Cuando Buck Enderly, un limpiador de casas de mediana edad, acepta a un nuevo cliente excéntrico, se ve obligado a localizar a su hijo separado. Buck rastrea al joven perturbado, pero en otro giro del destino se convierte en cómplice de un crimen violento. Luego, Buck debe decidir si ocultar la verdad a su familia o ser sincero con todos y seguir adelante con su vida. critica: No es un thriller aunque el preámbulo que en sí es un flashback se venda como tal, eso solo lo usa de cebo, igual que el trabajo de detective aficionado por parte de Buck. La película es más que todo el retrato de Buck, su madre y sus vecinos, todos pobres que están al borde de la marginalidad, ahí en la delgada linea sin ser pasar a ser clase media pobre aunque sea, ni tampoco caer en la indigencia. Buck es el mejor/peor ejemplo de todos ellos, un cincuentón que trabaja limpiando casas, que no tiene auto, ni siquiera un celular, vive en un remolque, es básicamente un perdedor, un pobre tipo que ha fracasado en la vida, que tiene una relación conflictiva con su madre, una mujer amargada, enferma y alcohólica. Del resto de personajes destacaría a Carlene interpretada por Lynda Carter, la mujer que contrata a Buck para que encuentre a su hijo, con quien tenia una muy mala relación, y le perdió el rastro después de que este le robara. Lo peor: que en si no sabe muy bien qué quiere ser, vaga ahí y supongo que se decide por ser una historia de personajes, aunque a algunos como Becky los deja en el aire. Lo mejor: no es patética a pesar de la descripción que hice y que los personajes lo sean, aborda sus desgracias con sobriedad y un toque muy sutil de humor negro. No se regodea en el morbo, ni en el tremendismo. Se deja ver, no aburre. Rastros De Un Crimen
Basada en el atentado de la maratón de Bostón, Patriot’s Day cuenta la historia del oficial de policía Ed Davis, que investiga los acontecimientos que se saldaron con la muerte de un terrorista y la detención de otro, ofreciendo una exhaustiva narración de la persecución que se llevó a cabo por toda la ciudad para dar caza a los causantes del atentado. critica: La factura de "El día del atentado" (Patriots day) (2017) si bien cae en los estereotipos que algunos detestan de Hollywood y parece haber sido hecha para el público local, lo cierto es que puede sorprender especialmente a los que se no indagan más allá de los titulares de las noticias del bloque internacional y desconocen los detalles de lo ocurrido en Boston hace algunos años. Día de patriotas La trastienda social, las historias cruzadas y la complejidad de las pericias y operativos son el núcleo de una película que a Peter Berg le quedó bastante bien hecha y aunque el reloj a ratos pesa (dura más de dos horas) posee pocos momentos de irregularidad para desviar la atención. Es un botón de flor delicada, abierta con delicadeza pétalo a pétalo, sin mayores daños pese a su complejidad. Eso sí, el interés se consigue sacrificando los antagonismos hacia los mencionados estereotipos y puede que lo más interesante del film sea el énfasis en los perfiles cruzados de los involucrados, que hacen al espectador estar amarrado a conocer cuál es el desenlace de cada quien en la historia, por cierto, crudamente real. "Patriots day" tiene una cantidad de detalles, bien cuidados, sobresalientes. Juega con lo real, los testimonios, las imágenes verídicas y las mezcla con sus recreaciones a medida que los protagonistas van reaccionando a los eventos. Se valida. La cara de circunstancia de Mark Wahlberg es un hilo conductor sobrio -sin destacar - que junto al resto del elenco no sobresalen ni destiñen como parte de un todo. Esta es una película que se lava de prejuicios con una elaboración y manejo de la historia que la dignifica. Otras tantas han abordado un relato similar, incluso más atractivo, sin los manejos debidos y han fracasado. Sin embargo, todo parece indicar que este tributo en la gran pantalla a Boston y su gente, tomó el camino correcto. Enhorabuena. Es cierto, quizás su nudo argumental sea simple o mejor dicho, sin mayor trasfondo, pero obtener este resultado es favorable. A veces es mejor no abarcar demasiado sino tomar los buenos elementos que se tienen, aprovecharlos y hacer una película quizás no tan profunda pero bien hecha, pareja, sin muchos vacíos. Misión pulcramente cumplida aquí. Recomendación: Buena. Una trastienda para muchos desconocida, desarrollada con sobriedad, inteligencia y un poco de énfasis en los estereotipos. =Cité de Lord Buyinski= www.buyinski.wordpress.com Día de patriotas
Portugal, 1917. Tres niños afirman haber visto a la Virgen María en Fátima. Sus revelaciones enfurecen al Gobierno y a la Iglesia que intentan obligarles a retractarse de su historia. Pero a medida que se extiende la noticia de su profecía, miles de peregrinos acuden a Fátima con la esperanza de presenciar un milagro. Lo que allí experimentarán cambiará sus vidas para siempre. critica: ‘Fátima’, última película del director italiano Marco Pontecorvo, se acerca al mundo de la religión, las creencias y la fe, a partir de unos hechos reales acontecidos en el Portugal de 1917. Tres niños de corta edad (la mayor apenas cuenta con diez años) aseguran que se les aparece la virgen en Fátima. Un suceso que corre como la pólvora llevando tras de sí a legión de feligreses, escoltando a estas criaturas en sus supuestas revelaciones. Fátima, la película La cinta se sostiene gracias al excepcional trabajo de la niña protagonista (Stephanie Gil). Siempre contemplativa, sus miradas saben transmitir ilusión, esperanza, desengaño, también la pesada carga que ha caído sobre sus hombros. La dicotomía entre razón y fe aparece en la propuesta con formas poco elaboradas. Apenas unos brochazos con los que transitar de puntillas. Y aunque Pontecorvo toma partido, una narración lineal le permite no aparecer como maniqueo o doctrinario. El anticlericalismo consustancial a la primera República portuguesa, la incomodidad de las autoridades eclesiásticas y los desengaños de la Gran Guerra (la lista de fallecidos que el alcalde recita periódicamente ante unos familiares rotos pesa como una losa) conforman un contexto socio político apasionante. Sin embargo, Pontecorvo lo reduce a un tira y afloja de poderes fácticos con unas criaturas en la diana. Sus maneras no me desagradan y huye del efectismo, pero me quedo a medias. ‘Fátima’ exhibe una religiosidad penitente, redentora, apelando al sacrificio, que hunde sus raíces en el carácter católico tan propio de lo Ibérico, para bien y para mal sin el barniz modernizador de la Reforma. Habiéndose su creador desempeñado largo tiempo como director de fotografía, sorprende una puesta en escena, si bien pulcra, en ningún caso destacada. Es plausible que los devotos del lugar queden decepcionados frente a una cámara rácana a la hora de enfatizar y adornar los momentos de mayor intensidad dramática. Esos dirigidos a un espectador proclive y receptivo a lo que te están contando. Si ahí la cinta se muestra fría, por lo demás se deja ver merced a su vocación realista. Los senderos de la fe son inescrutables. Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para https://rockandfilms.es Fátima, la película
Una joven crece en una familia disfuncional de nómadas inconformistas, con una madre excéntrica y un padre alcohólico que distrae a los niños con su imaginación para que ignoren su pobreza. Basada en las memorias de Jeanette Walls. critica: Vi una entrevista en la que preguntaban a Woody Harrelson y Brie Larson sobre el mensaje de esta película. Respondieron que no querían entrar a explicar ningún tipo de intención ni mensaje, cada cual sacará sus propias conclusiones. El castillo de cristal Así es, El castillo de cristal será vista e interpretada de diferentes formas según sea quien la mire y según qué cosas haya vivido. Es probable incluso que una misma persona cambie, con el tiempo, su percepción. Yo me quedo con la familia, con la representación de la idea de familia que podemos ver. Cómo una persona puede sentir vergüenza de aquellos que le acompañaron en su vida, cómo un sentimiemto de rabia y dolor puede invadirle por creer y saber que no ha tenido una vida justa, que no debería haber tenido que soportar tantas cosas, que todo es demasiado duro y que eso no es lo que se merece. Y cómo al mismo tiempo puede sentirse culpable, por tener estos sentimientos, y destrozada, porque pese a todo y con todo quiere a su familia más que a nada. Qué gran película. El castillo de cristal
Para Jack, un niño de cinco años, la habitación es el mundo entero, el lugar donde nació, donde come, juega y aprende con su madre. Por la noche, mamá lo pone a dormir en el armario, por si viene el viejo Nick. La habitación es el hogar de Jack, mientras que para su madre es el cubículo donde lleva siete años encerrada, secuestrada desde los diecinueve años. Con gran tesón e ingenio, la joven ha creado en ese reducido espacio una vida para su hijo, y su amor por él es lo único que le permite soportar lo insoportable. Sin embargo, la curiosidad de Jack va en aumento, a la par que la desesperación de su madre, que sabe que la habitación no podrá contener ambas cosas por mucho más tiempo. critica: "Room" es una sorpresa, en el mejor de los sentidos. Yo soy de los que suelen quedarse frío ante esas películas que la mayoría de la gente considera "emotivas". Es algo que ni me enorgullece ni me avergüenza, simplemente es así. Soy bastante difícil de emocionar, y casi todas las películas que suelen ir de ese palo me parecen sensibleras, ñoñas o manipuladoras. Rara vez me encuentro con una excepción, y aún más raro es que me golpee con tanta contundencia y con tanta aparente facilidad desde el minuto uno. "Room" lo ha hecho, y de qué manera, y llevo todo el día preguntándome por qué. ¿Por qué ha conseguido lo que otras tantas han intentado hacer sin éxito? Y hablo por mí, claro está. Muchos tal vez la vean y piensen lo que yo suelo pensar: sensiblera, ñoña, manipuladora. Pero en este caso yo no soy uno de ellos. La habitación “Room” podría analizarse desde un enfoque técnico y formal y probablemente saldría más perjudicada, pero creo que eso sería un error. Cinematográficamente hablando, no hay grandes travellings, innovadores movimientos de cámara o ambiciosos planos secuencia. Sí que hay un montaje tenso y vibrante (especialmente en la primera mitad) y un gran diseño de la habitación, que se convierte en un microcosmos elaborado al detalle, con un aire viciado y sofocante y un austero uso de la iluminación. Los diálogos no son intelectuales, existenciales o particularmente ingeniosos, pero los monólogos interiores de Jack desprenden ingenuidad y una entrañable y trágica inocencia. No hay ampulosidad ni melodrama, y si los hay, yo no me doy cuenta. La banda sonora es sencilla, pero está empleada con gusto y no es excesivamente machacona. La construcción de personajes no es pintoresca ni rompedora, pero sí es profunda. Joy no es una madre perfecta. Ella también se estresa, se enfada, grita y se desquicia, pero quiere y protege a su hijo por encima de todo, como cualquier madre. Y Jack no es un querubín adorable salido de Disney Channel. Él se asusta, es irracional, pilla berrinches y se plantea cuestiones cuando algo se sale de lo que él entiende como normal. Es feliz en la habitación, porque no conoce otra cosa. La dinámica que se genera entre ellos vertebra toda la película desde el principio hasta el final. Es genuina, pura, cálida, sutil y alejada de aspavientos y está llena de matices y veracidad, una tridimensionalidad que se multiplica gracias al superlativo trabajo de los dos actores protagonistas, que se dejan la piel en sus papeles y consiguen que me implique de lleno en un guion inteligente y que en su mayor parte huye con bastante dignidad de efectismos, cosa que es bastante loable dado el carácter de la historia. La habitación
Muchos meses después de recorrer la campiña de restaurante en restaurante, Steve Coogan y Rob Brydon reciben el encargo de un nuevo viaje gastronómico, esta vez por Italia. Estos dos improbables amigos conducen por todo el país mientras vuelven a discutir sobre la vida, el amor y el cine. critica: The Trip fue originalmente una miniserie de 6 episodios emitida por la BBC en 2010. Ese mismo año se estrenó una adaptación cinematográfica que cortaba ostensiblemente su duración (de casi tres horas se pasó a unos 107 minutos) y que fue la que se popularizó fuera del Reino Unido. Esta cinta situaba al actor Steve Coogan y al humorista Rob Brydon dispuestos a emprender una ruta gastronómica por el norte de Inglaterra con la misión de escribir un artículo para The Observer. Interpretándose a sí mismos, Coogan y Brydon protagonizaban un divertido film repleto de gags e imitaciones pero que también tenía su parte dramática: el cineasta Michael Winterbottom parecía establecer una comparativa entre Coogan, cuyos nexos emotivos y familiares no paraban de cercenarse y Brydon, de carácter más humilde tanto en espíritu como en estilo de vida. Viaje a Italia Varios años después, los dos protagonistas de aquella cinta se reúnen de nuevo con el mismo propósito pero esta vez con diferente destino. En Viaje a Italia, también concebida inicialmente como una miniserie, la curiosa pareja recorre de norte a sur el país transalpino para degustar un plato tras otro. Pero, como las primeras escenas muestran, esta vez las personalidades parecen cambiadas. Coogan ha vuelto a unir lazos con su hijo, amén de encontrar una necesaria estabilidad laboral. Por el contrario, a Brydon parecen no irle demasiado bien las cosas por casa, toda vez que las conversaciones telefónicas con su mujer (tan graciosas en la primera entrega) suponen un dolor de muelas para ambos cónyuges. Aunque los protagonistas hayan dado un giro de 180 grados a sus respectivas vidas, la base de la película permanece siendo exactamente la misma. Viaje a Italia se compone de secuencias en restaurantes donde los protagonistas mantienen pequeños debates que acaban desembocando en un torrente de imitaciones que, alternadas con planos de la preparación y servicio de los platos, suponen la esencia del film. Pero también se mantienen las conversaciones telefónicas, las secuencias en la cama antes de apagar la luz, las reflexiones en torno a un poeta (en esta ocasión, Lord Byron), la aparición de los mismos personajes secundarios… Incluso las tomas de los protagonistas llegando al restaurante son similares a las de The Trip. Todo este calco técnico y visual no sería un problema si el fondo de la película estuviese plenamente renovado. Por desgracia, Viaje a Italia tampoco aporta suficientes novedades en el guión como para alejarse del fantasma continuista. Más allá del mencionado intercambio de personalidades entre Coogan y Brydon, que peca de cierta simpleza, muchas de las gracias realizadas por este último están rescatadas de su antecesora hasta que sea imposible escapar a la sensación de que estamos ante un déjà vu constante. Es posible que una de las causas de este bajón de calidad venga dado por el hecho de que esta vez el montaje para cines parece no haberse realizado con tanta gracilidad como en su antecesora. Que en el segundo minuto de película los protagonistas ya estén en territorio italiano es un primer signo de que el ritmo no está todo lo ajustado que debería, combinando alguna secuencia demasiado atropellada con otras de carácter algo lento. Viaje a Italia sigue siendo una película simpática y divertida de ver, pero ya no posee el gancho que sí tuvo la primera parte. Winterbottom ha eliminado las virtudes de su antecesora al mismo tiempo que recicla sus errores (resulta muy pesada tanta insistencia con Lord Byron, como sucedía con Wordsworth en The Trip), otorgando un producto final digno pero mejorable y bastante lejos de las expectativas que podían existir con el cambio de localización y el hecho de que el paso del tiempo afectara a los protagonistas. Por cierto, ya está totalmente confirmado que va a haber una tercera serie (suponemos que también tendrá su adaptación al cine) ambientada nada menos que en España, con un rodaje que comenzó el pasado mes de septiembre. Veremos si Winterbottom es capaz de cambiar de nuevo el signo de la saga. Álvaro Casanova - @Alvcasanova Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito) Viaje a Italia