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El cielo de Gotham estalla en llamas mientras Batman combate a los villanos Luciérnaga, Tusk y La Polilla Asesina. Pero cuando vuelve la claridad, Batman desaparece y la misteriosa Batwoman es la única testigo de lo ocurrido. Ahora, sin recibir respuesta a la Bat-Señal y con la ciudad al borde del caos, Ala Nocturna y Robin deben crear una complicada alianza con Batwoman y el recién llegado Batwing. Juntos lucharán para descubrir el siniestro complot que involucra a un nuevo y monstruoso villano conocido como Heretic. critica: Hoy he visto Batman: Mala Sangre (Batman: Bad Blood). Batman: Mala sangre La nueva continuidad de pelis animadas de Batman no mejora en calidad, y tampoco parece pretenderlo. Todo comenzó con "El hijo de Batman", la cual considero que es la peor peli del DCAU hasta la fecha, y mejoró algo con "Batman vs Robin" aún siendo bastante inferior a su historia homóloga de comic. Pues bien. Esta tercera entrega, siendo un mezcla de varias historias relacionadas con Batman de manera decente (Batman INC, Batman vs Robin, Batwoman, Batwing), sigue sin ser nada del otro mundo. Entre sus principales defectos están: Dar un protagonismo excesivo a un Damian que ya empieza a cansar, hacer una historia bastante más simple que muchos capítulos de menor duración que uno podía ver en su día en series como Batman: TAS o JL Unlimited, y desaprovechar totalmente a algunos personajes. Por otra parte, la historia es a ratos bastante atropellada, algo que puede resultar confuso para aquellos que no conozcan con anterioridad a las nuevas incorporaciones de la Batfamilia. Y si tampoco conoces a la mayoría de villanos que aparecen, pues toca aguantarse, porque a algunos ni siquiera se les nombra en absoluto. La peli no puede ser a la vez accesible para el expectador que no lee comics, y luego obviar totalmente ciertos detalles como si fuese un experto. Sobre la animación no hay nada que destacar. El film sigue la buena línea de lo últimos productos del DCAU con una animación por encima de la media de otros similares, aunque en esta ocasión se aprecia algún que otro corte en la consistencia de algunas escenas, sobre todo en díalogos. Si embargo sí hay algo que me alegró mucho, y fue ver como se ha respetado casi al 100% el origen y la caracterización de Batwoman, de la cual soy un gran aficionado. Aunque hubiese preferido que sonriese un poco más llevando el traje, pues es una de las características más curiosas e identificativas de su personaje. Destacar también el papel de Sean Maher como Dick Grayson/Nightwing, que sigue manteniendo la actuación correcta y acorde que comenzó en las dos películas anteriores. Aunque esta vez me ha dado la sensación de sentir cierta falta de énfasis en algunos de sus díalogos. Aún le queda camino para igualar la gran actuación que nos brindó en su día Neil Patrick Harris en "Under the Red Hood". En definitiva. Que la peli, siendo algo decente, queda a bastante distancia de las mejores obras del DCAU, como "JL: The Flashpoint Paradox", "Batman: Under the Red Hood" o "JL: Gods and Monsters". Batman: Mala sangre
Es la historia de Mason desde los seis años y durante una década poblada de cambios: mudanzas y controversias, relaciones que se tambalean, bodas, diferentes colegios, primeros amores, también desilusiones, momentos maravillosos, de miedo y de una constante mezcla de desgarro y sorpresa. Un viaje íntimo y épico por la euforia de la niñez, los sísmicos cambios de una familia moderna y el paso del tiempo. ceritica: Esta cinta ofrece un mosaico torrencial de la cotidianeidad más vulgar y anodina pero con una fuerza y destreza que arrollan por su inapelable veracidad y convicción. Es un vademécum del devenir intrascendente de unos personajes banales y ordinarios – que sin embargo construye un retablo de una fuerza telúrica apasionante. El conjunto es más que la suma de las partes y lo intrascendente del relato nos propone un espejo nada virtuoso en el que vernos reflejados en su nada halagüeña perseverancia de las noches y los días llenos de sinsabores, ilusiones, congojas, fantasmas, deseos, subterfugios y huidas. Entrar en esta propuesta es salir al descansillo de nuestra casa y encontrarnos con nuestro propio rostro y las transformaciones y recodos irrenunciables de la vida. Boyhood: momentos de una vida No hay nada especial en esta cinta, sin embargo todo el engranaje es perfecto y funciona sin fisuras ni redundancias, sin desfallecimiento. El metraje vuela ante nuestros ojos y las casi tres horas pasan en un suspiro – como la vida misma – y el ayer es hoy y el mañana nos dejará aún más envejecidos e inasibles, como la misma naturaleza que encarnamos. La modestia y humildad de la propuesta es su máxima virtud. Nada especial, nada vertiginoso, nada atroz ni desasosegante, nada retorcido ni vanguardista, nada que destaque por encima de lo demás y, sin embargo, asistimos al acaecer sutil y variopinto de la vida en su caleidoscópica pluralidad. La propuesta es arriesgada porque renuncia a la retórica, a los subrayados, al énfasis o el sermoneo. Las elipsis narrativas configuran su eje fundamental – como en cada una de nuestras vidas, donde no siempre somos protagonistas o centro de todos los acontecimientos que sin embargo nos impregnan para siempre. Esta sabiduría narrativa, esta mirada comprensiva y humanista nos ofrece uno de los relatos mejor trabados, que no por estar abierto deja de llegar al puerto que se ha fijado: abrirnos a la vida es abrirnos al abismo de lo desconocido y aciago, presagio de lo que vendrá, testigo de lo que fue y no volverá. Extravío común de los derroteros inciertos que traza cada corazón. Es una película contemplativa, delicada, esmerada, exquisita y llena de serenidad. No gustará a los sedientos de acción, ni a los obcecados con sorpresas narrativas o impactos visuales, ni a los impacientes o los ansiosos. Pero ofrece un mundo tan reconocible como irrefutable. Tan fiel como verídico. Inolvidable Boyhood: momentos de una vida
Unas misteriosas naves espaciales aterrizan por todo el mundo. Un equipo, liderado por la lingüista Louise Banks, intenta descifrar el motivo de su visita. A medida que la humanidad se tambalea al borde de la guerra, Louise y su equipo luchan contra el tiempo, llegando a poner en peligro su vida y, muy posiblemente, la del resto de la humanidad. critica: Pocas experiencias hay en el cine más gratificantes que acudir a la sala con una idea predeterminada de lo que nos espera en su interior y salir descolocados, traspuestos, por la imprevisibilidad de la propuesta. Porque si uno espera con Arrival una buena historia de ciencia ficción, con la garantía de un director infalible como Denis Villeneuve y estimulado por un tráiler que lleva a engaño, terminará embaucado por un relato mucho más rico en matices que una mera invasión alienígena, por un alud de planteamientos vitales, plenamente filosóficos, desde una perspectiva innovadora e intimista, sin alardes de inteligencia no alcanzable para todos los públicos. Una experiencia mucho más placentera que la que nos hayan podido proporcionar otros grandes exponentes del género. La llegada Villeneuve demuestra que no hay reto que se le resista. Porque sin alterar las reglas de la ciencia ficción, demostrando un sumo respeto por el método científico, consigue perfeccionarla con una gran dosis de sensibilidad. El arranque de la película, en el que parece que la trama personal de la protagonista se cruzará de forma chapucera con la extraterrestre, ya advierte que el principio y el final de las historias nunca son claros. Lo que sí es evidente es que un planteamiento sugerente, la llegada de doce naves alienígenas al planeta Tierra, se desarrolla con sumo tacto, sin pasos en falso, con un control absoluto del ritmo y del objetivo que se quiere alcanzar, uno de los climax finales más poderosos de la historia del cine. Esta vez el punto de vista no corresponde ni a un militar ni a un policía ni a un agente de la CIA. Esta vez es una experta lingüista la que se enfrenta a un reto global, demostrando que resulta más fácil la comunicación con seres extraterrestres que entre seres humanos. Amy Adams representa a la perfección a una protagonista que, en esta ocasión, no es heroína. Es tan sólo una científica, amante de su trabajo y ambiciosa en su carrera, que acepta el reto de intentar mediar entre la clase militar y los recién llegados. Su espíritu curioso, la prudencia con la que sólo una investigadora podría trabajar, se transmite durante buena parte de un metraje que busca crear atmósfera, que sumerge al espectador en un clima de incertidumbre y misterio absolutamente hipnóticos. Sin recurrir a giros imposibles, a resoluciones aceleradas, Arrival basa su solidez en la fuerza de los sentidos, el de imágenes poderosas, que perdurarán durante largo tiempo, sonidos envolventes, revestidos con una banda sonora impecable, a cargo de Jóhann Jóhannsson y con la delicada aportación de Max Richter, incluso a lo más parecido al tacto que una película en dos dimensiones nos haya podido emular. Un planteamiento cautivador que no sólo emociona y conmueve, también sitúa al espectador en una disyuntiva moral de lo más interesante. Posiblemente, con permiso de Kubrick, la obra de ciencia ficción más redonda y completa. La llegada
Una piloto de combate viaja en el tiempo para salvar al mundo de un futuro desastre ambiental. Pero debido a un efecto secundario, se acaba volviendo joven de nuevo y nadie la tomará en serio. critica: De verdad, para hacer ésto mejor no hacer nada. Un relato futurista para los más "peques" de la casa, y cuando digo "peques" digo menores de 8 años. Las conveniencias de guión son apabullantes, las incongruencias se cuentan a cientos y la película se nota desganada, hasta los actores parece que actúan sin interés, pareciera que supieran que no los iban a pagar, jajaja. Evidentemente es una película para los niños y entiendo que no tienen necesidad de gastar más de la cuenta para que el presupuesto no se extienda demasiado, pero es que hasta los niños se van aburrir... No hay ni una sola escena de acción, lo digo porque si es eso lo que buscáis... Lo siento, ni una, solo vemos a dos niños andando de aquí para allá, si, andando, y un dron del "mercadona" que realmente no sé para que está, porque un lápiz ayudaría más que esa cosa. Deleznable en todos los sentidos, soporífera y de lo peor que he visto en años. No tengo hijos pequeños, pero ni por asomo les pongo ésto, aunque bien pensado... No estaría mal para dormirlos. Captain Nova
Para Jack, un niño de cinco años, la habitación es el mundo entero, el lugar donde nació, donde come, juega y aprende con su madre. Por la noche, mamá lo pone a dormir en el armario, por si viene el viejo Nick. La habitación es el hogar de Jack, mientras que para su madre es el cubículo donde lleva siete años encerrada, secuestrada desde los diecinueve años. Con gran tesón e ingenio, la joven ha creado en ese reducido espacio una vida para su hijo, y su amor por él es lo único que le permite soportar lo insoportable. Sin embargo, la curiosidad de Jack va en aumento, a la par que la desesperación de su madre, que sabe que la habitación no podrá contener ambas cosas por mucho más tiempo. critica: "Room" es una sorpresa, en el mejor de los sentidos. Yo soy de los que suelen quedarse frío ante esas películas que la mayoría de la gente considera "emotivas". Es algo que ni me enorgullece ni me avergüenza, simplemente es así. Soy bastante difícil de emocionar, y casi todas las películas que suelen ir de ese palo me parecen sensibleras, ñoñas o manipuladoras. Rara vez me encuentro con una excepción, y aún más raro es que me golpee con tanta contundencia y con tanta aparente facilidad desde el minuto uno. "Room" lo ha hecho, y de qué manera, y llevo todo el día preguntándome por qué. ¿Por qué ha conseguido lo que otras tantas han intentado hacer sin éxito? Y hablo por mí, claro está. Muchos tal vez la vean y piensen lo que yo suelo pensar: sensiblera, ñoña, manipuladora. Pero en este caso yo no soy uno de ellos. La habitación “Room” podría analizarse desde un enfoque técnico y formal y probablemente saldría más perjudicada, pero creo que eso sería un error. Cinematográficamente hablando, no hay grandes travellings, innovadores movimientos de cámara o ambiciosos planos secuencia. Sí que hay un montaje tenso y vibrante (especialmente en la primera mitad) y un gran diseño de la habitación, que se convierte en un microcosmos elaborado al detalle, con un aire viciado y sofocante y un austero uso de la iluminación. Los diálogos no son intelectuales, existenciales o particularmente ingeniosos, pero los monólogos interiores de Jack desprenden ingenuidad y una entrañable y trágica inocencia. No hay ampulosidad ni melodrama, y si los hay, yo no me doy cuenta. La banda sonora es sencilla, pero está empleada con gusto y no es excesivamente machacona. La construcción de personajes no es pintoresca ni rompedora, pero sí es profunda. Joy no es una madre perfecta. Ella también se estresa, se enfada, grita y se desquicia, pero quiere y protege a su hijo por encima de todo, como cualquier madre. Y Jack no es un querubín adorable salido de Disney Channel. Él se asusta, es irracional, pilla berrinches y se plantea cuestiones cuando algo se sale de lo que él entiende como normal. Es feliz en la habitación, porque no conoce otra cosa. La dinámica que se genera entre ellos vertebra toda la película desde el principio hasta el final. Es genuina, pura, cálida, sutil y alejada de aspavientos y está llena de matices y veracidad, una tridimensionalidad que se multiplica gracias al superlativo trabajo de los dos actores protagonistas, que se dejan la piel en sus papeles y consiguen que me implique de lleno en un guion inteligente y que en su mayor parte huye con bastante dignidad de efectismos, cosa que es bastante loable dado el carácter de la historia. La habitación
Ambientada en un pueblo costero de Florida, Gifted cuenta la historia de Frank Adler, un hombre soltero que cría a su sobrina Mary tras el fallecimiento de su madre. La niña tiene una gran habilidad para las matemáticas y su abuela Evelyn lo sabe bien. Mientras que su tío intenta que la vida de la pequeña sea lo más normal posible y que disfrute de su infancia, Evelyn tiene otros planes para ella. Como consecuencia, Frank se verá obligado a luchar desesperadamente por su custodia. critica: He aquí una interesante vuelta de tuerca a las historias sobre superdotados. La mayoría de las veces, estas empiezan resaltando la cualidad anormal de una persona, y retratan los intentos por aprovecharla, darle uso o facilitar su integración. Nunca se habla de normalidad o estándar en esas historias, porque se entiende que son conceptos inexistentes una vez que alguien se revela superdotado. Un don excepcional 'Un Don Excepcional', sin embargo, hace de la normalidad su principal tema a tratar, y elige olvidarse de lo encantadoramente inteligente y aguda que puede ser una niña de 7 años cuando demuestra su inteligencia superior. Eso es lo que afronta Frank Adler cada día, pendiente de la pequeña Mary, tratando de darle la existencia más sencilla posible, sin grandes privilegios ni excepcionales tratos. Al fin y al cabo, si interpretamos cuidadosamente el título original, 'Gifted', se habla de un regalo, algo que no necesariamente se debería exhibir o clasificar de ninguna manera, sino simplemente aprovechar. Por eso, Frank sigue insistiendo a Mary con ir al colegio, y aceptar las "tonterías" que, a juicio de ella, allí se enseñan. Por eso mismo, Frank sigue distraídamente ausente cada vez que le recuerdan lo especial que es su niña. Y, por todas estas rutinas, siempre le recuerda a esa criaja rubia que debe esforzarse por no sobresalir, por mucho que ambos sepan que es especial: porque una niña de 7 años debería aprender antes a jugar que a sumar, por la sencilla razón de que un don no debería borrar el obligatorio camino a la madurez. Chris Evans y la pequeña Mckenna Grace consiguen un grado tal de cómplice naturalidad, hablando sobre lo divino y lo humano a la luz del crepúsculo, intercambiando el seco cariño del primero y la cómica espontaneidad de la segunda, que no te quedará ninguna duda de que este padre y esta hija merecen toda la vida normal que sean capaces de disfrutar juntos. Pero es entonces cuando se recuerda que Mary es superdotada: no por parte de ella misma, que es feliz siendo parte de la familia que forma junto a Frank y su vecina Roberta, sino por parte de otros adultos, que creen que la excelencia es una cualidad demasiado importante como para desperdiciarla en tareas mundanas. Evelyn, madre de Frank y abuela de Mary, llega a Florida casi desde otro mundo, uno de vida pudiente y lujos reservados a una élite, prometiendo a la pequeña que puede escribir su nombre en la historia de la matemática, si tan solo quisiera abandonar ese barrio humilde que ha aprendido a querer. Todo esto podría haber sido carne de telefilm, una historia poco trabajada donde los buenos están claros y la mala carece de matices, obligándonos a odiarla porque quiere pervertir las ambiciones una niñita. Pero, muy al contrario, se nos recuerda que Evelyn también es un ser humano, y lo único que quiere es una oportunidad para que su nieta sobresalga, aunque eso implique aislarla de todas las distracciones posibles, porque ella misma se ha criado en un entorno que recompensa la excelencia y desprecia el rumbo libre de gente como Frank. Un hijo con el que, pese a todo, es capaz de bromear y recordar viejos tiempos, alejándose ambos de ser dos adultos serios en el juzgado, por un breve y liberador momento. Lo cierto es que llega el momento en que el espectador piensa que está pasando demasiado tiempo entre juicio y juicio. Que ya no queda nada de esas ocurrencias inesperadas, de esas tardes en la playa o esas noches de karaoke casero que hemos pasado con padre e hija. Y, de repente, lo ves demasiado claro: de esto quería proteger Frank a Mary. De juicios a su mente y su tiempo, de interminables preocupaciones por un futuro incierto, de calladas renuncias sabiendo qué es lo mejor. (Aunque da la triste sensación de que Frank también se protegía a si mismo de todo eso) Las cosas importantes eran otras: sentarse en el sofá a ver la tele juntos, comer pizza los fines de semana, explicar el significado de expresiones oídas de casualidad... todas esas deliciosas cosas que se pierden cuando alguien es especial, como si no tuviera derecho a vivirlas. En determinado momento, Frank se pregunta: "¿por qué crear algo que sabes que va acabar estropeándose?" No tengo ni idea. Pero sí sé que yo también haría lo que fuera para que una niña continuara siendo niña, porque eso va a ser lo más excepcional que ella tendrá jamás. Un don excepcional