En el año 2009, en aguas internacionales a 145 millas de la costa de Somalia, en el cuerno de África, el buque carguero “Maersk Alabama”, al mando del capitán de la marina mercante estadounidense Richard Phillips, fue abordado y retenido por piratas somalíes, siendo el primer barco norteamericano secuestrado en los últimos doscientos años. critica: Es una gozada poder disfrutar de películas como "CAPITÁN PHILIPS". Un guión sobrio, adusto, seco, sin concesiones al sentimentalismo barato que narra con frialdad y precisión quirúrgica la odisea de un mercante norteamericano enfrentado al ataque de piratas somalíes convertido en imágenes por un Paul Greengrass que demuestra que no ha perdido el pulso desde los días de la saga de Bourne. Capitán Phillips Muy buena la interpretación de Tom Hanks, el capitán del carguero portacontenedores "Alabama". Muy, muy por encima de interpretaciones anteriores como "Náufrago" (2000) y que recuerda sus mejores momentos como actor en "Salvar al soldado Ryan" (1998) o "Apolo XIII" (2005). Como el buen vino, Tom gana con los años. En esta ocasión se nos muestra como un capitán con mayúsculas (bastante lejos del del "Costa Concordia"), un hombre que sabe que, si da un mal paso en una situación desesperada, su tripulación podría pagar las consecuencias. Pero un hombre que sabe también que hay una gran diferencia entre él y su mundo y el de los cuatro desgraciados piratas somalíes que toman la equivocada decisión de asaltar su barco de forma harto improvisada. Un hombre que sabe que detrás de él hay una fuerza abrumadora y, sobre todo, la voluntad de usarla. Sólo tiene que ganar tiempo. Porque desde el momento en que los piratas abandonan el mercante llevándoselo a él de rehén, sabe que ha ganado. Sabe que tal vez no salga vivo del trance, pero desde luego sabe también que los piratas no son ya sino cadáveres andantes. Especial mención en este sentido a Barkhad Abdi, Mahat M. Ali, Barkhad Abdirahman y Faysal Ahmed, que interpretan a los piratas somalíes y cuya actuación es sobresaliente. En sus rostros huesudos, sus cuerpos fibrosos y en su mirada asustada y enloquecida ves el drama de unas gentes a las que la desesperación y la promesa de dinero fácil les convierte en marionetas de los señores de la guerra locales, a los que les hacen el trabajo sucio para llevarse -si acaso- las migajas de los rescates. O, en su defecto, una bala. Son las hormigas que de vez en cuando molestan a los elefantes. En ocasiones el elefante, con otras cosas en las que ocuparse, las deja actuar, pero otras veces, el elefante las aplasta. Capitán Phillips
Después de eludir la muerte el mismo día, los distanciados gemelos Milo y Maggie se reúnen para encontrar una explicación razonable del negativo rumbo de sus vidas. critica: 'The Skeleton Twins' (2014) es la segunda película como director (y guionista) de Craig Johnson tras la aquí desconocida 'True Adolescents' (2009). Ahora luce como apadrinado de los hermanos Duplass, adalides del actual cine independiente norteamericano con productora propia, y debido a ello parece que su segunda obra cinematográfica ha logrado un mayor reconocimiento no sólo mediático, sino también artístico, pues ganó el premio a mejor guión en el Festival de Sundance, la fiesta de lo indie por excelencia. Un servidor, antes que nada, confiesa que le hubiera gustado disfrutar más de esta película de lo que lo ha hecho, pues irradia cierto encanto y buen hacer, y pese a no haberse sentido en absoluto conquistado en (casi) ningún momento del escueto metraje, sí que reconoce (quizá) a un pequeño talento del que poder esperar buenos trabajos en el futuro. The Skeleton Twins De momento, en el que nos ocupa, narra la historia de dos hermanos que, tras muchos años sin saber nada el uno del otro, vuelven a reunirse por el intento de suicidio de él (que evita el suicidio de ella). Lo que sigue a tan peliagudo planteamiento es una tragicomedia sobre la vida, el amor, la infidelidad y los traumas de la infancia que, si bien es cierto que no engola la voz en ningún momento, tampoco parece esforzarse por dejar mella en el espectador, algo narcotizado por la sobreexplotación de los dramas de corte independiente venidos de más allá del charco que hablan de la familia disfuncional en similares (cuando no idénticos) términos. No hay duda de que Craig Johnson sabe colocar y mover una cámara y, ayudado por Mark Heyman, ha trenzado una historia muy bien narrada con inteligentes y apropiadas dosis de humor, pero se echa en falta garra, magia, algo más que una simpatía de ágil sonrisa y efímera complicidad, un brillo, en definitiva, que brota sólo en contadísimas ocasiones (la secuencia durante Halloween o los hermanos cantando a dúo el imborrable 'Nothing’s gonna stop us now' de Jefferson Starship). Tampoco colaboran en el levantamiento de la ficción un final anticlimático y un tanto abrupto e inverosímil, que cierra la cinta con un regusto amargo por lo torpe del encadenado de acontecimientos, y el trato algo injusto (aunque quizá sea una apreciación muy personal) que recibe el personaje interpretado por Luke Wilson, un desfalco similar al que sufría el padre al que daba vida Mark Ruffalo en la discutible 'Los chicos están bien' (Lisa Cholodenko, 2009). La cinta sí levanta el vuelo gracias a un soberbio plantel de intérpretes, desde los inspirados Wilson y Ty Burrell hasta, por supuesto, los amos de la función, los gemelos que dan nombre a la película, interpretados por Kristen Wiig y Bill Hader, cuya química (ya disfrutada en la estupenda 'Adventureland' -Greg Mottola, 2009-) se muestra irrefutable en este film. No sorprende el talento de Wiig, que a muchos les (nos) tiene enamorados desde hace tiempo, pero sí que supone la gran revelación del hasta ahora “sólo” buen secundario Bill Hader. Una pareja, sin duda, con un gran futuro por delante (juntos o por separado). En resumen, una película cálida y sincera que fácilmente gustará al público, aunque lamentablemente no parece llamada a permanecer no ya como un título notable dentro de esta corriente de cine indie, sino simplemente en nuestra memoria (y corazón) al poco de salir de la sala. Refrescante pero tópica e intrascendente (re)afirmación de que las calaveras y los esqueletos sirven tanto para inquietar como para hacer reír. Como la esencia de Halloween. Como la vida misma. http://www.asgeeks.es/movies/critica-de-the-skeleton-twins-el-duo-calavera/ The Skeleton Twins
A finales de la II Guerra Mundial (1939-1945), a un selecto grupo de historiadores, directores de museos y expertos en arte, tanto británicos como norteamericanos, se les encomienda la importante y peligrosa misión de recuperar las obras de arte robadas por los nazis durante la guerra para devolvérselas a sus legítimos propietarios. Era una misión imposible: las obras estaban muy bien custodiadas y el ejército alemán tenía orden de destruirlas en cuanto el Reich cayera. Pero aquellos hombres, en una carrera contrarreloj, arriesgaron sus vidas para evitar la destrucción de miles de años de cultura de la humanidad. critica: Ser George Clooney no debe ser fácil. No, no es broma. Bueno, un poco. El riesgo que se corre siendo alguien como George Clooney, respetado actor, guaperas incontrovertible, y director en fase de consolidación, es alto. Puede que llegue un día en que estés demasiado contento de haberte conocido. Y salgan cosas como Monuments Men. Con Los Idus de Marzo, Clooney apuntaba maneras como cineasta, especialmente al ofrecer una crónica descarnada de lo que se cuece entre bambalinas durante el patético espectáculo de unas elecciones políticas. Los Idus olía a colonia cara, a puro, a sonrisa de atril y a sexo jugoso de becaria. Olía bien. Monuments Men Monuments Men huele mal. Apesta a banderita americana, a edulcorante artificial, a historia real maqueada y envuelta con un lazo de barras y estrellas. Monuments Men arrastra desde el minuto 1 un tufo a lección moral (y de arte) by George Clooney. The man. The American. No, thanks. “Por nuestra cultura, por nuestro modo de vida…” What? ¿Qué modo de vida, George? ¿Qué modo de vida defendéis, valientes rescatadores de obras de arte? A lo largo de la película, el jefe de la expedición aprovecha para soltar dos o tres peroratas sobre el valor de su misión. Pero no cuela. No hay misión desinteresada en una guerra. Ya somos mayores. Los nazis son el enemigo ideal. El diablo hecho carne. Una bendición –y que Dios nos perdone – para los guionistas de Hollywood faltos de inspiración. Es ver una esvástica en una película y ya sabemos que ellos son los que escupen en “nuestro estilo de vida”, nuestra libertad y nuestra cultura. Los nazis expoliaron obras de arte, y muchas fueron quemadas, especialmente aquellas conocidas como “arte degenerado”. Pero no fueron los primeros. Ingleses, franceses, españoles, norteamericanos, chinos… Todos los pueblos, aprovechando las guerras o las expediciones “civilizadoras”, cogieron lo que no era suyo. Y destruyeron lo que no entendían. Hitler quiso abrir un museo con todo lo robado. No pudo. Otros sí han podido. Muchos de los museos más prestigiosos del mundo están erigidos sobre cimientos robados. ¿De quién son las obras de la Antigua Grecia que llenan el Museo Británico? ¿Y si pagas por una obra, sacándola de su contexto para llevartela al Met de Nueva York? ¿Eso es defender la cultura? ¿O es trapicheo? Un museo es cultura, pero mejor si la cultura está en nuestro país. Así nos sacamos unos cuartos defendiendo la cultura. Clooney y los suyos se envuelven en la bandera estadounidense para contar una verdad a medias. El resultado es una película hipócrita. Monuments Men edulcora hasta el empacho un asunto mucho más complejo. Ese el fondo de la historia. El que nos molesta, nos repele. Pero hay más. Y no todo es cinismo. También hay buenas intenciones. Clooney pretende convertir su cinta en una peli de aventuras de cuño clásico. Un grupo de personajes variopinto (arquitectos, conservadores, expertos en arte) se calza las botas militares y se pone el fusil al hombro. Bill Murray, Matt Damon, John Goodman, Bob Balaban y el apoyo de Cate Blanchett. Todo hace indicar que los mejores momentos de la película serán las situaciones humorísticas que vivirán esos personajes en un contexto extraño para ellos. Clooney y su equipo lo tenía a huevo. Pero ni eso. Ni con Murray y Balaban como la extraña pareja encargada de hacernos sonreír. ¿Y la aventura? Predecible y escasa de tensión. Llega el final de Monuments Men que huyen despavoridos al grito de “Que vienen los rusos, los robacuadros, los asaltavírgenes, los comebebes“. Y banderita de barras y estrellas al viento. Concluyendo e intentando sintetizar. Monuments Men es una mediocre cinta de aventuras y drama con toques de humor que deja tibio. Y si escarbamos en su mensaje y trasfondo moral e histórico hasta podemos pasar del blanco tibio al rojo crispado. No queremos otro Robert Redford, señor Clooney. Ya es agotador tener uno. Lo Mejor: la ambientación. Lo Peor: no funciona bien ninguna de sus facetas: ni el humor, ni el drama, ni la aventura, ni, sobre todo, el trasfondo ético que roza el cinismo. Reparto desaprovechado. La música épica en una película así, sonroja. [crítica publicada en alucine.es] Monuments Men
Sands (Johnny Depp), un peculiar agente de la CIA, ha sido destinado a México con la misión de mantener la estabilidad del país. Cuando se entera de que Barillo (Willem Dafoe) planea asesinar al presidente de México por medio del general Márquez (Gerardo Vigil), busca a "El Mariachi" (Antonio Banderas), un personaje legendario, que vive aislado y que tiene una cuenta pendiente con Márquez. critica: Se equivocó Rodriguez, para los que queremos y disfrutamos de sus gamberradas, de su cine bizarro, de sus grindhouses desenfrenadas no podemos menos que levantar la ceja como señal de incertidumbre ante esta peli. Porque El mexicano no solo no le hace justicia "secuelera" a Desperado, sino que subvierte la magia de aquella por la terrenalidad de ésta. El mexicano La magia de la primera entrega no era tanto el desenfreno comiquero y exagerado del pistolero, sino su figura mítica dentro de un México que se armaba junto con el protagonista como una tierra de supersticiones y leyendas. Allí es donde Banderas fue formando su estirpe mítica en donde alguien le dice a otro y este corre la voz a unos cientos que detrás de la música de unas guitarras se esconde un pistolero legendario. El factor folcklórico aquí se pierde, principalmente por dos razones: la cantidad y el peso del elenco y la trama política detrás del mito. El mexicano Enrevesada a más no poder, la trama debe complementar a cada una de las figuras de renombre, y hacerlo de forma coherente. Pero lo que no pierde en coherencia lo sacrifica en claridad: el argumento posee tanto nombre/hombre dando vueltas que poco a poco todo se va diluyendo en un caos político que ...al mariachi, al verdadero, a ese hombre extraño que se pasea por las tabernas en busca de una venganza no le cae para nada en gracia...Banderas hasta parece de más en la trama. Antes era el eje, ahora es sólo un mercenario dentro de una obra coral. El mexicano El factor Robert R. se puede oler en determinados pasajes de la trama, pero en general la obra decae lo suficiente, sobre todo en su media hora final, como para pensar que el mariachi nunca regresó. El mexicano
Cuando Sophie, una famosa esquiadora se queda ciega, su carrera se acaba y encuentra una ocupación dedicándose a cuidar gatos de familias que se ausentan de sus casas. Cuando se dedica a cuidar los gatos de una familia adinerada en una remota mansión, tres ladrones invaden el lugar para robar la caja fuerte de la casa. La única defensa de Sophie es Kelly, una veterana del ejército con la que ha contactado a través de la app See For Me. Kelly ayuda a Sophie a defenderse de los invasores y a sobrevivir. critica: Mira por mí empieza con una premisa intrigante: una joven que debe intentar poner su vida a salvo tras la invasión de unos ladrones en la casa en la que está trabajando, con el componente base de que tiene ceguera. Sin embargo, no es algo inédito, ni en temática ni en género, puesto que recuerda a otros títulos como Sola en la oscuridad, Hush o incluso la reciente Mamá te quiere. Mira por mí empieza con una premisa intrigante: una joven que debe intentar poner su vida a salvo tras la invasión de unos ladrones en la casa en la que está trabajando, con el componente base de que tiene ceguera. Sin embargo, no es algo inédito, ni en temática ni en género, puesto que recuerda a otros títulos como Sola en la oscuridad, Hush o incluso la reciente Mamá te quiere. Randall Okita dirige un largometraje lleno de tensión, con unos planos nocturnos excesivamente oscuros y un diseño de sonido inmersivo que nos permite ir a la par con la protagonista. Rodado, en su mayoría, en una misma localización, integra el factor tecnológico del teléfono móvil para elaborar una historia que nos mantiene en vilo, mientras la acompaña con una banda sonora que incrementa la angustia e incertidumbre. Gran parte del peso de la película recae en la actriz principal, Skyler Davenport, que debuta en el cine con un rol exigente, pero que consigue bordar. Asimismo, Jessica Parker Kennedy es capaz de exprimir un papel limitado y construir una química necesaria con su compañera, a pesar de no compartir ninguna escena con ella. Lo más destacable del film es que su personaje no sigue el patrón tradicional de víctima y exige al espectador un mayor esfuerzo para poder empatizar con ella. De hecho, es cínica, resentida y testaruda. No se deja ayudar por nadie que la rodea y llega a utilizar su discapacidad en beneficio propio. Aun así, esta pequeña variación no logra ser lo suficientemente rompedora ni hacer obviar lo predecible de algunos momentos. En definitiva, el thriller funciona en cuanto a que es capaz de retener a la audiencia frente a la pantalla. No obstante, su eficacia es algo simple, carece de verosimilitud a medida que avanza la acción y no alcanza a reformar el género lo bastante como para hacer de Mira por mí una producción memorable. www.contraste.info Mira por mí
Ray (Elle Fanning) es un adolescente transgénero que decide someterse a una operación de cambio de sexo. Maggie (Naomi Watts), su madre soltera, debe encontrar al padre biológico de Ray para conseguir su consentimiento legal para la operación. Dolly (Susan Sarandon), la abuela de Ray, no acepta que ahora tiene un nieto. Juntas tendrán que confrontar sus identidades y abrazar su fuerza como familia para llegar a la aceptación y el entendimiento. critica: About Ray( me parece más acertado el título en su idioma original) no viene a cambiar nada; eso sí, nos cuenta una historia nueva. O al menos relativamente reciente, sobre diferentes tipos de familia y de personas. Porque vivimos en el siglo XXI y ya es tiempo que los medio de comunicación, que el cine y televisión hagan de plataforma para dar a conocer estas nuevas formas que tan sólo se diferencias en el envoltorio, puesto que el contenido es el mismo (a pesar del odio de sus detractores). 3 generaciones Ante todo tengo que decir que la historia me llegó, me la creía de cabeza a pies y me pareció muy sincera. Naomi Watts como madre siempre me convence, sabe transmitir ese tipo de dulzor, de amor tierno, sincero y desinteresado siempre que tiene la oportunidad( espero que no le pese el estigma). Susan Sarandon y el resto del reparto lo hacen bien, sin nada destacar. Por último os diré que me costó pensar en que Elle Fanning fuese realmente ella y no él. Cada movimiento, cada gesto por pequeño que sea lo borda. Parecía que Dakota iba por delante de ella en el terreno de la actución, pero Elle le ha desbancado sobradamente, no me parecería extraño que antes de que tuviese la total mayoría de edad en EEUU se ganase alguna nominación al Oscar. A lo largo de la película se nos muestra un pedazo de las vidas de esta familia: 3 generaciones conviviendo en un mismo hogar. La madre de Maggie vive con su mujer, Maggie está soltera(la madre de Ray) y luego tenemos al joven protagonista: Ray. Hay una mordaz crítica al feminismo de la segunda ola encarnada en la pareja de lesbianas matriarcas con sus problemas a la hora de aceptar la transición del joven. No logran comprender como simplemente no puede identificarse como una lesbiana butch("machorro"), ni acaban de entender el atractivo de querer convertirse en un hombre. No asimilan que Ray siempre fue un hombre nacido en una piel que no era la suya. La teoría queer de Judith Butler(3ª ola) se les antoja algo muy lejano a ambas mujeres. Como feminista no me acaba de convencer este punto de la película, pero es un debate real y no está mal que se muestre esta visión. Para mi gusto he echado en falta más escenas con la perspectiva de Ray, con todo su microcosmos y en particular con las relaciones de amistad/amor que mantiene. Pero como una de las pocas aproximaciones a la transición de mujer a hombre en el cine, no está nada mal. Otras series y películas tratan el caso inverso, el de transicionar de hombre a mujer, olvidando siempre el reverso de la moneda. Hay que sensibilizar y visibilizar todo el arco iris, no solo un color determinado. En resumen, About Ray es un canto al amor, a la familia, a la aceptación y a la comprensión. Ojalá se comiencen a realizar más de este tipo de películas, dedicadas a un público mainstream, con actores y actrices sobradamente conocidos y más que válidos. 3 generaciones