Brooklyn

7.3
En los años 50, la joven Eilis Lacey decide abandonar Irlanda y viajar a los Estados Unidos, concretamente a Nueva York, donde conoce a un chico del que se enamora. Pero un día, a Eilis le llegan noticias de un grave problema familiar y tendrá que decidir entre quedarse en su nuevo país o volver a su tierra natal. critica: No voy a extenderme mucho. Empezaré diciendo que el nuevo trabajo del irlandés John Crowley es de todo menos original, seamos sinceros. La premisa del emigrante la hemos visto mil veces en todas sus variantes, y su desarrollo tampoco es innovador. Aun así, si estás dispuesto a sentarte durante casi dos horas ante una película bastante tradicional, hay que admitir que "Brooklyn" funciona, y bastante bien, gracias al detalle con el que se trata la historia, a su gusto exquisito en cada paso que da, a su firmeza a la hora de evitar el melodrama y, sobre todo, a la maravillosa construcción de personajes, todos ellos tridimensionales, incluso los que hacen apariciones breves. Técnicamente es igual de conservadora, pero todo (la fotografía, la dirección artística, el vestuario, la banda sonora...) rebosa elegancia y buen hacer por los cuatro costados. Brooklyn Pero el gran punto fuerte de "Brooklyn" está en las interpretaciones, sin ninguna duda. Todos los actores están magníficos, pero si alguien merece especial mención es Saoirse Ronan, una chica que llevaba años siendo una promesa y que por fin se reivindica a sí misma como una de las mejores actrices de su generación. A lo largo de la cinta, su Eilis pasa de ser una niña frágil, sensible y confiada a una mujer adulta, orgullosa e independiente, y esta evolución es creíble gracias a su madurez interpretativa, a su capacidad de dar vida a un personaje mucho más complejo y matizado de lo que puede parecer a simple vista. Es una de esas actuaciones con las que llueven (merecidos) premios y nominaciones. En resumen, "Brooklyn" no es la panacea que me habían prometido, más que nada porque no arriesga en ningún aspecto, de tal modo que si solo valorara la originalidad tendría que suspenderla, pero lo cierto es que tampoco comete errores. Es un trabajo que pisa sobre seguro y toca todos los palos a los que se acerca con seguridad y solvencia. Es sencilla, contenida y sobre todo, efectiva. Si te gusta este tipo de películas, probablemente te encante "Brooklyn". Puntuación: 7,3 Brooklyn
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Cuestión de justicia

Crimen Drama Historia
8

Cuenta la historia real del joven abogado Bryan Stevenson (Jordan) y de su histórica batalla por la justicia. Después de licenciarse en Harvard, Bryan recibe ofertas de trabajo muy lucrativas. Pero él prefiere poner rumbo a Alabama para defender a personas que han sido condenadas erróneamente o que carecían de recursos para tener una representación legal adecuada, y lo hace con el apoyo de la activista local Eva Ansley (Larson). Uno de sus primeros y más turbulentos casos es el de Walter McMillian (Foxx), que en 1987 fue sentenciado a la pena muerte por el asesinato de una chica de 18 años, a pesar de que las pruebas demostraban ostensiblemente su inocencia. En los años posteriores, Bryan se ve envuelto en un laberinto de maniobras legales y políticas y de un racismo abierto y descarado mientras lucha por Walter y otros como él, a pesar de tenerlo todo en su contra, incluido el sistema legal. critica: Se equivocan de persona, afirma el personaje interpretado por Jamie Foxx cuando es injustamente detenido. A lo que el policía le replica: "se exactamente qué clase de persona eres". Soy inocente afirma otro condenado, recibiendo por toda contestación: "es igual, si no eres tú, el culpable será otro negro igual que tú". Y la respuesta con la que lidia un tercer procesado es igual de rotunda: "sólo con mirarte tengo la certeza de que eres culpable". Cuestión de justicia El sistema judicial acaba refrendando esas espontáneas y profundas convicciones policiales porque el racismo trasciende la balanza de la justicia, su principio de que todos son iguales ante la ley. Los despoja (en este caso a los negros o afroamericanos) de su consustancial condición de personas dejándolos sin derechos y situándolos al margen del sistema judicial. A los negros se les aplica otra principio de igualdad muy distinto (no todos los principios de igualdad son iguales), letal para ellos: todos los negros son iguales, distintos e inferiores a los blancos. Así opera el racismo, distorsionando una realidad desde su raíz más profunda. Se les condena por ser negros y la única manera de la que pueden salir airosos es demostrar que son blancos, algo del todo imposible. Sobre reflexiones parecidas se extiende este contenido y comedido alegato judicial contra el racismo y, en menor medida, también contra la pena de muerte, más centrado en la repercusión a todos los niveles de quienes lo padecen que en los racistas. Estos últimos, por más que se demuestre su absoluta falta de moralidad, su corrupción retorciendo y utilizando a su antojo el sistema judicial para condenar a personas que saben inocentes, apenas son juzgados, su culpabilidad siempre aparece difuminada. Tiene un punto en común, quizá no suficientemente tratado (spoilers), y más de una referencia a la icónica y excepcional "Matar a un ruiseñor" (Robert Mulligan,1962), ya que se desarrolla en el mismo lugar, en Alabama, aunque unos 50-60 años después, con lo que se pone de manifiesto la gran resistencia del racismo a desaparecer. Es notable en todos los sentidos, manteniendo el interés y describiendo ordenada y desapasionadamente los hechos en los que se inspira, sin exceso de sentimentalismo, con una excepción, que lejos de perjudicarle le beneficia. Eso sí, es previsible y algo monótona, le falta chispa, especialmente en la construcción de su pareja protagonista, unos abogados presentados con demasiada sobriedad, sin matices cinematográficamente hablando, aunque los siempre excelentes Michael B.Jordan y Brie Larson lo compensen con su particular carisma, Lo que contrasta con los papeles secundarios, algunos de lo más minimalista, mejor construidos y excelentemente interpretados, lo que constituye un gran acierto del director y de los responsables del casting. Cuestión de justicia

Caballo soñador

Comedia Drama
7.3

Narra la historia real de Jan Vokes (Toni Colette), una camarera de Gales que decidió comprar y criar un caballo de carreras. Jan convenció a sus vecinos y amigos para que contribuyeran financieramente al proyecto. El improbable plan de inversión comenzó a valer la pena a medida que el caballo mejoró y comienzó a ganar, luchando por el campeonato nacional....Cabalgando a la gloria critica: llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Cabalgando a la gloria

Una noche en Miami…

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El lado bueno de las cosas

Comedia Drama Romance
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Tras pasar ocho meses en una institución mental por agredir al amante de su mujer, Pat vuelve con lo puesto a vivir en casa de sus padres. Determinado a tener una actitud positiva y recuperar a su ex-mujer, el mundo de Pat se pone del revés cuando conoce a Tiffany, una chica con ciertos problemas y no muy buena fama en el barrio. A pesar de su mutua desconfianza inicial, entre ellos pronto se desarrollará un vínculo muy especial que les ayudará a encontrar en sus vidas el lado bueno de las cosas. critica: Con esta peli me ha pasado lo mismo que a De Niro en una escena de la misma. Iba cargado de prejuicios, con el cuchillo entre los dientes y en cinco minutos me han vencido por K.O. técnico. El lado bueno de las cosas Puede que el hecho de que la dirija David O. Russell ha pesado mucho en mi forma de afrontar la peli. Me parece un director demasiado endiosado por la crítica, al que le masajearon el trasero con vehemencia en la sobrevalorada The Fighter. Además, después de ver que tiene 8 nominaciones para los Oscars (sabiendo cómo elige la Academia) y siendo una comedia romántica protagonizada por el guaperas de Resacón en dónde sea, provocó en mí ganas de sacar al reconocido paladín del buen gusto cinematográfico que soy (risas enlatadas aquí). Sentí la curiosidad/necesidad de verla ante la posible satisfacción que me podía proporcionar apuñarla con conocimiento de causa. Pues bien, Bradley Cooper me dio el primer guantazo con su currada interpretación. Luego el propio director golpeó mi ego con su dinámica realización, su buen ritmo y sus ágiles movimientos de cámara. De Niro mató a su malvado gemelo que lo había estado suplantando últimamente y volvió a ser De Niro, haciéndome sentir como antaño, cual ratita a la que quieren ver la colita, abogado. Y por último Jennifer Lawrence se puso a bailar mirando a cámara y bueno... Podemos hablar de su inmenso talento o de su hermosa voluptuosidad, podría hacer una conferencia con power points sobre ambos temas, aunque recomiendo el segundo. Tampoco es que ahora vaya flagelándome por haber pensado mal de esta cinta: tiene sus fallos, cae en topicazos pese a partir de una base original y la trama de De Niro puede ser simpática pero no deja de ser una soberana estupidez. En fin, se supone que debería haber aprendido la lección, pero yo sé que no. Te estaré vigilando David O. Russell. Has ganado este asalto. El lado bueno de las cosas

Anomalisa

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La película tiene por protagonista a un motivador profesional que, cuanto más ayuda a la gente, más monótona y anodina es su vida; todo el mundo le parece y le suena igual. Hasta que la voz de una chica le suena diferente y está dispuesto abandonarlo todo y a todos por alcanzar la felicidad con ella. critica: En un mundo a rebosar de efectos digitales y diseñadores informáticos, ‘Anomalisa’, con su stop motion, nos devuelve de golpe a la extrañeza. La extrañeza de lo real distorsionado, de lo real no realista, del verdadero cine de figuras animadas: nadie podría hacer de ‘Anomalisa’ un videojuego. Anomalisa Lo primero que llama la atención al adentrarse en el inquietante lugar creado por Charlie Kaufman y Duke Johnson es la factura de los personajes; al principio, sentí cierto rechazo por esos monigotes pero, transcurrido un tiempo, mi mente y mis sentidos claudicaron: entré de lleno en su virtualidad; en una sala oscura, lo anómalo se vuelve cotidiano. Y ahí, en la repetición mecanizada, acecha el monstruo que llevamos dentro. El guión, urdido con oficio y sin defectos aparentes, construye una pareja memorable de individuos. Se podría decir que el desarrollo de la trama, más allá de las brillantes ideas de imagen y sonido, es previsible. Pero dado el impecable diseño psicológico del protagonista, no veo cómo podría ser de otra manera. Y es que Michael Stone vive en el purgatorio de la eterna recursión, expresión que tomo prestada de Hans Magnus Enzensberger, que sitúa en ese espacio a los matemáticos de su libro ‘Pura Música’. La atmósfera asfixiante, la máscara y la luz. Las voces y… la voz (*). ‘Girls just want to have fun’, de Cyndi Lauper, como clímax indudable de la historia. Todos son uno y uno sólo es diferente en esta distopía íntima y existencial. ¿Qué podría hacer que Michael Stone, burócrata del tedio, motivador desmotivado y seductor envejecido, sintiera de nuevo una punzada? ‘Anomalisa’ tiene el tono insano y triste de Skhizein (Jérémy Clapin, 2008) y es pariente cercana de ‘Lost in Translation’ (Sofia Coppola, 2003), pero está muy lejos de ‘Inside Out’ (Pete Docter, Ronnie Del Carmen, 2015). Su reino no es de Disney Pixar. Las posibles referencias literarias son innumerables, desde ‘La náusea’, de Sartre, a los pasillos infinitos de Franz Kafka. El fondo, o el cimiento, es teatral (intuyo que muchos de los recursos de la cinta debieron funcionar de maravilla en ese medio). Rara vez he visto retratar la pura soledad –esa larva oscura que llevamos dentro desde el día en que nacemos– de un modo tan lúcido y amargo. Véanla. Busquen esa voz entre la multitud de seres clónicos, desanimados y anodinos. Disfruten del momento y, como en ‘Eyes Wide Shut’ (Stanley Kubrick, 1999) dejen –al menos una vez– la máscara de lado. Quizás descubran, en lo más hondo del espejo, una preciosa anomalía. Anomalisa