Un apasionante drama bélico que cuenta la historia de Maria Petrova, en cuyo destino, como en un espejo, se reflejó el destino del país: la hija de un sacerdote, que renunció a su padre y a la fe, sirve en la NKVD. En la víspera de la batalla por Moscú, María se encuentra con la anciana clarividente Matrona, y pronto es María quien tiene la tarea de entregar a Moscú el ícono milagroso de la Madre de Dios, ubicado detrás de la línea del frente en el territorio ocupado... Mariya: El Símbolo de La Guerra critica: apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Mariya: El Símbolo de La Guerra
Henry Long busca desesperadamente una cura para la afección que lo deja incapaz de sentir dolor físico. critica: No es un thriller, los que la vean háganlo sin esperar eso, porque no, no hay asesinatos, ni asesinos, ni persecuciones, ni nada, es un drama sobre un tipo que no siente dolor y se ha pasado toda la vida tratando de descubrir la formula científica para lograrlo. Probablemente con más presupuesto y actores más talentosos hubiera sido una gran película, el guión es bueno, los personajes están bien estructurados, las situaciones igual, no es impresionante pero si daba para lograr mayor financiamiento. Painless
Nueva Inglaterra en el año 1630. Una familia de colonos cristiana, formada por un matrimonio y sus cinco hijos, vive cerca de un bosque que, según las creencias populares, está controlado por un mal sobrenatural. Cuando su hijo recién nacido desaparece y los cultivos no crecen, los miembros de la familia se rebelan los unos contra los otros. Más allá de sus peores temores, un mal sobrenatural les acecha en el bosque cercano. critica: Parece mentira que "La Bruja" sea en realidad el debut de Robert Eggers, porque es una película tan obsesionada con los detalles, con construir una atmósfera en base al encuadre perfecto y el uso de las herramientas que da el medio que parece creada por un veterano que lleva bastante más tiempo trabajando en la industria. Ganadora del premio a la mejor dirección en Sundance, su premisa no podría ser más sencilla pero es su ejecución lo que la eleva mucho más allá. Y es que pensándolo en frío, "El exorcista", "Al final de la escalera" o "Expediente Warren" no contaban con puntos de partida en absoluto revolucionarios pero fue todo lo demás lo que las ha convertido en lo que son a día de hoy, clásicos del cine de género, terror, fantástico o sobrenatural, lo mismo da, porque al final todo son simples etiquetas. La bruja "La Bruja" arranca cuando una familia es expulsada de una colonia y se instala en una pequeña granja donde viven el día a día para servir al Señor. Su fe es lo que domina su entorno y en esas férreas ideas de lo correcto -e incorrecto- es donde comienza a cimentarse la atmósfera que poco a poco va adquiriendo capas de profundidad hasta llegar a ser densa como una capa de niebla. Por sus imágenes se filtran "La cinta blanca" de Haneke, en ese acercamiento a la violencia infantil casi inocente, y sobre todo a "El Bosque" de Shyamalan, contando la historia como un cuento oscuro que no olvida la iconografía de Hansel y Gretel y otras historias que involucran la brujería como parte de su relato. Lo que hace que todo funcione es, incuestionablemente, la forma. El cómo se lleva a cabo cada uno de los aspectos fundamentales de la narrativa, desde la presentación hasta el desarrollo de los personajes, la construcción de la tensión, la inteligencia con la que cada hecho de la historia acaba engarzando con otro aspecto decisivo, cómo utiliza a cada personaje para crear nuevos focos de interés, y esa bruja, personificación de lo prohibido, que adquiere la forma que cada persona quiera darle en base a las necesidades. Es un film mutable, clásico en la forma pero muy actual en la forma en que juguetea con las herramientas a su disposición para crear mecanismos y puntos de interés. Y esconde uno de los mejores finales que ha dado el cine fantástico en muchos años, quizá, el más impactante desde aquel que Lars Von Trier ofreció en su "Melancolia" (insisto, por fuerza expresiva; en lo argumental no tienen nada que ver). Es cierto que "La Bruja" no es una película de terror per se, de sustos. Pero tampoco lo pretende, es un drama psicológico que usa el género como excusa para construir a sus personajes. Es gran cine. Y por eso merece tanto la pena. La bruja
Teena, una joven viuda es violada por cuatro asaltantes y la brutal agresión es presenciada por su hija pequeña de 12 años. Un detective, veterano de la guerra del Golfo, les ayudará a enfrentarse al juicio. critica: Para empezar, no entiendo esa animadversión que algunos "supuestos" cinéfilos, le tienen a Nicolas Cage, cuando bajo mi punto de vista es un estupendo actor, que te podrá gustar mas o menos, pero dudar de su capacidad interpretativa es cuanto menos, una aberración... Ya, entrando de lleno en lo que se refiere a la película, debo de insistir en que estamos ante una película muy entretenida, en la que no te puedes aburrir en ningún momento, dado, que la acción, trepidante por momentos, y mas pausada en otros, está presente en toda la cinta, casi desde sus primeros minutos de metraje... hasta su final. Venganza Don Jonshon hace un papel excelente, de un abogado sin escrúpulos, en los que da buena fe de su gran capacidad actoral, saliendo al paso con muy buena nota, en esta película, en la que para nada muestra un solo ápice de aquel guaperas de los 90, y sin embargo, aunque el paso del tiempo lo ha tratado con estima, su calidad interpretativa no es dudosa en ningún instante del filme. Sin lugar a dudas, la gran protagonista es la joven niña, que hace un papel impoluto, dando sobriedad y empaque al devenir de la historia, pero no menos brillante es la aportación de la chica violada, madre de esta niña, que da realismo a todas las secuencias del desgraciado hecho, además de continuar la historia con sobriedad, estas dos chicas, forman una pareja de actrices, con una química brillante, a pesar de no contar con más minutos de calidad, en que nos hablaran y/o nos contaran algo mas, de esa relación madre e hija, que por momentos se intuye complicada, a la vez que muy amorosa... Venganza
Cuando India Stoker (Mia Wasikowska), una adolescente algo excéntrica, pierde a su querido padre (Dermot Mulroney) en un trágico accidente de coche en el día de su 18 cumpleaños, su tranquila existencia en la apartada mansión familiar se hace añicos de golpe. Con una sensibilidad exquisita, India muestra un comportamiento impasible que enmascara los profundos sentimientos y los agudísimos sentidos que sólo su padre comprendía. India se ve arrastrada hacia el hermano perdido de su padre, Charlie (Matthew Goode), que aparece por sorpresa en el funeral y decide quedarse con ella y su inestable madre, Evie (Nicole Kidman). Aunque India al principio desconfía de su encantador y misterioso tío, pronto descubre que le fascina y se da cuenta de cuánto tienen en común... Debut en EEUU del director coreano Park Chan-wook (Old Boy). critica: A orillas del río, el escorpión le dijo a la rana: Stoker - Amiga rana, ¿podrías cruzarme a la otra orilla? - De ningún modo. No quiero que me mate tu aguijón. - ¡Eso es absurdo! Si te pico, yo mismo moriría ahogado. Entonces, la rana accedió. Pero en mitad de la travesía notó un picotazo, y, al sentirse morir, le dijo a su asesino: - ¿Por qué lo has hecho? ¿No te das cuenta de que ahora moriremos los dos? - Lo siento, rana, no he podido evitarlo. Es mi naturaleza. Esta es la célebre fábula del escorpión y la rana. Una pequeña historia que nos dice que cada uno está condenado a ser aquello que dicta su naturaleza. No podemos, por tanto, huir de lo que somos. La fábula ha sido utilizada innumerables veces (en cine y en televisión), desde 'Mr. Arkadin' (1955, Orson Welles) hasta la reciente 'Drive' (2011, Nicolas Winding Refn). 'Stoker' es, en el fondo, su enésimo avatar. Y es que Park Chan-wook nos habla en esta cinta de la naturaleza irremediable de los Stoker. El apellido –Stoker– apunta a una familia de vampiros (recordemos que Bram Stoker es el padre literario del ilustre conde Drácula). Y, en efecto, no tardamos en intuir en India, la niña de la casa, cierta querencia por la sangre. Su apariencia, hosca y fría, inquieta ya desde el inicio. Tiene, además, un oído portentoso, que le permite escuchar conversaciones y ruidos alejados con una claridad paranormal. Ese don, junto a una araña que le ronda (y llega incluso a introducirse entre sus muslos), completan el retrato de la adolescente (una Spiderwoman adusta y misteriosa…). Tras un prólogo lírico y evocador, que finalmente sabremos que es epílogo (y podrá tomarse como moraleja de la fábula), asistimos al entierro de Richard Stoker, el padre de la chica. Un personaje-enigma seductor se presenta en esa ceremonia. Se trata de Charles, hermano del difunto. Charles recuerda en su composición a Harry Powell, el reverendo interpretado por Robert Mitchum en 'La noche del cazador'. Como él, se erige en aparente salvador y está lleno de encanto, pero hay algo que perturba en su atractivo. Tiene un leitmotiv: "Stride la vampa!" (crepita la llama), la famosa aria de 'Il trovatore', de Giuseppe Verdi. Este recurso musical emparenta a Charles Stoker con Hans Beckert (Peter Lorre), protagonista de 'M, el vampiro de Düsseldorf', quien a menudo silba "En la gruta del rey de la montaña", de Edvard Grieg. La pulcritud esteticista de la imagen y el sonido, la ambigüedad en la relación que se establece entre los personajes principales, la sensación de incertidumbre y de violencia a punto de estallar…, todo ello confiere al primer tramo de la cinta una atmósfera cargada y densa en clave de buen thriller psicológico. Pero, cuando la realidad de Charles Stoker queda al descubierto, la atmósfera se viene abajo. Como ya sucediera en 'Drive', el punto de inflexión en que se pasa de la tensión latente a la violencia desencadenada, convierte a 'Stoker' en cine de Blockbuster. El trabajo actoral es francamente heterogéneo. Mia Wasikowska (India) borda su papel. Matthew Goode (Richard Stoker) roza la parodia y abusa de las posturitas. A Nicole Kidman (Evelyn Stoker), el exceso de bótox le ha robado la expresividad (qué lástima de actriz, qué lejos su preciosa cara encantadora). 'Stoker' es el trabajo de un esteta. Ofrece morbo sexual y violencia gratuita. Es fácil suponer que gustará a los seguidores de Chan-wook. Pero la voluntad de paroxismo y goce estético en las escenas de violencia es excesiva. En Kim Ki-duk, la violencia punza y hace daño. Aquí, en cambio, la violencia sólo invita a masturbarse. Y eso, en arte, a mí no me convence. [Texto publicado en cinemaadhoc.info] Stoker
En el año 2009, en aguas internacionales a 145 millas de la costa de Somalia, en el cuerno de África, el buque carguero “Maersk Alabama”, al mando del capitán de la marina mercante estadounidense Richard Phillips, fue abordado y retenido por piratas somalíes, siendo el primer barco norteamericano secuestrado en los últimos doscientos años. critica: Es una gozada poder disfrutar de películas como "CAPITÁN PHILIPS". Un guión sobrio, adusto, seco, sin concesiones al sentimentalismo barato que narra con frialdad y precisión quirúrgica la odisea de un mercante norteamericano enfrentado al ataque de piratas somalíes convertido en imágenes por un Paul Greengrass que demuestra que no ha perdido el pulso desde los días de la saga de Bourne. Capitán Phillips Muy buena la interpretación de Tom Hanks, el capitán del carguero portacontenedores "Alabama". Muy, muy por encima de interpretaciones anteriores como "Náufrago" (2000) y que recuerda sus mejores momentos como actor en "Salvar al soldado Ryan" (1998) o "Apolo XIII" (2005). Como el buen vino, Tom gana con los años. En esta ocasión se nos muestra como un capitán con mayúsculas (bastante lejos del del "Costa Concordia"), un hombre que sabe que, si da un mal paso en una situación desesperada, su tripulación podría pagar las consecuencias. Pero un hombre que sabe también que hay una gran diferencia entre él y su mundo y el de los cuatro desgraciados piratas somalíes que toman la equivocada decisión de asaltar su barco de forma harto improvisada. Un hombre que sabe que detrás de él hay una fuerza abrumadora y, sobre todo, la voluntad de usarla. Sólo tiene que ganar tiempo. Porque desde el momento en que los piratas abandonan el mercante llevándoselo a él de rehén, sabe que ha ganado. Sabe que tal vez no salga vivo del trance, pero desde luego sabe también que los piratas no son ya sino cadáveres andantes. Especial mención en este sentido a Barkhad Abdi, Mahat M. Ali, Barkhad Abdirahman y Faysal Ahmed, que interpretan a los piratas somalíes y cuya actuación es sobresaliente. En sus rostros huesudos, sus cuerpos fibrosos y en su mirada asustada y enloquecida ves el drama de unas gentes a las que la desesperación y la promesa de dinero fácil les convierte en marionetas de los señores de la guerra locales, a los que les hacen el trabajo sucio para llevarse -si acaso- las migajas de los rescates. O, en su defecto, una bala. Son las hormigas que de vez en cuando molestan a los elefantes. En ocasiones el elefante, con otras cosas en las que ocuparse, las deja actuar, pero otras veces, el elefante las aplasta. Capitán Phillips