Rusia contemporánea. Nadya abandona su sueño de convertirse en campeona de patinaje artístico cuando es hospitalizada por una lesión. Pero luego conoce a Sasha, un jugador de hockey, que decide volver a enseñarle a creer en sí misma y en su sueño....Hielo critica: esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia....Hielo
Cuenta la historia real de Yossi Ghinsberg, un joven aventurero que vivió para escribir un bestseller de memorias sobre su aventura en el interior del Amazonas. Con una guía incompleta y dos amigos más, el viaje se convirtió en un calvario psicológico y aterrador en el que lucharon por sobrevivir ante las amenazas de los elementos más oscuros de la naturaleza humana. critica: De acuerdo, he leído las críticas anteriores y he llegado a la constatación de que, o bien cualquiera se siente capacitado para dar su opinión sobre una película, o bien no hay mucha cosa dentro de la mollera del común de los mortales. No lo sé, yo tampoco me creo especial, es más, me considero bastante tonto, en la media, digamos, pero sí sé apreciar las cosas que están bien hechas y que comunican con honestidad. Y Jungle lo hace. La jungla "Una película más de supervivencia", "Un relato previsible y aburrido", ok amigos, sois los campeones del mes de producción de tonterías. Más que nada porque Jungle no es en realidad una película de supervivencia, o no solo es eso. Habla más bien de la búsqueda del equilibrio, de la reconciliación con la vida y con el mundo, de la belleza y de la muerte, de la amistad, de la aventura, de la civilización y la naturaleza. Habla de muchísimas cosas profundas y complejas, pero como lo hace de manera sencilla, en el marco de una película de género, los gafapastas, que por lo general son tontos del culo, no lo entienden y dictaminan su opinión desde su trono de chichinabo. Firmemente anclada en hechos reales, Jungle no renuncia a ofrecer una determinada visión artística y humana, y esto me gusta mucho y no es algo que ocurra cada día. Si queréis ver una película hermosa, entretenida y con contenido, Jungle es una excelente opción. Para ello, claro está, tendréis que prescindir de los idiotas que no saben distinguir entre el oro y la caca. La jungla
Tres familias se enfrentan a una experiencia que amenaza con cambiar sus vidas para siempre. Este inusual evento se produce un día de vacaciones en la región de Sintra, en Portugal, una ciudad histñorica conocida por sus densos jardines y sus palacios y edificios que parecen sacados de un cuento de hadas. critica: Si se planea un viaje a Lisboa, pasar un día en Sintra es obligatorio. En un viaje en tren de 50 minutos pasas de la belleza decadente de la capital portuguesa a una pequeña villa en las montañas con un majestuoso circuito de jardines, palacios y murallas. Sin embargo, como pasa con todo lugar de alto valor turístico, la experiencia puede resultar un tanto agotadora dada la cantidad de gente que se concentra allí, sobre todo en verano, y a las atenciones recibidas; nada más salir de la estación de tren, sientes el acoso de los conductores de tuk tuk que ofrecen sus servicios para que evites el autobús y caminar por las empinadas cuestas. Con todo, Sintra tiene un encanto peculiar, bucólico y arraigadamente portugués del que se impregna 'Frankie', el último trabajo del director Ira Sachs. Frankie Isabelle Huppert, quien hace tres años asistió como homenajeada a un festival de cine que se celebra entre Sintra y Lisboa, encarna en la película a su álter ego, la Frankie del título, una célebre actriz que reúne a su familia para unas vacaciones en Sintra con motivo de una devastadora noticia que acaba de recibir. Hasta que llegue la hora de la tarde en los que los ha citado a todos, cada uno va explorando la ciudad por su cuenta, coincidiendo y separándose cada dos por tres. La película es así de sencilla: encuentros, desencuentros, paseos y conversaciones a través de los cuales se revalúan los vínculos que los unen, y el amor es mostrado desde su concepción más pura hasta cuando ya no da más de sí. 'Frankie' entraría en esa categoría de “films en los que no pasa nada”, y lo cierto es que su levedad, la escasa trascendencia de la historia y lo poco que tiene que añadir a los temas que aborda complican el poder sacarla de ahí. No obstante, la película de Sachs tiene dos grandes puntos a su favor: uno es la ubicación, pues Sintra es un escenario muy vistoso que apenas ha sido visto en el cine, y el director lo filma sin excederse en el afán de promoción turística. Las largas carreteras, los senderos, los recovecos de sus callejones, su arquitectura, los bosques… todo está plasmado de forma natural, sin vanidad alguna. El otro punto fuerte de 'Frankie' no es Huppert por increíble que parezca, sino Marisa Tomei. Huppert, al fin y al cabo, interpreta un papel muy similar pero menos memorable a lo que ha hecho hasta ahora. En cambio, Tomei, que encarna a una amiga maquilladora de la protagonista, aparece en Sintra un tanto desubicada, con un novio cineasta con el que no termina de encajar (Greg Kinnear), y está tremendamente encantadora, visceral y sí, muy humana, por muy ridículo que suene. Ella se recorre Sintra de una punta a otra con su vestido de flores y calzada con sus Vans y son sus escenas las que prevalecen en esta pequeña y curiosa película que se contagia de la característica melancolía portuguesa. Frankie
En julio de 1967, graves disturbios raciales sacudieron la ciudad de Detroit, en el estado de Michigan. Todo comenzó con una redada de la policía en un bar nocturno sin licencia, que acabó convirtiéndose en una de las revueltas civiles más violentas de los Estados Unidos. Los incidentes más graves ocurrieron en el motel Algiers, cuando miembros de la policía y la Guardia Nacional acudieron ante unos disparos de un arma de fogueo. critica: "Detroit" se estrena en EEUU justo después de cumplirse 50 años de las graves revueltas raciales acaecidas en el estado de Michigan. Después de "Zero dark thirty", Kathryn Bigelow vuelve a sumergirse en una historia basada en hechos reales para sacar a la superficie la realidad social estadounidense. En esta ocasión centra el objetivo de su cámara en un problema tan amargo como casi ancestral, pero de una actualidad pavorosa: los enfrentamientos raciales entre la policía y la comunidad afroamericana. Detroit Pese a no contar con nombres de primer nivel, el plantel actoral se muestra solvente en todo momento y ayuda al desarrollo argumental aportando una buena dosis de credibilidad y tensión. En cuanto al apartado técnico es de destacar una fotografía correcta e intencionadamente oscura, algunos planos incluso pueden recordarnos a "The Hurricane" de Norman Jewison. El montaje intercala imágenes de archivo, lo que ayuda a imbuirnos en el caótico ambiente callejero estadounidense de 1967, pero sin resultar estas imágenes excesivas, dosificación que logra que la película no se decante por el mero documental. Quizás el problema de "Detroit" es precisamente su título, ya que puede pensar el espectador que va a visionar una síntesis cinematográfica de todos aquellos acontecimientos que arrojaron más de 40 muertos y más de 2000 heridos. Nada más lejos de la realidad. El título resulta excesivamente ambicioso y empequeñece involuntariamente a la cinta. La película debería llamarse "Hotel Algiers". Indudablemente sería un título más honrado para el espectador. Detroit
Elise Rainier (Lin Shaye) acepta a regañadientes utilizar su capacidad de ponerse en contacto con los muertos a fin de ayudar a una adolescente (Stefanie Scott) que se ha convertido en el blanco de una peligrosa entidad sobrenatural. critica: Peliculilla irrelevante que intenta barrer lo poco que pervivió de Insidious en la segunda parte. Queda así definitivamente claro que lo que tuvo la primera de fresco se agotó en la misma y no hay aquí de Insidioso sino continuar intentando rascar. Insidious: Capítulo 3 Parece la copia de la copia. De hecho, es la copia de la copia. Así que tanto si te gustó la primera como si no, aquí no vas a ver nada ni nuevo, ni original, ni terrorífico. Ocasión perdida de levantar la franquicia tras acabar el caso de la familia guay. Pero no, Insidious era ese caso. PD: y una vez más, los mejores momentos te los revelan en el tráilker. Mira que les gusta joder las películas. No sé por qué no se dedican a hacer falsos tráilers de películas, que es lo que mejor se les da. Insidious: Capítulo 3
Claire (Elisabeth Moss) y Sebastian (Ebon Moss-Bachrach) se encuentran en Tokio. Ella es fotógrafa, él está de viaje de negocios en la ciudad. Sebastian tiene éxito, ella probablemente no, pero él no es feliz. Entonces descubre a la misteriosa Claire en el hotel en el que se aloja: pasan la noche juntos y dejan atrás su vida real y su pasado, que no existe durante ese lapso de tiempo. Tokyo critica: Los viajes bien podrían ser días de otra vida. Las rutinas, las calles, las caras o incluso el idioma cambian, nuestra personalidad se desenfoca, pierde el contorno y trasciende nuestros propios límites. Tokyo Project En ese nuevo escenario, uno se ve libre para interpretar a otra persona, alguien que quizá no sea muy distinto de la mejor versión de nosotros mismos. "¿Quién eres?" es una pregunta demasiado amplia como para abarcarla en una sola noche, o en una sola vida, por eso, suele ir seguida de un silencio existencial. En un acto reflejo, la respuesta se constriñe en un nombre, en un afán humano por acotar estratos de dilemas metafísicos. Los nuevos comienzos no siempre aparecen al principio de la historia, del mismo modo que los créditos no tienen por qué indicar el final. Decía Úrsula K. Le Guin que "el verdadero viaje es el retorno" y Antoni Gaudí atribuía la originalidad al "retorno al origen; así pues, original es aquello que vuelve a la simplicidad de las primeras soluciones”. Pero, para poder volver, primero hay que partir, al igual que es necesario conocer el molde para poder romperlo. Las vidas no son otra cosa que viajes de búsquedas infinitas. Tokyo Project