Roman aguarda la llegada de su esposa y su hija embarazada que vuelven de viaje. En el aeropuerto descubre que ha sucedido un terrible accidente. Roman no será capaz de descansar hasta encontrar a la persona responsable. critica: Desde niño me ha encantado el cine de acción, y como no podía ser de otra forma, creo que uno de sus máximos representantes (sino el que más) ha sido Arnold Schwarzenegger; un actor con un carisma tan grande que inunda la pantalla cada vez que aparece en ella. Obviamente, el tiempo pasa para todos y es de sabios saber reciclarse. En los últimos años, hemos visto como Arnold, consciente ya de su edad y de sus limitaciones físicas ha optado por papeles que explotan más su lado dramático y que quizá puedan suponer un mayor esfuerzo para nuestro querido Terminator dado que ya no sólo depende de sus músculos y de sus frases lapidarias. Una historia de venganza De manera que ya con la presentación hecha y dejando las cosas claras, empezamos. “Aftermath” (“Una historia de venganza”) es un drama, NO una película de acción. Aunque esto parece evidente, es probable que muchos vean la película esperando ver a Arnold urdiendo una venganza al más puro estilo “Commando” y nada más lejos de la realidad. Ésta, es una película intimista, seria, de ritmo lento y pausado, que mima a cada uno de los personajes de la cinta y trata de mostrarnos cómo van afrontando la situación que supone el punto de partida de la historia. En este sentido, no puedo quejarme de la actuación de ninguno de los actores, y es más, creo que ya va siendo hora de reconocer que Arnold no sólo vale como ser inexpresivo para dar vida a una máquina sino que también puede afrontar retos interpretativos como se le plantean en esta cinta o en otra también maltratada como “Maggie”. No obstante, he de reconocer que la historia y el mensaje que pretende transmitir ya ha sido explotado en muchas ocasiones y por ende, no llega a sorprender. Esto hace que la película tenga un cierto sabor a “Deja vu” constante; pero es de obligado visionado para todos aquellos que somos fans de Arnold para ver otra faceta suya. Si a usted nunca le intereso lo más mínimo el cine de Schwarzenegger, es bastante probable que esta película le deje frío pero porque el tema del que habla, y perdone mi insistencia, está ya demasiado explotado. A pesar de los pesares y en contra de todo el mundo, seguiré viendo tu cine Arnold; porque me parece que éstas últimas propuestas son arriesgadas, por tu leyenda y porque al menos a mí, me sigues dejando pegado al asiento. Gracias. Una historia de venganza
Historia de la relación entre un padre y su hija a lo largo de 25 años. Todo comienza en Nueva York en la década de los 80, donde Jake Davis (Russell Crowe), novelista ganador del Pulitzer y viudo reciente tras la muerte de su esposa, lucha contra una enfermedad mental al tiempo que intenta criar a su hija de cinco años. critica: Independientemente de alguna pega que se le puede poner a esta película en cuanto a que algunos de los personajes se retratan de una sola pieza —sin matices ni contradicciones— y de la ducha escocesa de emociones que a algún sector del público le puede contrariar, ésta es una película que funciona muy bien y que creo cumple los objetivos previstos en su diseño: Habrá espectadores que se sientan identificados con alguno de los protagonistas, nos hace reflexionar, nos emociona —aunque la emoción, como el miedo, es libre— y reivindica la vida. De padres a hijas El gran mérito de la película es su construcción, que permite que funcione tan bien, ya que para contar la historia, que se compone, a su vez, de dos historias distanciadas en el tiempo —una de las cuales condiciona a la otra—, renuncia a hacerlo cronológicamente, y opta por entremezclarlas, pero no en grandes bloques como estamos acostumbrados a ver en la utilización de "flashbacks", sino prácticamente mezclando las secuencias de cada historia, una a una: A cada secuencia de la primera historia le sigue una secuencia de la segunda. Eso que se dice muy fácil es muy difícil de llevar a la práctica, porque lo normal sería que hubiese alguna secuencia que ofreciese dudas acerca de a qué historia pertenecía, con la consiguiente desorientación, y la película empezaría así a venirse abajo. Para evitar estas posibles confusiones se utiliza un recurso, que es el de que cada historia se cuenta desde el punto de vista de uno de los dos protagonistas de la relación que da título a la película: "de padre a hija". Es decir de la primera historia no sabemos nada ni lo sabemos antes de lo que lo sabe el padre —sólo sabemos lo que sabe él—, y de la segunda no sabemos nada ni lo sabemos antes de lo que sabe la hija cuando ya es adulta. Así la estructura acaba resultando de una claridad meridiana porque en ninguna secuencia van a coincidir el padre y la hija adulta. Este planteamiento fílmico tiene unas consecuencias que dan solidez y sentido a la película: 1 ) La dota de un aroma de suspense en la medida en que vamos desentrañando lo que sucede en la segunda historia a medida que vamos conociendo la primera. 2 ) Impide la acumulación dramática que, narrados los acontecimientos secuencialmente, terminaría abrumándonos a una determinada altura de la proyección. 3 ) Al renunciar a que la hija cuente toda la historia —podría haberlo hecho perfectamente a través de sus recuerdos—, nos hace valorar más la relación del padre con ella, ya que conocemos mucho más los sacrificios que ha comportado para él, hasta qué punto es un luchador, un hombre que se esfuerza titánicamente por no verse sobrepasado por las circunstancias y que hace del cuidado de su hija la razón de ser de su vida. La primera historia es la de una relación entrañable y ejemplar entre un padre cariñoso, comprensivo y creativo y una niña muy espontánea y madura para su corta edad —la seguimos desde los cinco a los ocho años—. Kylie Rogers, en su papel de Katie niña, es un auténtico fenómeno de la naturaleza ya que con sus once años tiene la interpretación de una actriz consagrada. De la segunda historia doy mis claves personales en el spoiler. De padres a hijas
Cuenta la historia de Sidonie-Gabrielle Colette (Keira Knightley), autora de las polémicas novelas que causaron gran revuelo en el París de los años 20 Claudine y Gigi, desde su infancia en el campo hasta su consagración en la sociedad parisina junto a su marido, el también autor Henry Gautheir-Villas “Willy” (Dominic West), que en un principio actúa como mentor de Colette. critica: Recuerdo haber leído "Claudine en la Escuela" cuando era un adolescente, y lo que más me impresionó, fue su salvaje esencia de libertad, carente de prejuicios. Colette Colette, la película, consigue tan solo arañar la vida de la escritora, mostrando una pequeña parte de su desinhibida personalidad. Sidonie-Gabrielle Colette, mayoritariamente recordada por sus obras literarias, pasó una parte de su vida, sobre los escenarios como artista de cabaret y revista. Lo cual viene a demostrar su capacidad para asumir más de un roll, rompiendo moldes de la encorsetada y opresiva sociedad francesa de finales del XIX, y principios del XX. Todos esos acontecimientos, son trasladados sin mucho énfasis ni pasión por su director Wash Westmoreland, el cual desarrolla una historia más académica que artística. Keira Knightley construye su personaje desde un cierto distanciamiento, quizá alejado del propio carácter de Colette; dotándolo, eso sí, de una clase y elegancia de la cual, la autora, tal vez careciese. La frase que da título a mi crítica, supuéstamente pronunciado por Colette, la he rescatado de la propia película Colette
Santa Claus cree que su reinado está llegando a su fin y que se acerca ya la hora de jubilarse. Confía en que su hijo Steven, que es muy eficiente y responsable, aunque no muy alegre, esté preparado para tomar el relevo inmediatamente. Sin embargo, esa Navidad surge un problema: uno de los 600 millones de niños a los que había que visitar se queda sin su regalo. critica: Reconozco que fui a ver Operación regalo porque era la única película de la cartelera que aún no había visto, la dejé para lo último deseando que la quitaran de los cines antes de no tener otra opción. ¿Por qué? porque nunca he esperado mucho de las historias navideñas, que generalmente tratan de envolvernos con sus cuentos de fantasía y sus enseñanzas morales reforzadas y repetitivas. Pero vaya sorpresa que me he llevado y es que quién no puede enamorase de Arthur, del abuelo santa y de una cantidad de personajes maravillosos que hacen posible una historia tan inocente, infantil y divertida? Yo no me resistí. Arthur Christmas: Operación regalo La historia va de un Santa Claus que acude a unos métodos muy modernos para alcanzar la flamante tarea de entregar regalos a todos los niños del mundo en la noche de navidad, pero a pesar de los esfuerzos se les ha olvidado una niña, hecho que se convierte en el punto de partida para una gran aventura emprendida por el hijo cobarde y bueno de Papá Noel, su abuelo, su reno y una elfina bastante particular encargada de envolver los regalos. Desde el principio hasta el final la historia logra envolverte en su magia y su ternura, y logra que al salir de la sala de cine aún conserves esa tonta sonrisa en la cara que te hace sentir un niño de nuevo. El final es predecible, pero qué más da? no se puede reprochar un final cuando toda la cinta logra alegrarte tanto. Quizás no estoy siendo objetiva y no me importa serlo, si un film consigue llegar al corazón de sus espectadores lo demás es añadidura y eso hace Operación regalo, te mantiene pegado a la pantalla, siendo tu única desconcentración los niños de la sala que estallan en sus carcajadas y aplausos. Se trata de una película infantil que resulta apta para todas las edades, solo si estás mentalmente preparado a pasar un buen rato y a reirte de lo lindo. Arthur Christmas: Operación regalo
La historia real de Mildred y Richard Loving, una pareja que se casó en Virginia en 1958. Debido a la naturaleza interracial de su matrimonio, fueron arrestados, encarcelados y exiliados. Durante una década la pareja luchó por su derecho a regresar a casa. critica: ¿Existe algo más romántico que alguien esté dispuesto a construirte una casa en el lugar de tus sueños? Para que Richard pudiera hacer realidad la promesa que un buen día le hizo a su prometida tuvieron que pasar diez años. No fue por problemas económicos o por falta de empeño. El pecado que impidió a una pareja cimentar su propio hogar consistió en ser blanco y negra en pleno auge racista de la América profunda, hace poco más de 60 años. El matrimonio, que tuvo que sellarse a las afueras de Virginia, fue detenido y condenado a su regreso. El destino, siempre bromista y cruel, quiso que se apellidaran Loving. Loving El amor es precisamente el que prevalece en esta historia basada en hechos reales que ha querido transgredir en cierta forma los cauces habituales con los que Hollywood tiende a expiar sus pecados xenófobos. Un año después de la polémica por la ausencia de candidatos negros en los galardones más importantes de la industria, llega una película que parecía diseñada para apaciguar el ruido. Si lo hace, esta vez, es por méritos propios. Porque Loving efectivamente denuncia el pasado histórico que sigue sonrojando a buena parte de los estadounidenses, y que reverbera con fuerza en la era Trump, pero lo hace sin los artilugios a los que nos tienen acostumbrados los filmes contra el racismo. Escenas de enorme crueldad, acento del victimismo en contrapartida, llantos desgarradores, lágrimas. Parece que sólo hay un camino para concienciar al espectador sobre las miserias de la supremacía blanca, como si subrayando el dolor y la tragedia se limpiaran mejor las conciencias de las nuevas generaciones de norteamericanos. Es el mecanismo favorito de Oprah Winfrey, que desde El color púrpura sigue empeñada en financiar los recursos más básicos de la ficción para mantener bien viva su causa. Jeff Nichols ha preferido seguir otra senda, la de la contención y la sutileza. Los acontecimientos aberrantes se reflejan pero, más que para una sensacionalista recreación, se presentan como el gran escollo de una historia de amor. Porque aquí el protagonismo es cosa de dos. Los rostros de Richard y Mildred reflejan todo el dolor, todo el miedo, el hastío, la esperanza y, sobre todo, todo el cariño. Un amor puesto a prueba que sobrevive a las peores inclemencias, que resiste al tiempo y la barbarie gracias a una sola determinación, la de permanecer siempre juntos. En las miradas, en la complicidad de Ruth Negga y Joel Edgerton, recae todo el peso de la película, como si Nichols se hubiera marcado como objetivo darle vida a la icónica fotografía de Life que sirvió para denunciar el caso y cambiar el curso de la historia. Dos amantes, ella dulce y perseverante, él escondido en sí mismo, enamorados, que lo único que perseguían era un hogar. Y un final sin grandilocuencias. Sólo un epílogo con una imagen fija y varias sentencias demoledoras, que afligen el ánimo y apenan el corazón, en especial una sola, la más tierna: “Cuidó de mí”. Emotividad y delicadeza. Una alternativa mucho más eficaz para denunciar y combatir el racismo. Loving
El ladrón penitente es la historia de los dos hombres sin nombre que fueron crucificados junto a Jesús y cómo llegaron a estar junto a él en la cruz ese fatídico día. El ladrón penitente es una historia épica que comienza con el viaje de los magos y su encuentro casual con el joven Dismas y su hermano Jotham en el pesebre de Belén. Poco después, los jóvenes hermanos sufrirán una tragedia atroz que los llevará a ser acogidos por una banda de ladrones con inclinación por la violencia. Allí, conocen a Gestas, otro joven que compartirá su destino. Juntos, en su viaje a la cruz, intentarán dejar atrás su destino. Pero primero, deben sobrevivir a un despiadado centurión romano que amenaza con desatar una terrible venganza contra ellos. En el camino, con frecuencia se cruzan con Jesús y otras figuras bíblicas influyentes. Pero pronto descubrirán que no hay escapatoria del brutal final que les espera a todos en el Gólgota. critica: Esta película es demasiado falaz para contar una historia real. La historia nos presenta al llamado "buen ladrón” que se arrepiente de sus pecados en el momento de la crucifixión de Jesús en el Gólgota. Al lado de Cristo El cineasta presenta a un criminal como si hubiera sido una especie de amigo de Jesús , cuando este nunca lo conoció según las Sagradas Escrituras solamente en el lecho de la muerte se presenta un breve diálogo entre ambos donde este hombre pecador le pide perdón de sus faltas al Señor mientras el otro malhechor lo juzga e insulta. Hoy estarás conmigo en el Paraíso. Lucas capitulo 23, versículos 42,43. Una ficción mas que una película religiosa, donde al ladrón arrepentido lo asocian con una red de criminales y su hermano al momento que Herodes manda a matar a todos los niños de menos de dos años, en ese atraco muere su madre y comienza una historia llena de maldad pero a la vez en su interior sentía que debía hacer el bien. ¿Dónde está escrito eso? En ningún lado. La idea núcleo es el perdón pero no inventar algo que no existió jamás, no es fidedigna a la Biblia pero tampoco es una falta de respeto a la religión Cristiana Romana. No me gusto para nada. Mala. Al lado de Cristo