Un publicista y una diseñadora de moda/bloguera no creen en el amor, así que apuestan que conseguirán conquistar al otro... por medio de tácticas poco convencionales. critica: Si buscas una comedia romántica sabes lo que vas a ver. Una comedia romántica es como una película pornográfica, sabes cómo acaba y solo importa el final. Cumple en todos los sentidos y es una alegría. Tácticas en el amor No nos recuerda a la clásica película romántica, la nueva hornada viene pisando fuerte. Entretenida sin más, no tan lacrimógena como el género nos tiene acostumbrados. La verás una vez y posiblemente no vuelvas a repetir, pero no por ello es mala. Entre las comedias románticas es de lo mejor que verás. Tácticas en el amor
Mientras recopila pruebas que respalden el cierre de una base aérea estadounidense, una asistente del Congreso, Erica (Kat Graham), se enamora del capitán Andrew Jantz (Alexander Ludwig), que sabe que si ella triunfa la base se critica: Estamos prácticamente en época navideña, y eso quiere decir que llegan las producciones típicas de esas fechas, la mayoría comedias románticas del montón, de consumo rápido y que se olvidan bien pronto. Netflix se ha apuntado a la moda, ofreciendo una serie de producciones que harán las delicias de los amantes del género (esto es, películas de corte navideño dignas de las tardes de Antena 3), siendo su última propuesta Operación Feliz Navidad. Operación Feliz Navidad La verdad es que no esperaba sorprenderme con el film (como sí me sucedió con la gamberra y mucho más lograda Amor de calendario), y así ha sido, siendo un producto que no engaña a nadie, o lo que es lo mismo, una bobada cargada de buenas intenciones pero cuyo visionado sólo puede calificarse de olvidable, al no dejar ser una película insustancial que no aporta nada al panorama actual. Vamos, tal cual lo que parece. De la dirección se podría destacar que se sabe sacar partido a la hermosa isla de Guam, logrando que sintamos el film como navideño a pesar de los entornos tropicales. No obstante, reconozco que suelo caer rendido ante las propuestas navideñas (las que no son telefilms se sobremesa, se entiende) o las de paisajes tropicales, combinándose ambos factores en la cinta que nos ocupa, pero ni por esas, ya que no me ha cautivado la premisa en esta ocasión. Eso es debido a que el guion es bastante flojo e insípido, cuya originalidad brilla por su ausencia, en una historia que en el fondo ya hemos visto todos y con unos personajes sin garra ni carisma. Tampoco es un bodrio ni insulta a la inteligencia, pero no despierta nada en el espectador, con una trillada historia de amor que se queda en tierra de nadie. Al final es un regalo cargado de buenas intenciones, pero que, una vez has quitado el envoltorio, acaba siendo una caja vacía, sin más. Los dos protagonistas resultan convincentes en sus respectivos personajes, nada complicados, debo añadir, así como los secundarios, aunque no es el papel de sus carreras en ninguno de los casos, desde luego. Finalmente, estamos ante otro film navideño del montón, digno de Antena 3 pero que ha acabado en Netflix, a pesar de que su reparto y factura técnica (más decente de lo esperado) nos puedan llevar a equívoco. Pero no, es lo mismo de siempre. Por lo tanto, una bobada en la que es mejor no perder el tiempo, a no ser que sepas a lo que vienes. Prescindible. Más críticas: ocioworld.net Operación Feliz Navidad
Borat, el exuberante, ingenuo y atrasado periodista kazajo fanático de los Estados Unidos, se propone realizar un documental sobre ese país. Borat se pone en marcha en busca de figuras políticas estadounidenses para elaborar con ellas una evaluación de la presidencia de Trump y su gestión de la crisis del coronavirus en el país. critica: En el humor es muy difícil no ofender a nadie. De hecho, lo doblemente difícil es no usar tópicos candentes para obtener risas, diría cualquier buen humorista. Incluso yendo más allá se puede decir que el humor no lidia con lo peor de nuestras vidas sólo porque puede hacer reír, sino porque son estas mismas risas las que ponen en reflejo nuestros problemas y nos alivian un poco el alma quitándole seriedad a los mismos. Borat, película film secuela Con este terrible 2020 que llega a su fin, es genial que Sacha Baron Cohen regrese por todo lo alto con una película que sea pasa por el forro cualquier filtro y ataca a toda alma que pisa esta tierra. Como la original, y mediante su hilarante personaje Borat, contrasta los sistemas de valores más rancios que pululan en Estados Unidos en la actualidad. El humor negro, ofensivo y absurdo sigue ahí, y produce risas con creces, pero nada de eso es lo que realmente diferencia esta secuela de la original. Aquí la historia se centra en la relación que se establece entre Borat y su hija, y el arco que ella vive pasando de ser una oprimida e ignorante chica a una mujer que empieza a obtener su independencia es más interesante que la historia de la original. El personaje de la hija es tan divertido como su padre, y a pesar de lo obtusamente machista que se presenta su relación (con intención, claro está) logran ser muy entrañables... Ahora, volviendo a Estados Unidos, sigo alucinando con cómo se lo monta Sacha para convencer a tantos hogareños para mofarse en su cara, grabarlos y que salgan en su película. Por supuesto que hay actores incluidos, pero también hay rostros famosos e incluso rostros pixelados en el filme. No es novedad que Sacha tiene unos huevos del tamaño de una catedral y carece de vergüenza alguna. Lo que me sorprende es que siga vivo al meterse con tal descaro con la derecha más reaccionaria y cateta de ese país. Alucinante. Todo sea por caldear aún más el ambiente de elecciones y, de paso, echarnos unas risas. Totalmente recomendada para los fans de Borat, los librepensadores o cualquiera que quiera darle una oportunidad a reírse con la vida. Que nos hace falta. Borat, película film secuela
Abe Lucas, un profesor de filosofía en plena crisis existencial, le encuentra de nuevo sentido a la vida al enamorarse de una de sus alumnas. Al poco de llegar a la universidad de una pequeña ciudad, se relaciona con dos mujeres: Rita Richards, una solitaria profesora que busca que la rescate de su infeliz matrimonio; y Jill Pollard, su mejor estudiante y muy pronto su amiga más cercana. Jill está enamorada de su novio, pero encuentra tan irresistible la personalidad atormentada de Abe que, incluso cuando el profesor muestra claros síntomas de desequilibrio mental, su fascinación por él no hace más que crecer. critica: Hoy he escuchado la nueva historia de Woody, un año más. En verdad, le escucho con condescendencia, cercanía y fraternidad. Su voz tiembla, se excede a veces, y advierto su ocasional pérdida de tono, de fuerza. Su conversación, como la que uno tiene con un compañero de la infancia, se adivina fácilmente: los cauces que toma son previsibles; de una forma u otra son los de siempre, en realidad. No ha perdido, eso sí, sinceridad ni convicción. Irrational Man ... 'Delitos y faltas'. Hay crimen; hay remordimiento, que se asimila y sublima con el tiempo. 'Match point'. Hay crimen, no hay remordimiento y no lo habrá. 'El sueño de Cassandra'. Hay crimen, hay remordimiento y hay castigo. 'Irrational man'. Hay crimen, y no sólo no hay remordimiento: hay reafirmación de la existencia a través de él. Lo primero que pensé fue: "Woody, amigo, este año estás más cenizo que nunca". No obstante, es un posible planteamiento filosófico; esos espíritus que se autodenominan como superiores y más lúcidos que el resto, se pueden llegar a otorgar licencias en lo ético [recordemos la disertación del carterista de 'Pickpocket', de Bresson]. ... La presentación del profesor Abe chirría. Al igual que a Colin Firth en 'Magia a la luz de la luna', su guión le hace parecer una máquina de soltar peroratas pesimistas sobre la vida. Allen es demasiado frontal en su radical negatividad. Suena un poco impostado. Salva a Abe, y mucho, el magnetismo de Phoenix como actor. Nada más aparecer una pistola en pantalla, estando la personalidad de Abe tan polarizada, se sabe claramente que la cogerá e intentará hacer la ruleta rusa con ella. ¡Woody, cómo se te ocurre ser tan evidente! La "investigación" criminal flojea... Unas pesquisas forzadas, una insistencia inaudita y casi antinatural por parte de la gente en su empeño por desentrañar un asesinato que, en realidad, les es irrelevante y ajeno. Allen, ejerciendo de "empuja-escenas". ... Un plano especialmente divertido, en un Cine, el de Woody, más centrado en el diálogo y no tanto en crear imágenes memorables. Abe y Jill se besan, y el espejo les devuelve una imagen deforme de ellos mismos. El amor, ilusión monstruosa y falsa. ¿El final? Abe se tropieza y resbala con esa "linterna mágica" bergmaniana que proyectaba sueños. Y, como el James Stewart de 'Vértigo', se precipita en su propia crapulencia. Es entonces cuando me doy cuenta de que 'Irrational man' funciona mejor como comedia negra que como crónica criminal; la película cobra un nuevo sentido. Quizás Woody haya aprendido a gastarle bromas a su pesimismo. ... Veo en 'Irrational man' muchos errores de bulto, y errores garrafales. Una vehemencia impropia de un cineasta experimentado, más típica de la incontinencia expresiva de un debutante. Creo que al neoyorquino ya no le importa ser sofisticado, y creo que tampoco tiene interés en hilar sus guiones al extremo. Pero yo no he dejado de escucharle. Y cuando la película se acaba y pienso que "ésta tampoco ha sido para tanto", me voy a casa y empiezo a imaginarme a mí mismo en según qué dilemas éticos. Allen puede decir las cosas de una forma inapropiada, puede pasarse o no llegar, pero es una mente privilegiada, con preocupaciones elevadas y sinceras. En realidad, sus temores son los míos, y tengo con él, hasta en sus (nuestros) peores momentos, esa sintonía pura y auténtica que uno sólo tiene con los viejos amigos. Gracias. Irrational Man
La pareja más letal del mundo, el guardaespaldas Michael Bryce y el asesino a sueldo Darius Kincaid, están de vuelta en otra misión que amenaza su vida. Aún sin licencia y bajo escrutinio, Bryce se ve obligado a actuar por la esposa aún más volátil de Darius, la infame estafadora internacional Sonia Kincaid. Mientras Bryce es conducido al límite por sus dos protegidos más peligrosos, el trío se mete en la cabeza en una trama global y pronto descubre que son todo lo que se interpone entre Europa y un loco vengativo y poderoso. critica: El otro guardaespaldas (The Hitman’s Bodyguard) fue una comedia de acción que no engañaba a nadie, ofreciendo un entretenido espectáculo en el que destacaba su sensacional reparto, en especial los siempre geniales Samuel L. Jackson (mi actor favorito) y Ryan Reynolds (que siempre está dispuesto a pasárselo bien). Fuera de eso, poco más se podía rascar, pero la cinta fue un relativo éxito, y aquí estamos unos años después, con una secuela que seguramente nadie había pedido, pero que al menos recupera a las estrellas de la original y aumenta la apuesta con la incorporación de intérpretes de renombre como Antonio Banderas o Morgan Freeman. El Otro Guardaespaldas 2 La crítica no quedó muy satisfecha con la primera entrega, pero esta vez han vapuleado sin piedad alguna a la segunda parte, considerándola mucho peor y un absoluto desastre. Yo no esperaba gran cosa, conformándome con pasar un rato entretenido (tampoco pido mucho, y no siempre recibo lo que espero), siendo curiosas las nefastas reseñas, ya que estamos ante una propuesta mucho más hilarante, gamberra, desternillante y, por lo tanto, mejor. Cosas que pasan. El caso es que estamos ante una secuela consciente de su género (comedia de acción, para los despistados), y que se toma todavía menos en serio a sí misma, si es que eso es posible. El resultado es un disfrute que sólo apreciarán los que hayan venido a la fiesta a pasárselo bien. El resto no se ha perdido nada, aunque sabían dónde se metían si venían de la primera parte… Patrick Hughes (Los Mercenarios 3/The Expendables 3) repite tras las cámaras, ofreciendo más tiroteos, explosiones y combates cuerpo a cuerpo la mar de convincentes, aunque nunca alcanzando la brillantez de otras producciones del mismo género. El director cumple bien su cometido, por lo que poco se le puede reprochar. Y es que la garra del conjunto está en el desquiciado guion, con una serie de gags tan hilarantes como divertidísimos (aunque es cierto que manos de otro director menos inspirado quizás no habrían tenido el mismo efecto), hasta el punto de que me han provocado la risa en no pocos momentos, algo que no me sucedía en un cine desde hacía mucho tiempo (demasiado…). Es una delicia que tiren la casa por la ventana y ofrezcan situaciones tan locas e imposibles, en una especie de cartoon movie donde todo es posible y en la que el personaje de Ryan Reynolds (que hace suyo el personaje) es el punching-ball de la función, siendo lo más parecido al sufrido Coyote, mientras el sicario interpretado por Jackson saborea cada momento. Impagable. Obviamente, la magia no haría acto de presencia sin la estimable participación de Jackson y Reynolds, los cuales vuelven a formar una pareja imposible e indescriptible. Dos grandes actores que han venido aquí a que los espectadores se lo pasen en grande mientras ellos también lo hacen en el proceso, con un Jackson volviendo a derrochar carisma por cada uno de sus poros (podría leer las necrológicas sentado en la taza del váter que seguiría siendo interesante) y un Reynolds que se lo pasa pipa en su rol de pringado al que usan sin rubor alguno. Menudo dúo, aunque no se queda atrás una tronchante Salma Hayek, la cual gana protagonismo (de hecho tiene el mismo que sus dos compañeros de reparto), siendo un acierto darle más minutos a un personaje que ya apuntaba maneras en la anterior entrega. La actriz sabe perfectamente en qué producto está, y no desentona en absoluto con los otros dos protagonistas, formando un trío todavía más rocambolesco. Sin ellos, la película no sería lo mismo. Nuestro querido y español Antonio Banderas hace de griego (de momento nadie se ha quejado, y más teniendo en cuenta su maquiavélico plan…para mear y no echar gota), siendo un villano que derrocha elegancia pero que no llega a dar con la tecla adecuada, debido a las limitaciones del personaje, no del actor. Y es que era la oportunidad perfecta para que el malagueño se desmelenase como en otras producciones del género (Asesinos o Expendables 3), sumándose al descontrol del trío protagonista. Quizás los guionistas hayan optado por hacer un villano más comedido para que no se les vaya la función de las manos, pero estoy seguro de que Banderas podría haber ofrecido un rival más fascinante, si no es por las limitaciones de su rol. Otra vez será. Respecto a lo de Morgan Freeman, un despropósito que se le haya usado para un personaje tan endeble e irrisorio (el actor merece más, sobre todo teniendo en cuenta su edad), aunque más sangrante es lo del siempre genial Richard E. Grant, en un personaje que aparece diez segundos de reloj (no es broma), a pesar de estar acreditado. Huele a escena eliminada a kilómetros, pero lo dejo como curiosidad. Llegados a este punto, tampoco estoy diciendo que estemos ante una gran comedia de acción, pero oye, cumple su cometido y sus actores se lo pasan en grande (al menos la mayoría), siendo una producción que hoy en día es machacada, pero que en los 80 o los 90 habría sido aplaudida a rabiar. También es cierto que esto no sería lo mismo sin ese reparto cinco estrellas (el trío protagonista merece cada dólar ganado), pero al menos sus responsables han querido divertir todavía más al público, siendo una secuela que ofrece las mismas dosis de acción pero más risas, lo que siempre es digno de aplauso. Una secuela que supera a la original (aunque las críticas digan lo contrario), descerebrada y sin tapujos, que gustará a los que quieran pasárselo bien sin ruborizarse. Y a los que no, como dice uno de los protagonistas, “me suda la p****”. Bienvenidos a la fiesta. Más críticas: ocioworld.net El Otro Guardaespaldas 2
Luke huye con un coche robado cuando se encuentra en la carretera a Jon, un escritor que acaba de cometer un gran error con su novia y pretende recuperarla. A ellos se les une en su viaje Keira, una chica que despiden de su trabajo en un restaurante de comida rápida. Con distintas metas, los tres continuarán su viaje en un mini amarillo por las carreteras de Nueva Zelanda. critica: No resulta creíble la conformación del equipo, ni se cuestionan la fuga, simplemente huyen de buenas a primeras y establecen un vínculo super estrecho sin siquiera conocerse. No logra generar empatía con el espectador y hace agua desde el comienzo. Solo cuenta con alguna que otra escena graciosa. Bastante regular tirando a floja. Pork Pie