12 años de esclavitud

7.9
Basada en un hecho real ocurrido en 1850, narra la historia de Solomon Northup, un culto músico negro -y hombre libre- que vivía con su familia en Nueva York. Tras compartir una copa con dos desconocidos, Solomon descubre que ha sido drogado y secuestrado para ser vendido como esclavo en el Sur en una plantación de Louisiana. Renunciando a abandonar la esperanza, Solomon contempla cómo todos a su alrededor sucumben a la violencia, al abuso emocional y a la desesperanza. Entonces decide correr riesgos increíbles y confiar en la gente menos aparente para intentar recuperar su libertad y reunirse con su familia. critica: Después de ser amenazado de muerte e insultado por mensaje privado por el mismo usuario que ha finalizado su crítica con la palabra PAZ, me veo obligado a ejercer mi derecho de contrarréplica con el único medio disponible a mi alcance. No me preocupan en absoluto las lamentables acciones o manipulación sesgada de mi crítica originaria por parte de un claro sociópata que convierte en monjas de clausura a Edwin Epps y Amon Goeth. Sí me incomoda que se pueda malinterpretar mi opinión por culpa de seres inhumanos que utilizan a personajes de la literatura infantil para cometer sus atroces delitos y aquí aparece el objeto de este texto y crítica: defenderme de los latigazos de ese racista torturador. 12 años de esclavitud Tengo que dejar claro que ni soy familia de Mel Gibson ni pertenezco a ninguna organización que luce capucha blanca y se dedica a quemar cruces por las noches, simplemente ofrezco mi libre opinión que evidentemente otros no compartirán (ni respetarán). No estoy en absoluto de acuerdo con la adaptación de John Ridley de la biografía de Solomon Northup e indudablemente disiento de la visión Steve McQueen. Se trata de un posicionamiento manipulado. Ojo, no histórico sino emocional. Entiendo que muchos de aquellos que hemos leído las memorias y pesares de Northup en su lengua original (su libro por fin se ha editado en nuestro país en español después de 160 años…) no sentiremos decepcionados no tanto por los desvíos argumentales de la masa literaria primigenia sino por la perspectiva que ofrecía un hombre libre versado víctima de uno de los cientos de secuestros que se produjeron en la época para satisfacer al mercado esclavista. Northup ofrecía desde su primera persona y un relato costumbrista la posibilidad de que otros contemplasen las condiciones de vida de los esclavos de Luisiana y su relación con sus amos. Las declaraciones previas de McQueen «No existía ninguna película realista sobre la esclavitud» confirman que su ‘realismo’ es claro ejemplo de ‘efectismo’. Y si nos ponemos efectistas prefiero los márgenes en los se mueven “Django desencadenado” o la reciente “American Horror Story: Coven”. No puedo entender, por lo tanto, que la misma crítica y público que vilipendió “Lo imposible” aplauda aquí los mismos recursos sensacionalistas y morbosos de una tragedia. Si Juan Antonio Bayona realizaba una crónica híper-estilizada y manipulada (ojo sociópatas, emocionalmente) para impactar y hacer llorar a toda costa al espectador, McQueen hace lo propio relegando el relato de supervivencia de un hombre libre esclavizado a una lluvia de látigos, gritos, sangre, sudor y lágrimas. ¿Y el cine, la psicología y la crónica costumbrista de Northup dónde quedan aquí? No obstante, hay buen cine en “12 años de esclavitud” porque McQueen ha demostrado sus virtudes en “Hunger” y “Shame” y cuando la cinta declina de ser una revisión blaxploitation de “La pasión de Cristo” emerge una gran película. Una gran película que lamentablemente da la impresión de estar encerrada entre el academicismo para auparse y ganar todos los premios posibles (es favorita para ganar tantos en los Globos de Oro y Oscars) y los 100 latigazos de marras cada cinco minutos. Será sobrevalorada aunque abrirá las puertas a que muchos lean la biografía en la que se basa. Se mantiene, eso sí, esa perspectiva de Northup de comparar su vida como hombre libre a su martirio como esclavo pero el autor no necesitaba apenas mencionar la palabra ‘látigo’ para que su sonido ensordeciera la conciencia del espectador. Nunca me han convencido las dramatizaciones del Holocausto y prefiero documentales como “Shoah” o “Noche y niebla” precisamente porque considero que utilizar actores —por muy real que sea la historia— deja constancia de la manipulación emocional implícita en la misma. En “12 años de esclavitud” el carrusel de celebrities (Paul Giamatti, Benedict Cumberbatch, Michael K. Williams, Tom Walker de Homeland, Slim Charles de The Wire, Bryan Batt y, como colofón, Brad Pitt —productor y salvador—), me apartan más si cabe de las intenciones. Su posicionamiento, por lo tanto, me parece muy manipulado emocionalmente: gente muy buena que sufre, gente muy mala que tortura. “12 años de esclavitud” debería ser más psicológica que física, ser “El diario de Ana Frank” sobre el holocausto que vivieron los afroamericanos y el espectador aquí únicamente recordará el impacto del látigo por encima del drama y terror interior. Por encima de la historia que escribió Solomon Northup. Y, ahora, pueden ya sacar su látigo de esclavistas sociópatas y dar al NO. 12 años de esclavitud
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El pacto

Acción Drama Suspense
5.9

El profesor Will Gerard (Nicolas Cage) y su mujer Laura (January Jones) llevan una vida tranquila, pero una noche Laura es víctima de una brutal agresión sexual. En el hospital, un misterioso tipo llamado Simon (Guy Pearce) se dirige a Will y se ofrece para hacer justicia y ahorrarles el suplicio de tener que pasar por un proceso judicial. Will está tan alterado que de manera irreflexiva acepta la propuesta. a partir de ese momento se verá metido en una organización justiciera clandestina. critica: Seeking Justice (o El Pacto, si se prefiere la libre traducción al español) no es ni la película del año, ni pasará a la historia como un gran thriller; pero por lo menos es un filme que se deja ver y que los 110 minutos que dura se hacen al espectador bastante amenos. El pacto La película cuenta la historia de Will Gerard (Nicolas Cage), un profesor de Nueva Orleans felizmente casado con Laura Gerard. La tranquilidad en la vida del matrimonio se ve truncada cuando un asaltante anónimo viola a Laura a la salida de su ensayo de teatro. Cuando Will acude al hospital a ver a su mujer, conoce a un desconocido que se hace llamar Simon (Guy Pearce), un representante de una banda que le ofrece a Will un trato: ellos se encargan de acabar con quien violó a su mujer y él, a cambio, puede que les tenga que hacer algún favorcillo en el futuro. Will acepta el trato, algo que traerá tranquilidad a sus vidas, pero no por mucho tiempo… El pacto Cualquier persona que haya visto dos películas de Hollywood en su vida sabe por dónde van los tiros. Y ese el principal fallo del filme: su previsibilidad. La película responde a la definición clásica de thriller y, por ello, sabemos en todo momento cómo se va a desarrollar. Es el típico thriller en el que los malos son muy malos y muy feos; y los buenos son muy buenos y muy guapos. Parece escrita por un guionista novel que no se quiere pillar los dedos en su primera película y desarrolla paso a paso todo lo que ha aprendido en sus clases de guión. Pero ojo, tampoco se puede considerar esto como una crítica tremebunda. No es fácil escribir un thriller coherente en el que se mantenga la atención del espectador, así como no es fácil narrarlo. El australiano Roger Donaldson es un director experimentado y eso se nota. La película está narrada de manera ágil y Donaldson utiliza de manera aceptable las armas que le pone a su disposición el cine: muchos movimientos de cámara, montaje paralelo, ángulos aberrantes, cambios de foco… todo ello sin salirse de las normas “establecidas”. El australiano está acostumbrado a tratar con grandes estrellas de la talla de Al Pacino, Anthony Hopkins o el propio Nicolas Cage; pero no parece que sepa sacar todo el potencial que llevan dentro (o puede que el guión tampoco les deje). Cage, Jones y Pearce están correctos. Y punto. En definitiva, Seeking Justice es una película de manual. Un thriller al uso. Ni el director ni los guionistas se quieren pillar los dedos. No se los pillan y eso nos da como resultado una película entretenida pero nada más. Una película que, al verla, tenemos la sensación de que ya la hemos visto antes cientos de veces. No pasará a la historia, ni por lo bueno ni por lo malo. El pacto

Come, reza, ama

Drama Romance
6.2

Tras varios fracasos sentimentales, una mujer decide encontrarse a sí misma a través de un viaje por Italia, la India, Bali e Indonesia. Liz Gilbert (Julia Roberts) tenía todo lo que una mujer puede soñar, un marido, una casa y una brillante carrera, pero se encontraba perdida, confusa, insatisfecha. Una vez divorciada, y tras un periodo de reflexión, decide abandonar su acomodada vida y lo arriesga todo, emprendiendo un viaje alrededor del mundo. La historia se basa en el best-seller autobiográfico de Elizabeth Gilbert. critica: Se trata, probablemente, de una de las peores películas del año. Previsible, tópica y con una voz en off insoportable que regala perlas de sabiduría extraídas del peor libro de autoayuda. De esa forma, la protagonista nos hace perder 140 minutos de nuestro tiempo para asistir cómo, a golpe de American Express, supera una supuesta crisis existencial gracias a un idílico viaje que nos hace pensar que la película no es más que un publirreportaje de alguna oferta vacacional. No faltan todos los tópicos esperables sobre los países y sus gentes, a través de la la mirada prejuiciosa de la protagonista: la indolencia de Italia, la espiritualidad de mercadillo de la India y el paraíso vacacional en Bali, con un emotivo y pasional latin lover incluido, personificado en un Javier Bardem que, a pesar de todo, es el único que imprime un poco de realidad en este viaje espiritual de cartón piedra. Come, reza, ama La película trata algo habitual en las películas románticas americanas: la búsqueda personal no es más que una excusa para que la protagonista encuentre un hombre que la defina. Realmente, una puede llegar a perder la cuenta de las veces que se repite la frase "necesitas un marido". Me llama la atención la presencia de unos personajes secundarios que, ante su situación personal, los problemas de Liz Gilbert parecen tan ridículos como efectivamente son. Resulta preocupante pensar que, si lo que se necesita para superar un pequeño bajón emocional (¿alguien puede creer realmente que a la protagonista le importa su matrimonio o su divorcio?) es regalarse unas vacaciones a cuerpo de rey durante un año, difícil lo va a tener el común de los mortales para enfrentarse a auténticos problemas. Come, reza, ama Además de los tópicos y de las reflexiones presuntamente profundas y trascendentales, lo peor es que, bajo un aparente envoltorio feminista, se esconde una visión muy tradicional de lo que necesitan las mujeres para encontrar su propio equilibrio: el episodio de la India es muy revelador al respecto. En conclusión: una película mal escrita y peor desarrollada, interminable en su colección de tópicos e imposible de empatizar por lo vacío de su propuesta. Los primeros cinco minutos de la película, en los que lo primero que oímos es la voz en off de Liz Gilbert, ya auguran que no nos espera nada bueno. Y así es. Come, reza, ama

Nebraska

Aventura Drama
7.4

Narra el viaje de realizan un padre alcohólico y su distante hijo desde Montana a Nebraska para recoger lo que cree que es un premio de un millón de dólares. critica: 1. Woody emprende un viaje, y no iniciático: es de recapitulación. Nebraska Es presentado como un tipo incognoscible; entre interrogaciones. Se le aborda en retrospectiva, y de forma indirecta. Es decir, en lugar de la usual descomposición de la sólida unidad externa del individuo para ahondar en su ser íntimo, aquí se le muestra patético y desnudo nada más empezar, y a partir de ahí, se le intenta reconstruir. Le sonsacan información. Le preguntan. Cuestionan sus decisiones. Escarban en su pasado. Se dan puntos al azar, y el espectador une las líneas. El retrato que queda de Woody no es fiel, no es preciso; es tosco y con aristas; pero es lo más que sabremos de él. 2. A Woody pronto le devorará el tiempo: es un anciano al que la senilidad le está tocando la espalda. Y la fotografía ayuda a transmitir esa sensación de sueños obsoletos; de aridez y derrota. Woody Allen, a propósito de 'Manhattan', comentó: 'el blanco y negro me ayudó a captar la belleza de la ciudad, pero también su decadencia'. La fotografía de Papamichael, en riguroso b&n, lejos de ser tentativa experimental o gratuidad estética, es una decisión intelectual, como puede ser la música o la elección y dirección de actores. Payne, de hecho, admite haberse visto influenciado por la sobriedad cromática de 'La última película', de Bogdanovich, para realizar este film. El b&n, en el Cine moderno, es un anacronismo; y Woody es un hombre polvoriento, casi caduco. La fotografía entronca ejemplarmente con la esencia. 3. Payne asegura odiar las 'road-movies'; se sorprende de seguir haciéndolas. El carácter nómada de sus personajes parece que se impone a los gustos del autor. Schmidt ya tomó carretera. Miles y Jack también se lanzaron a ella. La carretera parece seña de identidad del cine de Payne, como también lo son ese humanismo sencillo y entrañable, digno de Kaurismäki; y su gusto por la cotidianidad y el costumbrismo; remitiendo lejanamente (al menos, a mí me lo parece) a Ozu, a cuyo cine también se puede vincular el gusto por los planos estáticos, muy numerosos en 'Nebraska'. Y, por supuesto, el entorno. Los personajes de Payne son fruto de su entorno. La venta de terrenos vírgenes en Hawaii, donde 'también la gente lo pasa mal'. Las típicas rutas vinícolas en la California de 'Sideways'. El frío y la inmovilidad paisajista de Nebraska... 4. De 'Nebraska' me quedo, ante todo, con la sensación de haber viajado. El guión no es innovador, para nada; de hecho, hay escenas con un planteamiento demasiado similar al de anteriores películas del propio director. Su cine tampoco es dinámico, ni pretende serlo. Y es posible que la película no sea reivindicada o recordada con el paso del tiempo. Pero yo he viajado con Woody. He transitado esas carreteras, he visto esos horizontes y he vagabundeado por lugares que me quedan muy lejanos. Desde una pantalla. Pocos cineastas modernos son capaces de conseguir tan calmada contemplación, tal sentido de la 'situación', semejante retrato; en detalle y profundidad, de un lugar. Acaso Jarmusch y algún otro. Gracias. Nebraska

Matar al mensajero

Crimen Drama Misterio Suspense
6.7

Basada en la historia real del periodista estadounidense Gary Webb, que evidenció conexiones de la CIA con el mundo de la droga, revelando al mundo cómo los barrios negros del país fueron inundados de crack en medio de un narcotráfico destinado a abastecer de dinero y armas a la CIA. critica: No parece muy casual que el primer rostro que aparece al abrirse este "Matar al mensajero" sea el de Richard Nixon al que vemos en una imagen de archivo dirigiéndose a la nación durante un discurso televisivo. Desde su inicio, la película de Michael Cuesta apunta alto, a Alan J Pakula y a "All the president´s men" nada menos, uno de los grandes referentes del género en el que se inscribe. Tampoco es extraño que posteriormente nos topemos entre su reparto con el británico Michael Sheen, quien diera vida en su día al mediático Martin Frost y acorralara con sus insidiosas preguntas al mencionado gobernante en "El desafio", aquel estupendo trabajo servido por Ron Howard hace ya algunos años. Matar al mensajero En "Matar al mensajero" asistimos al enésimo desafío que mantiene el llamado cuarto poder contra el primero de todos, ese otro que casi no se ve. El film se centra en la historia de Gary Webb, periodista del modesto San José Mercury News quien a mediados de los noventa destapó las oscuras conexiones existentes entre la C.I.A y el mundo de las drogas. Casi por casualidad, Webb descubrió cómo durante la década anterior la todopoderosa agencia norteamericana había llegado a financiar a la Contra nicaragüense gracias al dinero del narcotráfico. El argumento, desarrollo y desenlace de la historia, David frente a Goliath una vez más, no resultan novedosos pero sí acaban siendo tremendamente atractivos como casi siempre. Con un ritmo trepidante y ágil – y con una rumbosa Paz Vega que hace saltar chirivitas de los ojos de nuestro protagonista, un creíble en todo momento Jeremy Renner- Michael Cuesta logra enganchar al espectador desde el minuto uno. La película se sigue con interés durante su primer tercio en el cual vemos poco a poco desenredarse toda la madeja de intereses y corruptelas. Hay aromas de thriller setentero, de buen cine en definitiva. El pulso se relaja de manera considerable en el tramo posterior, justo cuando el film se centra en la intrahistoria del personaje principal, con su particular e inevitable descenso a los infiernos, y en relatarnos la bajada de pantalones de sus superiores ante las también inevitables presiones por parte de quienes están todavía más arriba. No se sabe si Michael Cuesta ha sentido el mismo miedo escénico que en su día sintió el propio Webb y ha decidido aflojar el pistón y no ir más allá de manera voluntaria. O se ha dejado arrastrar por el tono televisivo y melodramático de su conspiranoica criatura "Homeland" – no la sigo, y por tanto no puedo opinar al respecto. El caso es que llegado un momento, o no ha querido seguir tirando del hilo, o simplemente es que el hilo se le ha roto. Y como entretenimiento su película al final resulta un producto muy válido y muy digno, pero… Tal vez estábamos ante una película destinada a jugar en las grandes ligas, pero… Matar al mensajero

Tu mejor amigo

Aventura Comedia Drama Familia Fantasía
7.6

Toby es un perro que se pregunta el sentido de su vida cuando, sorprendido, se da cuenta de que se ha reencarnado en un cachorrito. Así, a lo largo de sus vidas se cuestionará su sentido mientras ayuda a distintos dueños, pero siempre con el objetivo de encontrarse con el primero. critica: Debería estar prohibido meter perros en una película. Son depositarios de emociones tan efectivos, tienen tantas buenas intenciones en su pelaje, tanta simpleza de deseos, que resulta imposible que no te puedan ganar por goleada. Tu mejor amigo Y sin embargo, menos mal que no están prohibidos, porque películas como 'Tu Mejor Amigo' tendrían muy difícil hablar de lo que quieren hablar sin su presencia. Como si de una especie de 'Boyhood' en versión perruna se tratara, asistimos a las impresiones que recopila un can de diferentes dueños, desde los prometedores inicios hasta los repentinos o tristes finales. Hay que decir que está muy difícil que la cosa no acabe siendo un monumento a mayor gloria del mejor amigo del ser humano, pero también que si no llega a serlo es por la sencillez de sus ambiciones: la voz en off de Bailey puntea los triunfos y miserias de sus cuidadores, emocionando con su ingenuidad e interesando por su particular manera de ver el mundo. Para él, no existen malos ni buenos, tampoco enfados o decepciones, solo diferentes olores y comportamientos que se siente tan extasiado por descubrir como afortunado de experimentar. Y sobre todo está esa extraña diferencia entre sus congéneres y los humanos, una pequeña cosa que lo cambia todo: por alguna razón, los humanos siempre eligen irse, nunca comprenden la diversión que existe en quedarse. Luego seremos nosotros los que digamos que los perros tienen una lealtad sorprendente, pero resulta imposible no juzgarla natural cuando se ve el mundo a través de sus ojos. Sobre todo porque nunca querrán más que una cama compartida con su dueño, un divertido hobby por más repetitivo que sea y una comida caliente que alguien les pase bajo la mesa: las pequeñas cosas, las que quienes los cuidamos las más de las veces olvidamos. No hay que engañarse, esta historia será un placer para los amantes de los perros, y poco más que simpática para todos los demás. Pero de vez en cuando no hace mal una película amable que te recuerde aprovechar el ahora, antes de que se nos pueda pasar. Una cualidad que esos peludos de cuatro patas han aprendido a disfrutar, porque nunca se plantean que se pueda acabar. Tu mejor amigo

Bad Santa

Comedia Crimen Drama
6.5

Willie, un amargado y solitario alcohólico, trabaja cada temporada de Navidad en los centros comerciales disfrazado de Papá Noel junto su compañero Marcus, que hace de duende. Cada vispera de Navidad, desconectan la alarma de seguridad después de que el centro comercial cierra, y revientan la caja fuerte. En su nuevo destino se encontrarán con un jefe de seguridad que sospecha de ellos, y con un niño muy peculiar, en cuya casa Willie se hospedará. critica: Esta película se estrenó un viernes 19 de noviembre del 2004 en México, dirigiendo Terry Zwigoff. Bad Santa Sinopsis: Willie T. Stokes (Billy Bob Thornton), un fracasado y ridículo Santa de grandes almacenes que no puede evitar ser más pícaro que simpático. Bajo su desproporcionado traje rojo, Willie es en realidad un ladrón de cajas de caudales que da un golpe cada año, el día de Navidad. Bad Santa Crítica: Bad Santa Muy buena película, que advierto, no es para nada familiar. Billy Bob Thorton encarna al mejor personaje navideño en una comedia de humor negro efectiva para los que han estado esperando una película de Navidad para adultos y no la típica navideña para niños. Hace poco menos de una semana renté la película y me di cuenta de la actitud que tienen algunas personas respecto a la Navidad, ya que Willie era un pobre fracasado a quien no le interesaba la Navidad y la utilizaba para robar, tomar, cagar, coger y fumar. El mal vocabulario de la película es lo que más me ha causado risa; el bato no puede decir un solo enunciado sin tener fuck, dick, shit, bitch, y un largo etcétera. Que no les engañe la sonrisa que tiene Billy Bob en el póster porque en toda la película no sonríe para nada; vemos pura miseria. El “niño” está muy bien realizado y el joven actor se ganó un premio por su interpretación en la película. La “hermana de la señora Clause” (Lauren Graham) es lo que, en cierta parte, también da vida en la película, saliendo por sus sensuales labios “¡Fuck me, Santa, fuck me, Santa, fuck me, Santa!”, divertidísimo. La hermosa y sexy actriz la he visto en series de televisión como Gilmore Girls y en la película “Regreso del Todopoderoso”. El final de la película se empieza a poner muy oscuro, pero nos deja un mensaje ya que “el buen Santa” le dice al niño que no existe tal Santa Clause, que la vida no es justa, que a él le fue de poca mierda, por eso no debemos dejar que nos pase lo mismo y que no nos insulten las personas ni nosotros hablar mal de nosotros mismos. Una muy buena película que te hace reír a más no poder y que te hace saber que eres afortunado por lo que te toca. Pensé que ya tenía una película navideña favorita pero, como otras veces, me he equivocado ya que para mi no hay como “Un Santa No Tan Santo”. La película me divirtió mucho a mí, no veo por qué no a ustedes, y por eso la recomiendo ampliamente. ¡Réntenla pronto! “A él no le importa si has sido travieso o agradable. En noviembre 21, mejor cuídate” - Bad Santa. Bad Santa