Minnesota, 1990. El detective Bruce Kenner (Ethan Hawke) investiga el caso de la joven Angela (Emma Watson), que acusa a su padre, John Gray (David Dencik), de cometer un crimen inconfesable. Cuando John, de forma inesperada y sin recordar lo sucedido, admite su culpa, el reconocido psicólogo Dr. Raines (David Thewlis) se incorpora al caso para ayudarle a revivir sus recuerdos reprimidos. Lo que descubren desenmascara una siniestra conspiración. critica: Se hace difícil escribir sobre las calladas e inesperadas virtudes de esta cinta sin destripar el desenlace, que no por intuido y hasta lógico y necesario, deja de tener su fuerza dramática y convierte lo que a primera vista es un mero thriller competente en una aguda reflexión sobre lo influenciables que somos ante las modas sociales, los convencionalismos mediáticos, los tópicos colectivos y la credulidad enajenada. Porque ante todo estamos ante un artefacto muy bien construido ya desde el guión: no se engaña al espectador en ningún momento, sabemos tanto como el protagonista, pero nos dejamos arrastrar por sus interpretaciones y dejando en suspenso nuestro sentido común y nuestra capacidad crítica. Regresión A estas alturas, alabar la sabia y férrea dirección de Alejandro Amenábar y su demostrada capacidad por crear una atmósfera tóxica y viciada, es una redundancia. Hay pocos directores que hayan sabido beber con tanto provecho de las sigilosas enseñanzas del cine de suspense clásico (los otros paradigmas señeros podrían ser Atom Egoyan y M. Night Shyamalan). Y en este caso además añade una capa adicional de soterrada crítica colectiva al dañino y deplorable hábito de querer buscar y encontrar siempre tres pies al gato, imbuidos como estamos en un mundo propenso a las conspiraciones paranoicas, a la obtusa candidez de que el mal siempre acecha y los malos siempre son los otros, los demás. Estamos ante una película sencilla, diáfana, cristalina. Y quizás su humildad de planteamiento y lo (pero rigurosamente pertinente) de su resolución se ha tomado por algunos como simpleza, cortedad o ejercicio fallido, cuando en mi opinión eleva este interesante e intrigante cinta de detectives en algo más perdurable: el retrato nada inocente de una sociedad hipócrita y adocenada, necesitada de grandes emociones, horrendos crímenes e inabarcables conjuras rocambolescas que nos sirvan para ocultar, enmascarar o minimizar la mediocridad insatisfecha de nuestro vulgar devenir cotidiano. Por eso nos entusiasmamos con los crímenes ajenos, degustamos con delectación las desgracias de nuestros vecinos y lamentamos como plañideras histriónicas las guerras remotas. Si se entra en el juego propuesto, no sólo se puede uno encontrar con una cinta policiaca solvente, eficaz y llena de intriga… Además ofrece la oportunidad de comprobar que el cine no sólo es entretenimiento, sino que nos puede plantear una sutil reflexión sobre los males endémicos que nos asolan, sin sermoneos ni adulteraciones, sin recalcar machaconamente la relevancia de las cavilaciones propuestas, sino desvelándolo como quien no quiere la cosa, de forma tangencial y discreta. Dos en uno… ¿quién da más? Regresión
Tras un cataclismo que asola la ciudad de New York, ocho personas se refugian en el sótano del edificio en el que viven. Todo sería asumible si no fuera porque sin comerlo ni beberlo un grupo de hombres vestido con trajes Hazmat se cuelan y comienza a dispararles. Tras una escaramuza, en ambos bandos hay bajas, los supervivientes logran expulsar a los intrusos y se aíslan por completo… en ese momento comenzará el verdadero horror. Están encerrados, ataques de claustrofobia, los víveres están contaminados con radiación. En ese punto arranca lo peor de lo peor, la locura invade al grupo y se acaban convirtiendo en depredadores de sus iguales. critica: La vendieron como una cosa y resultó ser un thriller-dramón apocalíptico sobre una serie de personajes en una situación límite, y por ello le caen críticas negativas por doquier. Ah, bueno, pues menuda gilipollez… ¿Es por ello una mala película? Aislados Me gusta la forma en la que Gens empieza: presenta personajes estereotipados hasta en el corte de pelo. Creemos saber entonces la película, y la sabemos. Sabemos que personaje va a ser moralmente intachable, cuáles lucharan por el liderazgo, quiénes perderán la cordura antes y hasta tenemos historia de amor prohibido de por medio. Pero a mitad de la película, cambiamos de género, y Gens desarrolla hasta el extremo unos personajes a los que viola, martiriza y tortura sin descanso, sorprendiéndonos con el grado de violencia psíquica que alcanza y dándole la vuelta a la tortilla… Porque tiene más razón que un santo, y en nuestra vida diaria nosotros también no somos más que estereotipos cortados con el mismo patrón, y sólo el tiempo y las experiencias vividas desnudan nuestras sutiles (o no tan sutiles) diferencias. Aislados Que “The Divide” tiene fallos (y gordos) es una verdad a gritos, pero que al final perdono y hasta me gustan. Es reiterativa y larga, pero exceptuando alguna escena, no podría recortar mucho más el metraje sin dejar algo imprescindible en el camino para su lento desarrollo. La música y el final, Sony Vegas total, es una ida de olla, de acuerdo… ¿Pero no posee una fuerza increíble? Aislados A partir de aquí, me veo en la obligación de entrar en SPOILERS porque es imposible defender el film de tanto ataque sin entrar en materia. Si has leído hasta aquí, entonces simplemente te recomiendo que la veas, porque te parezca acertada o fallida, es un ejercicio cómo mínimo interesante. 1. Mucho se ha hablado de la película que puedo ser y no es. Podría haber sido una película de experimentos médicos, de acción desenfrenada y con banderitas americanas. De hecho, se trata el tema en la película… ¿Fueron los musulmanes? ¿Los norcoreanos? Y pregunto retóricamente… ¿Necesitábamos otra película con Estados Unidos mirándose el ombligo? Yo agradezco el riesgo que toma Gens: somos parte del búnker y no necesitamos saber más que los personajes. Los hombres de blanco (que son científicos principalmente, no militares) son sólo una excusa para sellar esa puerta y que esperemos lo mismo que los protagonistas: una respuesta que al final entendemos que no importa nada. 2. Entrando en materia principal, y obviando los comentarios sobre el nivel actoral (que peores mierdas tragamos en el género), creo que todos los personajes (exceptuando a Adrien, cuyo personaje sólo sirve para terminar de semi-explotar a otro) están bien desarrollados: Aislados
La rápida propagación de una infección desconocida provoca el caos absoluto en una ciudad. Sin embargo, un ciudadano que vive completamente solo logra permanecer al margen de ella. Esta es su historia. critica: Tenía bastante curiosidad por ver este drama zombie, el cual ha cosechado bastante éxito en Corea del Sur, su país de origen. Sobra decir que en dicho país se hace cine de calidad, ya que desde hace bastantes años siempre sorprenden con una serie de films tan inspirados como diferentes. Y me alegra informar que, al menos para un servidor, #Vivo (#Alive) no es una excepción. #Vivo Recién llegada a Netflix (han sido rápidos), estamos ante una película del género zombie que apuesta más por el intimismo de la historia que no por una propuesta más de terror y acción, ya que todo sucede en el mismo sitio (un bloque de pisos), aunque sin caer en lo habitual, que es aburrir al personal. Y es que nos encontramos ante una cinta que entretiene y te mantiene en tensión en casi cada momento, siendo un producto tan solvente como eficaz, en lo que acaba siendo un estupendo drama zombie. La dirección es espectacular, y más teniendo en cuenta que es cortesía de un debutante, lo que tiene mucho más mérito. Cada ataque zombie es digno de elogio, con una serie de momentos que quitan el hipo y que infunden verdadero terror, en parte gracias al estupendo maquillaje, algo imprescindible en un film de estas características si se quiere lograr que los muertos sedientos de sangre atemoricen al espectador. Y sí, se consigue con creces. En cuanto al guion, se nota que hay una preocupación por darle un toque intimista a la propuesta, aunque en sus ajustados noventa minutos (un acierto) no hay lugar para el aburrimiento, a pesar de que casi todo transcurre en el mismo espacio y con una importante ausencia de diálogos, notándose un especial interés por los personajes, en especial su protagonista. Quizás sobre el papel suene sencillo, pero es muy complicado mantener la atención del espectador con un personaje que se encuentra aislado en su piso, sin conversar con otras personas, mientras los cadáveres campan a sus anchas a su alrededor. Creo que en otras manos podría haberse caído en el error de ofrecer un soporífero drama sin sustancia, pero aquí todo se ameniza con una serie de tensas situaciones que mantienen constantemente en alerta al público. El reparto es escaso, pero sus dos personajes principales dan la talla, en especial el absoluto protagonista, el cual prácticamente mantiene el peso de la función sobre sus espaldas y nos regala una actuación sentida y entregada, siendo un total acierto de casting, ya que lo transmite absolutamente todo sin apenas decir nada. De nuevo, el mismo personaje en otras manos podría haber sido un absoluto fracaso. En conclusión, estamos ante una grata sorpresa, que no es ninguna obra maestra, pero que destaca en el género zombie como una de las propuestas más refrescantes y logradas de los últimos años, siendo una elección perfecta para los amantes de dicho género o simplemente para los que tengan algo de curiosidad en su interesante premisa. Desde ya, una de las mejores películas del año. Muérete de envidia, Train to Busan 2 (Peninsula)… así se hace una película zombie. Más críticas: ocioworld.net #Vivo
Nick O’Bannon y unos amigos acuden a un circuito de carreras para presenciar una prueba del Nascar. Durante ésta tiene lugar un terrible accidente que conlleva desastrosas consecuencias para el estadio. Pero Nick descubre que se trata de sólo una visión de algo que está a punto de suceder, y junto con otras doce personas consigue salir del recinto y escapar de una tragedia segura. Pensando que han burlado a la muerte, el grupo continúa con su vida, pero desafortunadamente para Nick, Lori y sus amigos sólo es el principio, ya que la muerte no deja cabos sueltos, y regresará para llevarse a los supervivientes de una manera brutal. critica: La primera película me pareció genial, un argumento nuevo, lo cual ya es algo importante. Destino final 4 La segunda me pareció aún mejor, un gran comienzo con el accidente en cadena y una buena idea para continuar la saga. Destino final 4 La tercera me pareció pasable, no hay buenas ideas pero ya sabes lo que hay, es más de lo mismo y a quien le guste le va ha gustar, de eso no hay duda. Destino final 4 Entonces me dispongo a ver la cuarta con mucha ilusión, que aunque siga siendo lo de siempre, lo de siempre me gusta, pero esto... esto no es lo de siempre, ¿3D? Esto es una porquería de efectos especiales penosos, una incoherencia total a cada momento, constantemente ocurren cosas sin sentido, más predecibles que nunca... pero es que ahí no acaba la cosa... ¡¡¡formas de morir repetidas!!! ¡¡¡como es posible!!! tan poca imaginación tienen. En fin, si quieren ver una película en la que no paran de moverse objetos sin ton ni son para que obligatoriamente muera gente de mala manera porque tienen que morir... esta es vuestra película. Muy por debajo del nivel de la tercera, que ya es decir. Destino final 4
Thriller psicológico sobre una joven apasionada por la moda que misteriosamente puede entrar en la década de 1960, donde se encuentra con su ídolo, un atractivo aspirante a cantante. Pero el Londres de los sesenta no es lo que parece, y el tiempo comenzará a desmoronarse con sombrías consecuencias. critica: "Última noche en el Soho" es una peli, cuanto menos, peculiar. Creo que ir a ver está propuesta de Edgar Wright esperando un "thriller psicológico con tintes de terror" al uso (que es un poco cómo se ha vendido en los medios) es una equivocación. Porque no tiene nada de usual lo que vemos en la cinta. Última noche en el Soho Para empezar, la película apuesta y mucho por todo lo visual. Llegando a poner, incluso, mucho más peso aquí que en el guion. Aviso de esto porque creo que es importante saber que nos podemos encontrar al sentarnos en nuestra butaca y, de esta forma, evitar engaños. La cinta es un ejercicio estilístico prácticamente desde el minuto uno. Jugando con la iluminación (Especialmente con las luces de colores, de neón, y sus diversas tonalidades) y con un juego completamente constante de espejos, reflejos e imágenes encadenadas que tienen más la intención de ser hipnóticas que de contar un hecho tangible y concreto (algo que, evidentemente, también hace). Además, si algo consigue muy bien la cinta es jugar con la perspectiva, exprimiéndola al máximo, para que al espectador le resulte difícil discernir qué es real de lo que estamos viendo y qué no lo es. En este apartado, sinceramente creo que es una peli sublime. Me he pasado toda la cinta apabullado por las imágenes, las canciones y las actuaciones de sus dos protagonistas. Que brillan más que las luces que envuelven todo este castillo construido por Wright. Y es en las actrices dónde me gustaría detenerme un poco más. Sinceramente, ambas están descomunales. Demostrando que la nueva ornada de jóvenes actrices viene cargadísima de saber hacer y de talento. En mi opinión, en esta ocasión Thomasin McKenzie gana la partida por poco a su compañera y, si en Hollywood no están a por uvas, debería caerle una nominación por el trabajazo, en mayúsculas, que se marca la chica aquí. Con una combinación de registros que me hace pensar que esta actriz puede hacer lo que le venga en gana en su carrera, si le dejan y le dan la oportunidad. Por último, en cuanto al guion... Creo que es un poco tramposo. Y el punto más flaco de todo el producto. Es efectivo, sin duda. Y consigue mantenerte en tensión desde el primer plano, con ese reflejo en el espejo, hasta el final. Pero tengo la sensación de que podría haber cogido un camino mucho más interesante y lo han abandonado, cometiendo un error, buscando otro tipo de cosas que, a mí particularmente, me encajaban peor en esta historia. En definitiva: Considero que estamos ante una peli notable. Con una mezcla de géneros muy interesante y con una narración visual que hacía tiempo que no me encontraba en una peli. Y que, a pesar de los problemas que pueda tener en su escritura, sabe manejar todos los elementos que tiene a su alcance para crear un producto en el que vernos inmersos durante toda su duración. Muy recomendable. Última noche en el Soho
La joven Christine Brown, ambiciosa apoderada de un banco de Los Ángeles, sale con un hombre encantador, el profesor Clay Dalton. El trabajo de Christine consiste en conceder préstamos hipotecarios. Un día la señora Ganush, una misteriosa anciana, va al banco para pedirle una moratoria, pero Christine se la niega y la señora Ganush pierde su casa. La anciana decide entonces vengarse lanzándole una maldición que convierte su vida en un infierno. Ante la incomprensión de su escéptico novio, Christine busca la ayuda de un vidente para salvar su alma de una condenación eterna. Intentando ayudarla a recobrar una vida normal, el vidente la guía en una frenética carrera para conjurar el hechizo. Pero las fuerzas del mal se acercan y Christine debe enfrentarse a algo impensable. critica: "Drag Me To Hell" es un soplo de aire fresco a un trillado ya género de terror actual, de la mano de uno de los astros del fantástico, Sam Raimi. Partiendo un guión escrito con su hermano en los tiempos de "Army Of Darkness", desde el primer fotograma uno parece darse cuenta de que Raimi ya estaba un poco asqueado de tanto Spiderman (y eso que su hasta ahora trilogía es un acierto no sólo como adaptación sino también como enfoque de la misma) y buscaba una vuelta a sus orígenes, a los tiempos en los que se lo pasaba en grande poniendo a su amigo Bruce Campbell en apuros luchando contra demonios de otra dimensión. Arrástrame al infierno Aquí el planteamiento no es muy diferente al de su (fantástica, cachonda, genial, divertida, gamberra) trilogía "Evil Dead". Una empleada de banca, interpretada formidablemente por Alison Lohman, cae en la maldición de una extraña mujer a la que le deniega un aumento de su crédito. A partir de entonces, Raimi se pone manos a la obra y ofrece un auténtico festín de autoparodia, humor macabro y unos juegos de cámara que mucho recuerdan a su cámara kamikaze de sus primeros títulos. Mención especial merece Lorna Raver, que hace que su Mrs. Ganush ya sea todo un icono, realizando una interpretación excelente de una personaje que por méritos propios es el epicentro del film. Excepcional este personaje (puramente Raiminiano) que aterroriza y hace reir a partes iguales. Raimi se auto homenajea constamentemente. Consigue, como ocurrió en su "The Evil Dead II" hacer una película de terror que muy inteligentemente combina terror (cachondo, eso sí) con un soplo de gamberrismo y sentido de la diversión que muy pocos saben plasmar. Y encima, nos deleita contando con muchos de sus colegas de fechorías, como Robert Tapert a la producción, Bob Murawsky al montaje y Peter Deming de director de fotografía (hubiese estado muy bien haber rescatado a Joe Loduca para la música, aunque Christopher Young hace un score fabuloso). También cabe mencionar, que a los fans del director nos congratuló sobremanera ver que su coche "1973 Oldsmobile Delta 88", que muchos sabrán que aparece en todas sus películas (excepto en "The Quick and the Dead" por motivos obvios), hace en "Drag Me To Hell" una aparición más meritoria que en sus últimas películas, ya que es protagonista de una escena clave (escena que tiene un "gag" Raiminiano 100 por 100). Y otro par de curiosidades: nuestro querido Bruce "Ash" Campbell no pudo hacer una pequeña aparición en el film debido a que estaba liado con otro rodaje, y en los créditos finales podemos escuchar una pieza de Lalo Schifrin que fue deshechada para "The Exorcist". En definitiva, Raimi ofrece una muestra de como hacer cine de género diferente, no dejando a un lado su peculiar forma de afrontar las películas de terror y mostrando que aún tiene el talento suficiente con el que encandiló a los fans del fantástico en los años 80. Arrástrame al infierno