Mortimer “Mo” Folchart y su hija de 12 años, Meggie, comparten su pasión por los libros. También comparten un don, ellos pueden hacer aparecer en la vida real a los personajes de los libros que están leyendo; si los leen en voz alta. Pero un peligro acecha: por cada personaje de fantasía que llega al mundo real, una persona real desaparece en el mundo de fantasía. En una de sus visitas a una vieja librería, Mo escucha voces que no había oído en años, y cuando reconoce de qué libro vienen, siente un escalofrío que corre por su espalda. critica: Si uno tuviese que ser demasiado exigente, no le quedaría otra opción que desechar un producto como "Inkheart", pero a servidor, fan (sí, lo reconozco) de esas aventuras protagonizadas por el emblemático Brendan Fraser y estilizadas con un hábil toque de comedia y sus comedidas dosis de acción, estas películas, de vez en cuando, le hacen tilín. Corazón de tinta Empezando por sus aspectos negativos, debo decir que tanto su ambientación (bastante apurada, no demasiado apañada y un tanto rácana en ocasiones), como el vestuario y caracterización de algunos personajes (que se podría calificar de cutre sin mayor dificultad) no dan para demasiado, siendo probablemente sus peores facetas si tenemos en cuenta que una vez se nos otorga ese mundo de magia y fantasía, deberíamos obtener unas premisas mucho más pulidas para vernos inmersos en él sin mayor dificultad. Por otro lado, naufraga durante los minutos en que Softley se desentiende de la aventura pura y dura e intenta otorgar matices dramáticos, así como también lo hace al incluir dos personajes de vises cómicas que, para variar en este tipo de producciones, parecen añadidos con calzador y, aunque alguno más adelante tiene su momento de protagonismo, la cuestión no daba para mucho más. Sin embargo, el tanto se lo anota el británico al saber dar el cauce adecuado a unos momentos aventuriles que desvían la atención pero, por otro lado, logran que el espectador termine disfrutando, embobado, de una cinta tan entretenida como dinámica que, además de contar con el ya mencionado Fraser, también logra sonsacar a Bettany una apañada interpretación (aunque lo de este muchacho ya es normal) y a Mirren, pese a su personaje, un desinhibido papelillo. Quizá la nota negativa aquí sería Serkis, que a mi sigue sin convencerme. En una cartelera donde los tiros y las risas de trazo grueso se suceden sin más, quizá una propuesta como "Inkheart" no esté tan mal y resulte a la altura de aquellos que busquen un poco de dispersión en mitad de la poca imaginación que ofrecen las carteleras, y que sí posee esta propuesta. Corazón de tinta
Después de ser violada por dos extraños dentro de su propia casa, Diana decide mantener su trauma en secreto. Mario, su esposo, tiene algo que ocultar también. En los días que siguen, el silencio que crece entre los dos se convierte en su propio tipo de violencia. critica: ERA EL CIELO. (2016) Era el cielo Otro de esos filmes realistas cubiertos de visceralidad y sequedad. Un thriller psicológico que no solo esconde una profunda y extraña historia de amor, sino que nos traslada a nuestros miedos, vulnerabilidades y a esa terrible sensación de estar interpretando un personaje aún siendo nosotros mismos. Casi todo en esta cinta es acertado. Una iluminación que aporta tensión, terror y opresión; un lenguaje narrativo basado en los silencios, miradas e intenciones; una interpretaciones tan intrusivas que te empujan hacia el interior de cada una de sus mentes; y un guión casi perfecto, repleto de detalles y redondo desde que empieza con el 'infierno' hasta que acaba con el 'cielo'. El ritmo intenso y contenido con el que el director brasileño Marco Dutra y los actores Leonardo Sbaraglia y Carolina Dieckmann inundan la cinta, hace que se mantenga una constante tensión sorda que incomoda, que atrapa y que duele. Era el cielo
Cuando India Stoker (Mia Wasikowska), una adolescente algo excéntrica, pierde a su querido padre (Dermot Mulroney) en un trágico accidente de coche en el día de su 18 cumpleaños, su tranquila existencia en la apartada mansión familiar se hace añicos de golpe. Con una sensibilidad exquisita, India muestra un comportamiento impasible que enmascara los profundos sentimientos y los agudísimos sentidos que sólo su padre comprendía. India se ve arrastrada hacia el hermano perdido de su padre, Charlie (Matthew Goode), que aparece por sorpresa en el funeral y decide quedarse con ella y su inestable madre, Evie (Nicole Kidman). Aunque India al principio desconfía de su encantador y misterioso tío, pronto descubre que le fascina y se da cuenta de cuánto tienen en común... Debut en EEUU del director coreano Park Chan-wook (Old Boy). critica: A orillas del río, el escorpión le dijo a la rana: Stoker - Amiga rana, ¿podrías cruzarme a la otra orilla? - De ningún modo. No quiero que me mate tu aguijón. - ¡Eso es absurdo! Si te pico, yo mismo moriría ahogado. Entonces, la rana accedió. Pero en mitad de la travesía notó un picotazo, y, al sentirse morir, le dijo a su asesino: - ¿Por qué lo has hecho? ¿No te das cuenta de que ahora moriremos los dos? - Lo siento, rana, no he podido evitarlo. Es mi naturaleza. Esta es la célebre fábula del escorpión y la rana. Una pequeña historia que nos dice que cada uno está condenado a ser aquello que dicta su naturaleza. No podemos, por tanto, huir de lo que somos. La fábula ha sido utilizada innumerables veces (en cine y en televisión), desde 'Mr. Arkadin' (1955, Orson Welles) hasta la reciente 'Drive' (2011, Nicolas Winding Refn). 'Stoker' es, en el fondo, su enésimo avatar. Y es que Park Chan-wook nos habla en esta cinta de la naturaleza irremediable de los Stoker. El apellido –Stoker– apunta a una familia de vampiros (recordemos que Bram Stoker es el padre literario del ilustre conde Drácula). Y, en efecto, no tardamos en intuir en India, la niña de la casa, cierta querencia por la sangre. Su apariencia, hosca y fría, inquieta ya desde el inicio. Tiene, además, un oído portentoso, que le permite escuchar conversaciones y ruidos alejados con una claridad paranormal. Ese don, junto a una araña que le ronda (y llega incluso a introducirse entre sus muslos), completan el retrato de la adolescente (una Spiderwoman adusta y misteriosa…). Tras un prólogo lírico y evocador, que finalmente sabremos que es epílogo (y podrá tomarse como moraleja de la fábula), asistimos al entierro de Richard Stoker, el padre de la chica. Un personaje-enigma seductor se presenta en esa ceremonia. Se trata de Charles, hermano del difunto. Charles recuerda en su composición a Harry Powell, el reverendo interpretado por Robert Mitchum en 'La noche del cazador'. Como él, se erige en aparente salvador y está lleno de encanto, pero hay algo que perturba en su atractivo. Tiene un leitmotiv: "Stride la vampa!" (crepita la llama), la famosa aria de 'Il trovatore', de Giuseppe Verdi. Este recurso musical emparenta a Charles Stoker con Hans Beckert (Peter Lorre), protagonista de 'M, el vampiro de Düsseldorf', quien a menudo silba "En la gruta del rey de la montaña", de Edvard Grieg. La pulcritud esteticista de la imagen y el sonido, la ambigüedad en la relación que se establece entre los personajes principales, la sensación de incertidumbre y de violencia a punto de estallar…, todo ello confiere al primer tramo de la cinta una atmósfera cargada y densa en clave de buen thriller psicológico. Pero, cuando la realidad de Charles Stoker queda al descubierto, la atmósfera se viene abajo. Como ya sucediera en 'Drive', el punto de inflexión en que se pasa de la tensión latente a la violencia desencadenada, convierte a 'Stoker' en cine de Blockbuster. El trabajo actoral es francamente heterogéneo. Mia Wasikowska (India) borda su papel. Matthew Goode (Richard Stoker) roza la parodia y abusa de las posturitas. A Nicole Kidman (Evelyn Stoker), el exceso de bótox le ha robado la expresividad (qué lástima de actriz, qué lejos su preciosa cara encantadora). 'Stoker' es el trabajo de un esteta. Ofrece morbo sexual y violencia gratuita. Es fácil suponer que gustará a los seguidores de Chan-wook. Pero la voluntad de paroxismo y goce estético en las escenas de violencia es excesiva. En Kim Ki-duk, la violencia punza y hace daño. Aquí, en cambio, la violencia sólo invita a masturbarse. Y eso, en arte, a mí no me convence. [Texto publicado en cinemaadhoc.info] Stoker
Muchos meses después de recorrer la campiña de restaurante en restaurante, Steve Coogan y Rob Brydon reciben el encargo de un nuevo viaje gastronómico, esta vez por Italia. Estos dos improbables amigos conducen por todo el país mientras vuelven a discutir sobre la vida, el amor y el cine. critica: The Trip fue originalmente una miniserie de 6 episodios emitida por la BBC en 2010. Ese mismo año se estrenó una adaptación cinematográfica que cortaba ostensiblemente su duración (de casi tres horas se pasó a unos 107 minutos) y que fue la que se popularizó fuera del Reino Unido. Esta cinta situaba al actor Steve Coogan y al humorista Rob Brydon dispuestos a emprender una ruta gastronómica por el norte de Inglaterra con la misión de escribir un artículo para The Observer. Interpretándose a sí mismos, Coogan y Brydon protagonizaban un divertido film repleto de gags e imitaciones pero que también tenía su parte dramática: el cineasta Michael Winterbottom parecía establecer una comparativa entre Coogan, cuyos nexos emotivos y familiares no paraban de cercenarse y Brydon, de carácter más humilde tanto en espíritu como en estilo de vida. Viaje a Italia Varios años después, los dos protagonistas de aquella cinta se reúnen de nuevo con el mismo propósito pero esta vez con diferente destino. En Viaje a Italia, también concebida inicialmente como una miniserie, la curiosa pareja recorre de norte a sur el país transalpino para degustar un plato tras otro. Pero, como las primeras escenas muestran, esta vez las personalidades parecen cambiadas. Coogan ha vuelto a unir lazos con su hijo, amén de encontrar una necesaria estabilidad laboral. Por el contrario, a Brydon parecen no irle demasiado bien las cosas por casa, toda vez que las conversaciones telefónicas con su mujer (tan graciosas en la primera entrega) suponen un dolor de muelas para ambos cónyuges. Aunque los protagonistas hayan dado un giro de 180 grados a sus respectivas vidas, la base de la película permanece siendo exactamente la misma. Viaje a Italia se compone de secuencias en restaurantes donde los protagonistas mantienen pequeños debates que acaban desembocando en un torrente de imitaciones que, alternadas con planos de la preparación y servicio de los platos, suponen la esencia del film. Pero también se mantienen las conversaciones telefónicas, las secuencias en la cama antes de apagar la luz, las reflexiones en torno a un poeta (en esta ocasión, Lord Byron), la aparición de los mismos personajes secundarios… Incluso las tomas de los protagonistas llegando al restaurante son similares a las de The Trip. Todo este calco técnico y visual no sería un problema si el fondo de la película estuviese plenamente renovado. Por desgracia, Viaje a Italia tampoco aporta suficientes novedades en el guión como para alejarse del fantasma continuista. Más allá del mencionado intercambio de personalidades entre Coogan y Brydon, que peca de cierta simpleza, muchas de las gracias realizadas por este último están rescatadas de su antecesora hasta que sea imposible escapar a la sensación de que estamos ante un déjà vu constante. Es posible que una de las causas de este bajón de calidad venga dado por el hecho de que esta vez el montaje para cines parece no haberse realizado con tanta gracilidad como en su antecesora. Que en el segundo minuto de película los protagonistas ya estén en territorio italiano es un primer signo de que el ritmo no está todo lo ajustado que debería, combinando alguna secuencia demasiado atropellada con otras de carácter algo lento. Viaje a Italia sigue siendo una película simpática y divertida de ver, pero ya no posee el gancho que sí tuvo la primera parte. Winterbottom ha eliminado las virtudes de su antecesora al mismo tiempo que recicla sus errores (resulta muy pesada tanta insistencia con Lord Byron, como sucedía con Wordsworth en The Trip), otorgando un producto final digno pero mejorable y bastante lejos de las expectativas que podían existir con el cambio de localización y el hecho de que el paso del tiempo afectara a los protagonistas. Por cierto, ya está totalmente confirmado que va a haber una tercera serie (suponemos que también tendrá su adaptación al cine) ambientada nada menos que en España, con un rodaje que comenzó el pasado mes de septiembre. Veremos si Winterbottom es capaz de cambiar de nuevo el signo de la saga. Álvaro Casanova - @Alvcasanova Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito) Viaje a Italia
La vida y la carrera política de Ted Kennedy se descarrilaron después de un fatal accidente automovilístico en 1969 que cobra la vida de una joven estratega de campaña, Mary Jo Kopechne. critica: La grandiosidad y los sueños por tocar lo inalcanzable siempre rodearon a Joseph Patrick Kennedy y a sus hijos: Jhon Fitzgerald, Robert Francis “Bobby”, Joseph Patrick “Joe” JR, Rosemary, Kathleen Cavendish y por supuesto, Edward Moore Kennedy alias Ted Kennedy. Y también, un cordón de oro fino compuesto por tragedia, misterio y siempre un nombre propio, esta vez el de Mary Jo Kopechne, la exsecretaria personal de Robert F. Kennedy, “Bobby”. El escándalo Ted Kennedy Ted Kennedy se presentó a la candidatura de la presidencia de los EEUU por el partido Demócrata en 1980. 11 años antes, Chappaquiddick y el misterioso accidente que aquí tuvo con su coche, marcó la diferencia entre su hermano Jhon F. y él. No viajaba solo. Es aquí cuando la grandeza enigmática de esta familia empieza a difuminar los límites de la verdad, dejándonos como resultado a un hombre infeliz que no sabe quién es, y que por cuenta propia prefiere llevar esta máscara a la de un empático soñador que pone la mirada en el infinito. Todo esto encauza a un nuevo misterio del que querremos saber la verdad. “Ted” Kennedy (Jason Clarke): Lo primero que impacta de Clarke son sus brillantes ojos azules que, haciendo uso de ellos desde el personaje de Ted, en ocasiones paralizan al público y lo hace pensar. Esta mirada poco a poco nos irá hipnotizando hasta sucumbirnos en la reflexión dada por el personaje. Destacar una actuación por parte de Clarke de peso y con mucha más presencia que en “El Amanecer del Planeta de los Simios“. Para gustos los colores y para colores el mío, en ocasiones interpretativamente por parte del actor, se quiere “vender” demasiado la inconsciencia del personaje. Joe Gargan (Ed Helms): Estamos acostumbrados a su cara en papeles de comedia como “Resacón en Las Vegas“. Pronto dejaremos de ver esa vic cómica en Ed Helms, a medida que profundiza de forma natural en su personaje. Interpretación que con introvertida implicación emocional, nos hace empatizar rápidamente con su causa. Por todo esto, Ed Helms consigue llevarse gran parte de los focos de la película. Mary Jo Kopechne (Kate Mara): Reconocida, pero no tanto, la actriz Kate Mara controla las cuerdas de su marioneta, Mary Jo Kopechne. El personaje de Mary Jo lo vemos caracterizado como alguien sentimental pero de armas tomar y fiel como nadie por una objetivo. Esta caracterización es llevada a cabo con un gran compromiso por parte de Kate Mara. Con destreza, Mara nos deja caer el sentimiento que podía llegar a sentir Mary Jo Kopchne por la familia Kennedy, en concreto por “Ted”. Joseph Patrick Kennedy (Bruce Dern): Durante el transcurso de la película estaremos espectantes por descubrir cómo es físicamente el personaje de Josep Patrick. Una vez que lo veamos no nos olvidaremos de su apariencia ni de su aspecto, interpretado por Bruce Dern. Sorprende y recordaremos durante un tiempo la emoción que expresa con su mirada de piedra en una de las escenas más íntimas que tiene con “Ted”. Recalco la interpretación de Jason Clerk y Ed Helms, y con gran sorpresa también la de Bruce Dern. Los tiempos están medidos para que esta película te mantenga a partir del minuto 20 en suspense, por lo que se agradece al tratarse de una película basada en hechos reales cuya trama supuestamente conocemos antes de entrar al cine. Por parte del director John Curran, resaltar la maravillosa visión que le da al hecho real. Consigue con esto, de manera sutil a medida que va avanzando la película, poner en duda tu propio juicio en relación a lo ocurrido esa fatídica noche del 18 de Julio del 68. Si no conoces la historia real te gustará porque te sumergirá en un mundo conspiranóico lleno de confusiones y errores que podría cometer un niño de 19 años. En cambio si la conoces, posiblemente no te resuelva las dudas que dejó el verdadero hecho… De algún modo, si habéis visto la serie de “El Asesinato de Gianni Versace” (si no, recomiendo verla) las dudas que despeja son similares. Escrito por Cristian Blay https://cinemagavia.es/el-escandalo-de-ted-kennedy-pelicula-critica/ El escándalo Ted Kennedy
Un día el mundo se paraliza cuando un grupo de viajeros en el tiempo se transporta desde el año 2051 para entregar un mensaje urgente: La humanidad está perdiendo la guerra mundial contra una especie alienígena letal. La única esperanza de supervivencia es que los soldados y los ciudadanos del presente sean transportados al futuro y se unan a la lucha. Entre los reclutados está el profesor de instituto y padre de familia Dan Forester (Chris Pratt) quien, decidido a salvar el mundo por su hija, se une a una brillante científica (Yvonne Strahovski) y a su padre (J.K. Simmons) en una búsqueda desesperada por reescribir el destino del planeta. critica: La guerra deshumaniza. Las heridas son profundas, no solo las físicas si no también las psicológicas e incluso las emocionales. Un padre no debe ver morir a sus hijos, pues su corazón sangrante tañe al son de la pérdida irrevocable...¡Nah, estoy de coña! La guerra del mañana Me gustan los blockbusters. Son películas de fácil consumo y entretenimiento a cholón. No todas las películas deben ser un retrato del alma humana o cambiar cualquier paradigma social, PERO solo pido una cosa: coherencia. ¿Chascarrillos? Vale ¿Saltos imposibles? Dale ¿Trama cogida con pinzas? ¡Compro! ¿Solucionar agujeracos de guion malamente? ¡Trá Trá! Por ahí si que no paso. Cuando veo una película con viajes en el tiempo, me gusta intentar averiguar si se trata de una cinta determinista o paralela. Es decir ¿Las acciones del pasado influyen en el futuro o simplemente puedes cambiarlo? Es imposible hacer una película de viajes en el futuro sin caer en algún gazapo así que es precisamente esto lo que determina la sorpresa, el giro, todo. En spoiler volveré a eso. En la película nos encontramos con un guion vago, sin fuerza más allá del "molar" y con actores como J. K. Simmons arrastrados por el barro. Con lo que me gusta usted, Señor Simmons. Chris Pratt me cae majo, pero bueno, hace lo suyo sin más. Levantar la ceja y salvar el mundo mientras repite que no es un héroe. Y ahora viene la chicha buena. Aspectos que, para mí, hacen que la película se hunda bajo su propio peso. Todo en spoilers por si alguien aún quiere verla. La guerra del mañana