raro, distorsionado, electrificante. De esa dualidad construye este pequeño mundo de apariencia majestuoso, pero que basta ver un segundo para olerle lo podrido. La favorita Me cuesta trabajo decidir que es lo que hace más seductor este mundo podrido de Lanthimos, si su impecable estética o las actuaciones. Hasta The Favourite, ninguna película de Lanthimos contenía actuaciones que uno pudiera admirar por separado, que se sostuvieran por sí solas. Eran actuaciones de película de Lanthimos. Aquí, sin rebajar su estilo las actuaciones brillan, en parte gracias a la locuacidad regia del guión (por primera vez no escrito por Lanthimos para una de sus obras) que da peso a cada oración y la presencia de sus tres actrices principales. Gran parte de la diversión que ofrecen estas dos horas consiste en ver a Stone y Weisz enfrentarse en duelos de diálogos a velocidad de metralleta. O si no, ver a Colman caer en sus rabietas de niña vieja. Es de una delicia retorcida. La película es juguetona en sí. No hace declaraciones. Muestra crueldad, decadencia, pero sobre todo ridículo y deja que el espectador se haga las ideas. Es muy inteligente para caer en un clímax obvio. No hay un enfrentamiento final entre Stone y Weisz. Una se hunde en la propia podredumbre y la otra alcanza una extraña dignidad en su derrota. Pero nada más. Lo mejor de todo, sin embargo, es presenciar la forma en que Yorgos Lanthimos habita y hace suya la película. Hemos visto estos dramas palaciegos con guiones ahogados en famoso ingenio británico hasta el hastío. The Favourite se las arregla para sentirse nueva y original aunque no lo sea. Cada detalle está saturado del amor por lo grotesco, el espacio entre lo real y lo surreal que habita Lanthimos, los diálogos inexpresivos lanzados con justo la fuerza necesaria, los choques de poderes observados como si se trataran de juegos de niños. Su estilo es suavemente pirotécnico. Su gracia queda establecida rápidamente, en los primeros diez minutos de película que disparan con todo. Lo difícil es mantener esa energía por las siguientes dos horas. Lanthimos lo consigue y ese es su triunfo. The Favourite es deliciosa. ¿A cuántas películas podemos llamar deliciosas sin exagerar? La favorita
Slaughterhouse es un internado de élite en el que se prepara a los jóvenes para el poder y la grandeza. Sin embargo, un inesperado acontecimiento sacudirá literalmente los cimientos de su mundo. critica: Primera película de la productora Stolen Pictures, propiedad de Simon Pegg Nick Frost, para ello eligen un guión de terror-comedia, intentando seguir la misma línea de las películas que han protagonizado anteriormente como "Arma Fatal","Zombies party","Bienvenidos al fin del mundo" (la trilogía del cornetto de Edgar Wright) o "Paul" de Greg Mottola. Las reglas de Slaughterhouse Para ello han elegido como director a Crispian Mills (Hijo de Hayley Mills y nieto de John Mills) con quien ya había trabajado Simon Pegg en "Un increíble miedo a todo" una película que pretendía hacer gracia y que al igual que esta es completamente fallida. Mills dirige torpemente con una meritoria falta de talento, ingenio o diálogos graciosos y desperdiciando a un elenco talentoso que incluye a Pegg, Frost y Margot Robbie en lo que en realidad es un cameo extendido a través de skype. Asa Butterfield, Finn Cole, Michael Sheen son los protagonistas de esta historia que comienza como una "comedia" de una escuela de élite inglesa para terminar transformándose en una película de monstruos mutantes que viven bajo tierra y que salen a la superficie tras unas excavaciones para buscar gas. La premisa podría parecer simpática, pero una trama forzada, confusa y con numerosas ideas mal resueltas convierten a la película en un horror. Igual la última hora con los monstruos mejora algo en algunas escenas, lo que no se salva es que estés mirando continuamente el reloj para ver cuando termina. Destino Arrakis.com Las reglas de Slaughterhouse
En esta ocasión, los G.I Joes no solo tendrán que luchar contra su enemigo mortal, Cobra, sino que además se verán obligados a lidiar con las amenazas de dentro del gobierno que ponen en peligro su propia existencia.Dirigida por Jon M. Chu, y producida por Lorenzo di Bonaventura y Brian Goldner, con un guión de Rhett Reese y Paul Wernick. Basada en los personajes de G.I. Joe® de Hasbro. critica: Empezando por el hecho de que esta película esta basada en un comic que se creo para vender figuritas de acción, ya partimos del hecho de que no va a ser una obra para intelectuales y críticos de cine, a partir de ahí: Las escenas de acción están bien hechas, con un Dwayne Johnson mas que convincente en su papel de malote, Bruce Willis haciendo de el mismo, y unos nuevos miembros del equipo que dan el pego, justitos, pero no se les pide mas. El guion no tiene grandes giros, pero por lo mismo que no es así, tampoco tiene grandes fallos, cumple y poco mas, lo justo para que no pregunte nadie por que pelean, mejorando, y mucho a "Battleship". G.I. Joe: La venganza En definitiva, es una película que no llama a engaños, si te quejas de que es simple y llanamente una película de acción, con unos diálogos e interpretaciones justitos, es que te has equivocado de sala. G.I. Joe: La venganza